Dos.

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Después de unos largos dos meses, por fin era el día de la tercera jornada de la FMS, esta vez iba a hacerse en mi ciudad, Buenos Aires. Mi tío (de nuevo) consiguió entradas para mí, y lo mejor, un meet and greet, lo que significaba que iba a poder ver de nuevo a los pibes, y bueno, en especial me emocionaba volver a ver a Replik, para qué negarlo.

Esta vez decidí tomarme un rato para preparar bien lo que iba a llevar, ya que quería tomar mejores fotos para ese día. Desde hacía mucho tiempo que me gustaba la fotografía y el año pasado había empezado a estudiar por mi cuenta sobre esta, gracias a que Luis estaba muy consciente de ello, me ayudó a conseguir un permiso para poder usar una cámara profesional en el lugar, además de poder entrar al backstage.

Esto para nada había sido fácil, ya que apenas tenía 17 años y no parecía muy prudente darme esos permisos precisamente a mí, pero mi tío Luis, que es un genio, convenció a los de la organización mostrándoles algunos de mis trabajos.

Unas horas después estaba ya apunto de empezar el meet & greet, habían bastantes personas en el Groove, entonces, en mi constante monólogo interno me advertí que debía apurarme si quería hablar con ya saben quien. Así que, apenas entré, traté de encontrarlo rápidamente con la vista, y ahí estaba, junto con Trueno, me acerqué caminando con mucha velocidad y este último me sonrió al mirarme, como había hecho en nuestro primer encuentro. Al estar frente suyo, saludé a los dos participantes más jóvenes de la FMS Argentina con un gesto en la mano.

— Hola, linda —Mateo rompió la distancia y me dio un beso en la mejilla. — ¿y eso que estás acá? ¿te gustó tanto verme la última vez?

Yo me reí y negué con la cabeza, no podía ocultar que me estaban poniendo un poco nerviosa esos comentarios y miradas pícaras, al parecer Manuel se dio cuenta de ello porque le dio un ligero codazo al otro muchacho y lo miró con los ojos bien abiertos.

— Eh... Replik —me digné a hablar y lo miré. — ¿será que... eh, tal vez me podría tomar una foto contigo?

Él esbozo una pequeña sonrisa y asintió, al momento de tomar la foto puso un brazo sobre mi hombro y yo quedé atónita, parece que estoy exagerando toda esta situación, y tal vez es así, pero pocas veces alguien me llamaba tanto la atención como este pibe.

Me gustaría contar que pude decirle algo más que ese diálogo, pero la verdad es que no, primero porque no quería quitarle tiempo a las personas que estaban esperando para tomarse una foto con él y, segundo, porque la vergüenza no me lo permitió.

Después del meet & greet, pasó un rato hasta que empezaron las batallas, todas estuvieron muy buenas, pero Wos vs Replik había sido mágica, se sentía la buena vibra que había entre los dos participantes y esta se reflejaba en su manera de rapear.

Cuando el show se terminó mi tío me avisó que podía pasar al backstage, ya ahí empecé a tomar fotos desprevenidas a los participantes, obviamente les pregunté antes si no era ninguna molestia, lo menos que quería era ponerlos incómodos.

— Ah, no sabía que eras fotógrafa vos. —escuché que dijo una voz detrás de mí, cuando giro mi cabeza para ver quien es, efectivamente era Trueno.

— Creo que hay muchas cosas que no sabés sobre mí. —me reí un poco para que la situación no se pusiera tensa.

— Como por ejemplo como te llamás.

Buena jugada, Mateo.

Me llamo Alba.

— Ah, como el atardecer.

Me empecé a reír a carcajadas y él se me quedó mirando extrañado.

— En serio sos realmente pelotudo, Mateo. —dijo una voz risueña detrás de mí, que al parecer había estado escuchando nuestra conversación.

— No te metás vos, Manuel.

Apenas escuché esto dejé de reír y me volteé para observar al antes mencionado, quien se acercaba a nosotros mientras miraba de forma burlona a Mateo.

— El alba es el amanecer, salame.

Escuchar a Manuel decir la palaba salame me causaba demasiada ternura, al igual que muchas de las cosas que hacía, he de admitir.

— Y bueno, todos nos equivocamos, diculpá.

En ese momento Manuel y yo cruzamos miradas y nos empezamos a carcajear, de nuevo.

— Son insoportables ustedes. —nos dijo Mateo, señalándonos. — Bueno, vos no tanto, princesa —me guiñó un ojo.

Rodé los ojos y continué revisando mi cámara, había sacado bastantes fotos el día de hoy, ahora solo quedaba esperar para revisarlas en casa y rogar que mi yo más perfeccionista no descartara un gran porcentaje de estas.

Se hizo más de noche y todas las personas que quedaban del equipo empezaban a irse del recinto, yo estaba por hacer lo propio hasta que  siento un ligero toque en el hombro.

— No te olvidés de etiquetarme cuando publiques las fotos, eh. —Trueno guiñó un ojo y me apuntó con un dedo para después irse.

Y en ese momento se me vino a la mente una gran idea.

why ; replikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora