Cinco.

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"¿En serio Manuel Vainstein me había invitado a ver una película en su casa?¿por qué?"

Esas preguntas estaban constantemente atormentándome, sobretodo cuando ya se acercaba el momento acordado para vernos de nuevo.

Vivía con muchos pensamientos rondando por mi cabeza, trataba de que no me afectaran demasiado pero suele ser difícil lograr esto, a veces sentía que yo era rara por ser así, pero en realidad es más común de lo que parece, aunque eso no me aliviaba.

Todavía luchaba con estas inseguridades que llegaban a mí

"¿Le gustarás? seguro no, tal vez hasta te invitó porque le diste pena, porque no le quedó de otra"

Basta, ya quiero parar de pensar, no podía ser que incluso después de tantas terapias todo eso seguía ahí. No podía ser que el hecho de que me empezara a gustar alguien desencadenara en esto.

¿Por qué la ansiedad vuelve en el momento menos indicado?

Salí de mi trance al sentir una presencia y me sequé rápidamente las lágrimas, que habían estado corriendo por un rato.

— Hija, —mi mamá se asomó por la puerta de mi habitación, mientras me observaba con una mirada que transmitía preocupación. —¿estás bien?

Era esa la pregunta que siempre se hacía a alguien cuando claramente no tiene pinta de estarlo, y aún así seguía sin responderla con sinceridad.

— Todo bien, má. —sonreí para hacerlo más creíble. Ella me devolvió el gesto y se sentó en mi cama.

— Entonces, ese tal Manuel... —dijo entrecerrando los ojos.

— Mamá, lo conocí hace re poco y solo vamos a ver una peli, nada más.

— Y bueno, mucho cuidado ahí. —hizo el típico gesto de "te vigilo" y se retiró de mi habitación.

Mi madre solía ser un poco sobreprotectora, incluso cuando le pedí permiso para ir a la casa de Manuel lo había dudado, como suele hacer con cada autorización que le he pedido. Al final había accedido no sin antes anunciarme que me llevaría ella en el auto, no podía contradecirla porque ya mi hermana no estaba para acompañarme y mi padre tenía cosas que hacer, solo esperaba que no quisiera entrar a la casa de Manuel y conocer a su familia.

Unas horas más tarde, ya estábamos en frente de la fachada de la casa del rapero, le había enviado un mensaje avisándole que había llegado, por lo que estaba esperando su respuesta en el auto junto a mi mamá.

— ¿Y si bajamos a tocar la puerta?

Al escuchar el bajamos abrí los ojos y me volteé a mirarla fijamente.

— Vos no vas a entrar, mamá.

— ¿Por qué? ¿No puedo conocerlo?

— No es el momento.

Salí del auto antes de que pudiera decirme algo y caminé rápidamente hacia la puerta, la cual fue abierta, apareciendo detrás Manuel, al verlo sentí algo raro en el estómago.

— Alba, pasá —hizo un ademán indicándome que podía entrar a la casa. —¿cómo andas?

Respondí su saludo y continuamos la charla, hasta que paré en seco al entrar al living, porque estaba un pibe sentado en el sofá.

— Este es Manuel, un amigo —dijo señalando al pelirrojo. —todos le dicen Colo.

Me acerqué a saludarlo y luego, los tres sentados, empezamos a mirar la película planeada.

Debo admitir que me sorprendió mucho esta situación, en realidad era raro, no sé si lo había entendido mal pero pensé que Manuel me había invitado a algo así como una cita. Que trajera a su amigo no era algo que indicara que así fuera, entonces seguro había confundido todo, las inseguridades empezaron a rondar por mi mente, ¿tan tonta fui como para pensar que él tenía algún interés en mí?

Contuve mis sentimientos y dejé pasar el rato, de todas formas ya estaba acá y, aunque ganas no faltaban, no iba a huir corriendo hasta mi casa.

Colo resultó ser muy gracioso y amigable, sus comentarios hicieron que el ambiente fuera mucho más ameno y relajado.

— Alba, no le digás a Manuel que te dije esto. —susurró después de que su amigo se retirara para ir al baño.

Lo miré confundida y él continuó con su discurso.

— Vos sabés que él es tímido y un completo pelotudo, —los dos reímos ante este comentario. —pero yo sé que le llamás mucho la atención.

— Entonces, ¿por qué no quiso tener una cita conmigo?

— Si te referís al porqué de mi invitación a su cita, ya te dije que es un tremendo pelotudo.

Nuestra conversación susurrada fue interrumpida por la llegada de Manuel, por lo que la cosa quedó así, y yo estaba más confundida que antes.

Digo, ya sabía que él era bastante tímido, pero nuestras anteriores conversaciones habían sido tan fluidas que pensé que no le incomodaría pasar más tiempo a solas conmigo. De cualquier manera, al terminar de ver la película, puse una excusa cualquiera y me fui de inmediato.

No la había pasado tan mal al final, pero en serio me había quedado muy confundida.

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