Nueve.

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Número desconocido: Hola Alba, necesito hablar con vos de algo re importante.

- ¿A qué se referirá con algo "re importante"? -pensé. Ya me estaba empezando a asustar.

hola, quién sos?

Disculpame por no decirte antes, soy un pelotudo
Soy Colo, el amigo de Manuel

Mi estómago dio un vuelco al leer el nombre de Manuel. No entendía qué cosa tenía que contarme su amigo, la situación se ponía cada vez más rara.

Te puedo llamar?

sí, obvio

Mis manos se cubrieron por una fina película de sudor debido a la ansiedad por saber qué era eso tan importante de lo que Colo me quería hablar. Vi de nuevo la hora y, como ya lo suponía, solo habían pasado cinco minutos desde que le había enviado el último mensaje, a pesar de que sentía como que hubiese sido hace una hora.

La melodía estilo lo-fi hizo que saltara de la silla y corriera a atender el teléfono.

- Hija,- escuché que dijo la voz ronca de mi papá, y quedé un poco confundida. - ya vamos a llegar a casa, tu mamá y yo necesitamos hablar con vos urgente.

Quedé muda por unos segundos, después le repondí un ok en voz baja y colgué la llamada, la cual definitivamente no era la que esperaba. Empecé a cuestionarme qué podría haber hecho mal, pero nada muy grave se me vino a la cabeza.

Bajé a tomar un vaso de agua en la cocina y como mi mente no podía calmarse parecía que la única forma de liberar el estrés era dar vueltas por toda la casa, esperando hasta que sonara la puerta de la entrada indicando que llegaron mis padres. Cuando eso ocurrió nos dispusimos a sentarnos en los sofás de la sala, ellos se sentaron juntos y yo me encontraba sola en un sofá enfrente de ellos, lo cual hacía que la escena pareciera un interrogatorio.

Unos segundos de un silencio tenso transcurrieron, hasta que mi madre lo rompió: - Alba, estuvimos hablando con tu tío Luis.

Tragué el nudo que se formó en mi garganta y me quedé en silencio esperando que continuara. Esa última frase había acrecentado mis nervios, ya que, si había alguien con quien hablara de todo, era con mi tío Luis y con mi hermana, la diferencia es que la última era bastante confidencial con los demás respecto a nuestras conversaciones y digamos que mi tío no guardaba muy bien secretos.

- Estos días estuvimos bastante preocupados por vos porque te notábamos extraña, -continuó mi padre. - entonces cuando visitamos a tu tío se le escapó una información y ahí entendimos todo.

- ¿Qué les dijo? -pregunté de forma cortante.

- ¿Nos estuviste mintiendo sobre a dónde ibas cuando salías, Alba?

Ahí lo comprendí todo. Es que, muchas de las veces que salía con Manuel les decía a mis viejos que estaba en la casa de una amiga, tal vez esto no pareciera la gran cosa, pero para mis padres sí lo era, ellos se habían vuelto bastante sobreprotectores desde que mi hermana se fue de la casa y yo quedé como la "hija única", por eso mismo les mentía.

Bajé la mirada y no respondí, mi madre soltó un suspiro y se fue, a diferencia de ella mi padre se quedó sentado esperando a que me dignara a responder algo, pero eso no sucedió. Cuando carraspeó y se dispuso a hablar solo rogaba con todas mis fuerzas que no pronunciara "la frase".

- No esperaba esto de vos. - y ahí cayó precisamente lo que no quería que dijera - Claro que estás castigada por un mes, y no podés salir a ningún otro lugar más que a la escuela.

Asentí con pesar y me dirigí a mi habitación, ya era bastante tarde y como no quería seguir estudiando agarré mi teléfono y empecé a revisar las notificaciones. Con lo que había pasado se me había olvidado por completo el asunto de Colo, pero el aviso de una llamada perdida de su parte me hizo recordarlo. Debatí en mi mente si se la iba a devolver ahora o mañana, ya que no tenía muchos ánimos en este momento, pero me incliné por llamarlo de una vez por todas y así quitarme las dudas.

Luego de repicar por un rato la otra línea atendió, nos saludamos y hablamos un poco de cómo estábamos, pero yo quería ir al grano.

- Bueno, entonces contame de qué me querías hablar.

- Ah, sí -se quedó en silencio por un rato y suspiró. -digamos que hay un problema con Manuel.

- ¿De qué problema hablás?

- Él es un pelotudo.

Definitivamente no sabía qué responder a eso, aunque en realidad parecía una descripción acertada del antes mencionado, o al menos en muchas ocasiones parecía ser así. Me comencé a reír y él también.

- Pero, ¿por qué lo decís precisamente?

- Por lo que está haciendo con vos, Alba -no dije nada y esperé a que continuara. - él está hasta las manos por vos, solo que no le dan los huevos para decírtelo.

- Colo, la verdad es que yo ya no sé que hacer con Manuel, estoy re confundida.

- Y por eso te estoy contando esto -habló, recalcando el por eso -, mirá, cuando él se entere de esto me va a matar, pero si no lo hacía, lo suyo se iba a ir a la mierda y no quiero que pase eso.

Le inventé una excusa para colgar ya que no quería seguir hablando de eso, a pesar de lo mucho que le agradecía el decirme todo lo que me dijo, aún siendo uno de los mejores amigos de Manuel, pero la verdad es que en ese preciso momento estaba muy cansada como para seguir dándole vueltas. Decidí que lo mejor era irme a dormir y esperar a que mañana se me ocurriera qué hacer con esa información.

(N/a)

Muchísimas gracias por el apoyo que le están dando a esta historia, aún no me creo que ya llegó a los 1.1k de vistas, los quiero y perdón por no actualizar antes.

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