05. Perdido.

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The one that got away - Katty Perry.

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Con lentitud, fue sentándose en la cama, teniendo cuidado de no irrumpir el sueño de Sett

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Con lentitud, fue sentándose en la cama, teniendo cuidado de no irrumpir el sueño de Sett. Podía sentir su pecho latiendo de forma incesante y errática, una mezcla de dolor y, sólo un poco, de felicidad, lo recorría a causa de ese mensaje.

Después de su último e inoportuno encuentro, no entendía mucho la razón de comunicarse por él, ¿quería arreglar las cosas? ¿Ella de verdad... qué volver?

¿Debía responderle? Miles de situaciones se le aparecían en la mente junto a las consecuencias de hacerlo... Y ninguna era buena.

—¿Phel?

El rojizo aún descansaba pegado a su cuerpo, ahora con la posición que el pelinegro tenía, Sett descansaba entre el colchón y su cintura. Una pequeña sonrisa apareció en los labios del menor, acariciando los revoltosos cabellos del recién despierto.

—Lamento despertarte...

Sett refregó sus ojos, dándose tiempo a despertar. Percibió lo tenso que estaba el contrario y que su expresión no era ni de sueño o cansancio y se puso en alerta.

—¿Estás bien?

Aphelios se estremeció cuando la voz de Sett era más gruesa que lo normal, calmando sus pensamientos lo más que podía para ser sincero.

—No. —se refugió sobre el cuerpo del contrario, escondiendo su rostro sobre el pecho. Sett, algo confundido, lo acogió en sus brazos, recostándose boca arriba para más comodidad.

—Puedes contarme cualquier... —se detuvo al notar como su pecho se humedecía. Aphelios había empezado a sollozar ahogadamente contra su torso.

Sett supuso que la actitud de Aphelios, no era por las cosas sucedidas la noche anterior, ya que, si fuera por ello, de seguro estaría apartándolo o gritándole que ni lo tocara; descartó esa idea de su cabeza. Tampoco lo conocía lo suficiente como para saber todo lo que lo ponía mal o triste, pero recordó la única vez que sí lo vio llorar: en el baño, luego de haber visto a esa muchacha.

Nunca pudo averiguar bien qué había pasado entre ellos. La única persona a la que le tenía la confianza suficiente, como para preguntar, era a Zed, y él le tenía bastante respecto al pelinegro para no hablar de ese tema. Solo sabía que era su ex, que ya no vivía en la ciudad y fin.

Cuando los pequeños espasmos del joven encima de él se detuvieron, le sujetó de su rostro para que lo mirase. Su nariz estaba rojiza, sus ojos aguados y su labio inferior titubeada.

—Lo siento... —Aphelios tomó de la sábana y la pasó por el pecho del contrario para limpiar las gotas que habían caído encima.

Sett lo miraba sonriendo, pese a dolerle verlo así también le daba muchísima ternura.

SettPhel ─ Magic Ways.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora