2. Realeza

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—¿Cuándo vas a entender que no quiero nada contigo, Jisoo? —masculló Taehyung, tratando de calmar a su voz de alfa, no quería usarlo con aquella plebeya.

—Pero, dijiste que...

—Tan solo fui amable contigo, eres bonita, tienes curvas y una linda sonrisa, pero no estoy interesado en ti, ¿sabes? —le interrumpió, odiaba ilusionar a las personas que éstas solo sentían simple atracción hacia su físico. La omega poco a poco asintió con tristeza. —Por favor, no lo tomes personal, no quiero que te aten a alguien que no te amará como lo mereces... —finalizó con seriedad.

La omega se sentía triste. Dándole al príncipe la razón a la situación. Tal vez por eso sentía tanta atracción hacia su persona, de tan respetuoso y directo que era terminaba rendida a sus pies.

—Supongo que confundí las cosas, aparte tu madre me mandó aquí.

Taehyung lo supuso. Su madre le estaba buscando una omega para formar una familia, ya que tenía la edad para casarse, puesto que no podía atrasar más el tiempo. Sin embargo, no lograba sentar cabeza con ninguna, en si las omegas eran bonitas, tenían buen aroma, resaltaban sus curvas, sus sonrisas y pequeña personalidad, no sentía las chispas que una persona atraída tendría al ver a varias omegas en el castillo Real.

—No confundiste nada, solo te sentías atraída a mí —dijo. —. Ahora bien, ¿qué pasaría si yo correspondiera tus sentimientos?

Antes que la omega dijera algo, otro aroma se hizo presente a la sala. Era su madre entrando al lugar.

—Oh, señora Kim...

De nuevo pensó Taehyung rodando los ojos ante las feromonas de felicidad de la Alfa.

—Prepararé los festivos para la boda Real, si en verdad están enamorados. —soltó sin más la alfa.

Taehyung quería gruñir en protesta, ese no era el punto de su pregunta.

—¿Nos puedes dejar a solas, madre?

—Por supuesto que no, quiero oír lo que dice la omega.

Taehyung se tapó la cara, su cuerpo hervía de enojo, quería estar a solas y estar en buenos términos. Ahora que estaba su progenitora debía mantener la calma, ya que casi siempre era igual. Si él preguntaba algo parecido a la unión, directamente su madre saltaba con curiosidad.

—Bueno, la verdad que me parece atractivo. Se ve muy educado, atento y sexy, pero...

—¿Pero? ¿Dijiste, pero? —alegó la mujer, acercándose a la omega.

Taehyung sabía lo que pasaría, por lo que de forma rápida, se levantó del sillón y se colocó en frente de ambas mujeres.

—Es suficiente, madre. —habló, girándose hacia la omega. —Jisoo, ve a casa, por favor.

La omega se ruborizó de tan cerca que estaba el más alto, su fuerte aroma a menta y pino, era exquisito.

—¿Te estas escuchando, Taehyung?

—Por favor, Jisoo, vete. —musitó, sin prestarle atención a lo que decía su madre. —Ahora.

—Taehyung...

—¡Vete! —exclamó, estaba tratando de atajar a su madre de la omega, no podía soportarlo más.

Jisoo podía leer aquellos grandes ojos marrones. Parecía pedir perdón, pero ¿un alfa pidiendo aquello? ¿por qué lo haría? La omega no quería dejar las cosas así, ella quería correr el riesgo. Si la madre del príncipe trataba de hacer algo que le marcara de por vida, no se lo iba a permitir. por lo que armada de valor, se giró bruscamente hacia el más alto y lo besó.

Los forcejeos cesaron, la señora Kim miró la escena perpleja, no entendía a esa omega, ¿cómo se atrevía a lanzarse así a un alfa el primer día?

—Esto no puede ser en serio. —vaciló la mujer, alejándose de ambos y salir del lugar, ya tuvo suficiente con aquella plebeya.

Muy por el contrario, Taehyung no cerró sus ojos ni correspondió el beso, estaba muy sorprendido ante ese acto, tan solo había pedido que se alejara y lo deje solucionar las cosas, pero aquella omega se interpuso en su actuar. Al separarse, sus miradas se conectaron, el castaño veía el pequeño rubor que tenía la omega, la acaricio con suavidad su mejilla y sonrió.

—Me gustas, Taehyung, pero no eres mío —admitió, acariciando la mano del alfa. —. Te agradezco por haberme defendido. Lamento no poder ser algo más. Aunque podemos ser amigos, si tú me lo permites y gustaría.

Aquellas palabras, parecían una fuerte cachetada a su persona. Sin embargo, se sintió realizado por su honestidad firme con la omega. No la merecía como tal, pero si le hacía sentir mejor ser un «algo» de ella, lo haría.

—Eso si te lo acepto. Lamento tanto el alboroto, no volverá a suceder. —dijo, haciendo una reverencia.

—No te disculpes, la que debe pedir perdón por su actuar soy yo —susurró con pesar. —. Siento mucho haberte besado, no es lo correcto.

—Puede que no haya sido lo correcto, pero alejaste a mi madre de aquí, debería darte las gracias —musitó con diversión. La omega río negando con la cabeza. —. ¿Qué? ¿Dije algún chiste?

—Nada —respondió. —. Eres simpático, siguiendo con el tema, ¿en verdad quieres ser mi amigo?

—Con gusto —murmuró. La omega lo fulminó con la mirada, alzando una ceja. —. Si te hace sentir mejor, yo no tengo problema, de verdad.

Jisoo suspiro rendida. Tal parece que el alfa solo quería devolverle el favor. No se iba a permitir pisotear de nuevo. Lentamente, se separó de Taehyung, tomó su cartera y le miró.

—¿Sucede algo?

No.

Taehyung se sorprendió al escuchar la voz suave, dulce y baja de omega que soltaba la plebeya, junto sus feromonas ilusionadas.

—¿Jisoo? —habló, tocando su hombro.

La omega de forma brusca se removió de su toque. Creía que el alfa no se rebajaría a ese nivel tan humillante, pero aquella respuesta sutil supo que así lo era.

De acuerdo, Taehyung-ah, no somos amigos —murmuró. —. De nuevo, te pido perdón por besarte, espero que...

—Te dije que no tengo problema en ser tu amigo, ¿por qué das tantas vueltas? —le interrumpió con molestia.

Eso pregúntate a ti mismo, cuando sientas que lo que estás haciendo no es un favor y es algo que surja de ti —masculló. —. Yo puedo aceptarte como eres antes y después, pero en estos momentos, solo eres el príncipe y yo una simple plebeya. —finalizó, saliendo del salón.

Taehyung chasqueo la lengua, se estiró y se sentó en el sofá pensando lo que había hecho. No solo la había herido, sino demostró ser más un alfa del montón también.

—¿Será que soy así solo con las mujeres? —soltó al aire.

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