Mensajes a la distancia • 𝐕𝐊𝐎𝐎𝐊 🖊

10. Esto es nuevo

Jin caminaba de lado a lado, mirando la pantalla en su celular, seguido la puerta de la tienda. No había ningún mensaje, llamada o siquiera la silueta de su hermano menor. Sin embargo, amplió los ojos al ver un alfa salir de la zona.

Con asombro, curiosidad y preocupación, caminó a pasos rápidos hacia él. Puesto que era la última persona en hacer presencia frente a muchas castas y guardias policiales.

—Buenas tardes, MinHo. —saludó, reconociendo al hermano de Namjoon.

El chico le miró.

—Disculpa, ¿has visto a mi hermano, Kim Taehyung?

—Oh, buenas tardes, príncipe —musitó, haciendo una reverencia. —. Con lo que respecta de su pregunta, sí, hace un rato hablé con él.

—¿Sabes si ha salido o ido a otro lado?

—No ha salido, sigue estando dentro del local con un omega. Es mi amigo Jungkook.

—¿Cómo dices?

El joven volvió repetir lo mismo, cosa que hizo cuestionarse internamente. ¿Escuchó bien?, ¿un omega?, ¿habrá acordado salir con sus amigos sin saberlo?, ¿intentó ligar con alguien de la aplicación?

—Con permiso —habló Minho, sacándole de sus pensamientos. —. Me debo ir.

—Sí, sí —afirmó, haciéndose a un lado y dejándolo pasar. —. Gracias por decirme, saludos a tus hermanos de mí parte.

El alfa asintió con una sonrisa, se despidió y alejó de él. Ahora sabía del por qué no había ningún mensaje, llamada o salida del menor. Ni siquiera podía expresar su incomodidad del asunto. El mirar a las personas presentes, se notaba la extrañeza y sorpresa por la cantidad de seguridad en aquella tienda tan concurrida.

—¿Entramos al lugar, príncipe SeokJin? —preguntó uno de sus guardias.

Él negó.

—Entendido, ¿seguiremos esperando?

—Sí —respondió, sin apartar la vista de la entrada. —. A pesar de pedir más tiempo y no ir tras él, Kang —le miró. —. Confío en las palabras de mi hermano y siento que está bien.

El guardia asintió.

—Por otro lado...

Antes que continuase, fue interrumpido por otro guardia dándole su teléfono. El alfa alzó una ceja en cuestionamiento. Agarró el aparato en una de sus manos, lo sujetó y lo llevó a su oreja.

—¿Hola?

—Hijo, ¿cómo están?, ¿ya están de regreso a casa?

El alfa tragó saliva, pensando y buscando alguna excusa para poder estar más tiempo fuera del hogar, ya que la Alfa Mayor llegaba a la madrugada y él debía de hacer algunas cosas en la casa los fin de semana, mientras su hermano menor debía seguir estudiando y recibir plebeyas para su futura unión.

—Kim SeokJin, hijo, no tengo todo el día, ¿estás ahí?

—Sí, mamá... estamos bien.

—Mira, aún sigo en el trabajo y no me puedo quedar mucho tiempo en el celular —le recordó. El alfa dijo un bajo —sí— y dejó que continuase. —. Te llamé porque me empecé a preocupar que no me hayan dejado ningún mensaje, ni siquiera tu hermano me atiende mis llamadas, ¿está todo bien?

—Perdón... es que estuvimos yendo a varias tiendas. Supongo que se nos fue la hora —dijo, excusándose. La mujer río. —. En verdad, lo siento mucho, mamá. Ya sabes cómo es Taehyung, él a veces pone en silencio su celular cuando salimos.

—Está bien, acuérdate que hoy no está Chun Hwa. Así que te toca hacer la cena, cariño.

—Pero...

—Ahora son las una de la tarde, ¿ya están camino a casa?, ¿harás la cena o comerán por ahí, cielo?

—Ehh... —empezó a hablar, rascándose la nuca sin saber que hacer. Su madre aclaró su garganta esperando una respuesta. —. Nos quedaremos un poco más, si no te molesta, mamá —prosiguió. —. Por mi parte, no tengo problema en hacer la cena o comer por ahí. Le preguntaré a Tae y te avisaré.

—Bueno, no hay problema, hijo. Cuídense, no hagan cualquier tontería o meterse en problemas. Los quiero.

—Sí, lo haremos, mamá. Nosotros te queremos más. —dijo antes de colgar la llamada.

Se sentó en una banca cerca del local, estaba confuso y pensativo por lo que acababa de pasar. No podía dimensionar toda la situación. Soltó un suspiro, lo primero que se le cruzó a la mente era avisar a los guardias que llevaran a todas las personas a otro lado. Después, intentar comunicarse de nuevo con su hermano o caso contrario, ir tras él y saber que había pasado.

No obstante, la última idea lo desechó. Intentando calmarse de tanta preocupación acumulada, empezó a recordar como Taehyung se había perdido durante varias horas en una tienda de muebles. Ese día, los primeros minutos fueron buscar al pequeño, después estaban alarmados que terminaron por llamar a la policía y finalmente, luego de quince minutos, lo encontraron jugando con varias telas rasgadas en la zona de decoraciones.

Desde esa vez, su madre le enseño que, en primer lugar, tenía que buscarlo, guardar la calma y esperar a que aparezca en algún punto. Aunque ya sabiendo dónde estaba gracias al hermano de Namjoon. Estaba tranquilo.

—Príncipe, ha pasado media hora, ¿empezamos la búsqueda?

—No, Lee. No hay ninguna búsqueda.

—Pero, el príncipe Kim Taehyung...

—Mi hermano está en la tienda, Lee. —confesó, levantándose de la banca. —En este instante lo único que pido es que se vaya toda esta gente, así podremos hallar una solución rápida de lo ocurrido. Es primera vez que pasa esto, así que, para ahorrarnos problemas futuros o malentendidos debemos actuar ahora.

El beta acató la orden, caminó hacia los policías y comunicó lo que el príncipe pedía. Estos comprendieron la situación. Por lo que empezaron a guiar a los individuos que se dirijan a otra planta del centro comercial. Poco a poco, SeokJin vio el camino vacío. No había casi nadie, salvo él y sus guardias en espera de nuevas indicaciones.

Miró de nuevo su celular, este marcando las dos de la tarde. Con el estómago vacío, caminó hacia un restaurante cercano de la tienda y pidió fideos instantáneos.

De nuevo, se sentó en la banca, miró la puerta y prosiguió con la espera. Tenía la esperanza de volver a ver a su hermano. Sin percatarse que la tarde solo era la punta de un nuevo comienzo.