2 - El escape

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Con el paso de los días se me había olvidado la llegada de esa pareja al barrio, en especial por las llamadas odiosas de mi ex que venia de visita a mi ciudad y me quería ver, cosa que yo no estaba a favor. Ese fin de semana mi mamá viajaba por temas de trabajo y quería aprovechar de ver series luego de salir del trabajo, pero para mi sorpresa ese día había un ser asqueroso esperándome en la puerta, mi ex novio. Con tan solo verlo sabia que mi día se iba a ir a la basura

Me petrifiqué cuando lo vi, estaba de espaldas pero obviamente era el, tocaba reiteradas veces la puerta de mi casa y miraba por las ventanas

-¿Que hago ahora, espero a que se vaya? No creo es tan insistente que de seguro no se irá tan pronto- pensaba todas las opciones que tenía cuando mi celular suena, ¡era el llamándome! Fue una estúpida idea no tener su numero bloqueado aun, el se giró al escuchar el sonido y yo de un salto comencé a correr, escucho que me llaman desde atrás y con la desesperación me metí a un patio de una casa.

-¿Laura, porque escapas de mi?¿donde estás?- decía mi ex novio acercándose, asustada comencé a buscar algún lugar donde esconderme rápido, y a mi lado hay unas cajas con una lona y una pequeña entrada, era mi salvación.
Entre rápidamente y para mi sorpresa había un pequeño espacio donde fácilmente cabía por mi pequeña estatura, me quedé callada para que no me encontrara mi ex y mi corazón estaba a mil por hora. Luego de unos minutos que no lo volví a escuchar pude respirar aliviada.

-Cariño ¿tu dejaste la puerta del patio abierta?- escuche decir a una mujer desde afuera

-No, para nada estaba dentro viendo el tema de los libros, creo que tenemos un exceso de libros- ahora hablaba un hombre, en ese momento me acorde de la pareja de vecinos que habían llegado ¿Qué dirán si me ven aquí? Es una situación completamente extraña y vergonzosa

-Son todos tuyos idiota, oye y ¿Dónde quieres poner la jaula? si la dejamos afuera de seguro se oxidara si llueve- dijo la mujer, mientras escuchaba pisadas acercándose a mi.

-Pongámosla adentro y la dejamos en la habitación o el living- comento el hombre, cuando en ese mismo momento siento que la sabana que cubría mi escondite se levanta de golpe y veo la luz del sol, en ese instante me percate que mi supuesto "escondite" era la jaula de la que tanto hablaban.

Los dos me quedaron mirando asombrados, una chica dentro de una jaula en el patio de unos desconocidos y yo solo me sonroje e intente lo mas rápido escapar de ese lugar, pero para mi mala suerte al intentar salir choque con la reja de salida de la jaula y la cerré quedándome dentro adolorida, cautiva, avergonzada y sonrojada.

-Creo que tenemos una ¿invitada?- dijo el hombre sonriendo y acercándose para observarme por la rejilla

-Creo que si cariño- le contesto la mujer mientras se acercaban a verme como si fuera lo mas interesante en el mundo, aunque en ese momento lo era. Me puse nerviosa y mas sonrojada, aunque de alguna forma estar en esa posición encerrada frente a extraños me provoco una sensación muy extraña que recorrió toda mi espalda

-Em . . . esto. . . disculpen. . .yo . . .¡puedo explicarlo!- trate de articular alguna oración para esclarecer esta rara situación.

-¡Wow! tranquila, no somos policías ni nada por el estilo, calma no haz hecho nada malo ¿o eso creo yo?- dijo la mujer con una voz tierna y calmada.

-Iré por jugo, de seguro con este calor debe estar sedienta- dice el hombre y entra a la casa, mientras la mujer instala una sombrilla sobre una mesa en el patio y alrededor de esta tres sillas. El hombre trajo tres vasos con jugo y galletas, la circunstancia era totalmente rara, ellos haciendo cosas comunes mientras que yo estaba aun encerrada en la jaula ¿acaso me dejaran aquí?¿son secuestradores? muchas ideas estaban pasando por mi mente, pero a pesar de eso la situación me provocaba excitación de alguna manera ¿estaba loca?.  Hasta que escuche un click

-Ya pequeña ven a sentarte y cuéntanos porque estabas ahí encerrada- dijo la mujer mientras habría la jaula, tuve que salir gateando por lo pequeño de la reja, me levante y me senté con ellos, aun estando hecha todo un tomate. Ellos se presentaron como Melisa y Jake, tenían ambos 24 años y habían llegado hace poco a la ciudad. Les conté lo que había pasado con mi ex y como termine en su jaula. Cuando termine de contar Jake se rio y Melisa lo golpeo para que no lo hiciera, luego los dos se rieron mientras yo los miraba y comía galletas tímidamente, me sentí muy aliviada al saber que no eran secuestradores.

-¿Quieres mas galletas laura?- dijo jake.

-No, gracias creo que ya debería volver a casa, espero que mi ex ya se haya aburrido de buscarme-. Nos levantamos de la mesita y entre todos llevamos los vasos a la cocina, su casa era similar a la mía pero mas grande y mejor ordenada por dentro. Al llegar a la puerta delantera, me dijeron que podía volver cuando desease, eso me alivio mucho luego de la vergüenza que había pasado frente a ellos.

Estábamos los tres en la puerta aun conversando, cuando comienza a escucharse a alguien llamándome 

-¡¿Laura?!- 

Era la voz de mi ex, ¿enserio aun estaba buscándome? por el susto solté un chillido que de seguro el escucho porque comenzó a escucharse pasos cada vez mas cerca, antes que pudiera decidir que hacer melisa me toma desde la espalda y de un jalón me tiró dentro de la casa.

Quede tirada en el piso al lado de los pies de melisa, mientras escuchaba a jake hablando con mi ex

-¿Una chica? lo siento somos nuevos en la ciudad y no conocemos muy bien a los vecinos, somos solo mi pareja y yo en la casa- trate de gatear para a otro lugar mas lejos de la puerta, pero gracias a mi torpeza choque con una silla y sonó fuerte, me quede helada, me atrapara estoy jodida. 

-Oh lo siento, es nuestra mascota que se esta acostumbrando a la casa- dice melisa con su típica voz calmada. 

-Luna quédate quieta por favor- dirigiéndose a mi. A lo que yo obedientemente y para mi sorpresa, puede que sea por los nervios o para lograr que se vaya, no lo se, me arrodille y ladre lo mas creíble posible

-Guaf guaf- Esto era realmente humillante pero era mejor que encontrarme con el

Mi ex se disculpo por la interrupción y se fue para otro lado, jake cerro la puerta y nos sentamos los tres aliviados en el sillón. Mi corazón iba a mil por hora y mi entrepierna estaba caliente. Los tres nos miramos y nos reímos, las horas siguientes fueron muy tranquilas y divertidas hasta que me despedí, agradecí todo lo que habían hecho por mi y me regrese a casa, en el camino observe si había una pista de el pero no había ni rastros de mi ex.

Supongo que mi día no fue tan malo como pensé.




Mascota de la casaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora