3 - Desayuno

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Esa noche no pude dejar de pensar en lo que había sucedido ¿por que me excito ser tratada así? los recuerdos venían una y otra vez, mi entrepierna reaccionaba, pensaba en jake y melisa, mirándome y tocándome. Hace mucho tiempo que no me masturbaba pero esa noche no pude evitarlo, mi vagina me llamaba, con unos toques suaves me salieron los primeros gemidos, mis dedos entraban, salían y yo solo pensaba en ellos. Al terminar me di cuenta lo empapada que había quedado, me di una ducha y me acosté.

Esa mañana de sábado fue muy helada, me levante y me puse pijama. Entre a la cocina para preparar mi desayuno, una rica leche con cereal, cuando tocan la puerta. Mi madre no podía ser ya que ella volvía el lunes, mire por el ojito de la puerta y era el. Ahora entienden cuando les digo que mi ex hostigaba mucho. Camine despacio hasta mi habitación para que no percatara mi presencia y me cambie de ropa, no me podía quedar aquí, el iba a estar todo el día como lo hizo ayer. 

Me salí por el patio de la casa hasta llegar al patio de melisa y jake, entre y me quede viendo si por algún lado se veía a mi ex, exactamente como supuse el aun seguí en la puerta de mi casa.

-Hola luna, creo que nos extrañaste- era la voz de jake desde la ventana que daba al patio, me dio un susto y un alivio enorme.

-Si, o sea no. Lo que quiero decir es que mi ex esta afuera otra vez y no creo que se vaya tan pronto y lo único que se me ocurrió era venir para acá. Pero si es mucha molestia puedo irme no hay problema- sonreí inocentemente

-No te preocupes, entra, justo estaba haciendo el desayuno ¿Me ayudas?- dijo jake y yo asentí mientras entraba a la casa, estaba tibio en el interior con un rico aroma a chocolate en el aire.

En la cocina jake estaba terminando de hacer chocolate caliente y comenzó a preparar otra para mi.

-Yo termino aquí, mientras tu haz el huevo revuelto ¿entendido?- me ordeno jake con un tono suave y cariñoso, yo felizmente obedecí esa simple orden. Terminamos de cocinar y lo pusimos en la mesa, me senté y ya estaba a punto de comer cuando jake me apretó la mejilla

-Mala pequeña, no hagas eso primero hay que esperar a que todos estén en la mesa- Me puse roja y me sobe la mejilla, jake solo me miraba y sonreía lo que empeoraba mi vergüenza. 

Al ver al rededor recordé que faltaba melisa la cual parecía que seguía acostada, a lo que jake me mando a buscarla.

Su habitación esta al fondo del pasillo, la puerta estaba semi abierta por lo que pude ver una cama grande con sabanas azules y al lado derecho estaba melisa, me sonroje al verla ya que solo estaba con una polera delgada y braguitas negras,  su trasero era mas grande que el mío y sus pechos del mismo tamaño, toque la puerta para despertarla pero no funciono. Me acerque diciendo su nombre pero tampoco hubo respuesta, entonces le toque el hombro para sacudirla y con un rápido movimiento me atrapo entre sus brazos acercándome a su pecho. 

-Amor deja de jugar con la pequeña y vengan a comer- Escuche gritar a jake desde la otra habitación, con eso melisa abre los ojos y me ve. Al principio se asusta pero me da un beso suave en la frente y me suelta 

-Hola pequeña laura ¿sabes que espiar es malo?- Me dice en un tono burlón mientras yo aun asimilaba el beso. 

-Es que- dude en que contestar -Jake me mando a buscarte y no sabia como hacerlo y- trate de responder 

-Tranquila no ocurre nada, ahora que estas aquí aprovecha y tráeme mi pantalón- indico melisa refiriéndose a uno negro que estaba en el suelo, a lo que yo obedecí. 

Nos sentamos a la mesa y comenzamos a comer todos juntos, le conté a melisa lo que había sucedido y como había llegado ahí, nuevamente. Ella solo se reía y me acariciaba la cabeza con cariño, ellos eran realmente cariñosos, hace mucho que no me sentaba a la mesa a comer con alguien, quizás porque mi madre siempre esta ocupada, no lo se.

-Eso si amor, laura quería comer sin esperarte yo que tu la castigo- dijo jake mirándome seriamente 

-No no, eso esta muy mal pequeña, como castigo llevaras los platos a la cocina y los lavaras ¿entendido?- Melisa me miraba directamente, solo escuchar la palabra "castigo" me estremeció ¿por que me emocionaba recibir ordenes y castigos?.

-Si- Tartamudee emocionada y me levante llevando todo. Ellos se quedaron sentados en el sofá conversando sobre algo que no podía entender, pero cuando acabe me llamaron y me senté frente a ellos.

-Laura el tema con tu ex ya es medio raro, se que estas sola en casa y nos preocupa- dijo jake

-Si la verdad ya no se que hacer con el le dije de todas las formas posibles pero aun no quiere rendirse- comente un poco enojada

-Por lo mismo pensamos los dos, en que ¿te gustaría quedarte estos días aquí? por lo menos hasta que tu mama regrese- dijo melisa 

-¿Harían eso por mi?- mire con cara de gato con botas 

-Claro, nos gusta pasar el tiempo contigo y no queremos que te pase algo. Lo peor son esos tipos tóxicos, mejor evitar a estar lamentándonos luego- dijo jake. 

Luego de darles un gran abrazo les agradecí, me pasaran una de las habitaciones desocupadas para dormir, me quedaría sábado, domingo y me volvería el lunes. Jake comenzó a ordenar la habitación mientras melisa me acompañaba a buscar algo de ropa y cosas a mi casa. 

Nos escabullimos por el patio para evitar ser vistos por seres tóxicos, ejem, mi ex. Llegamos a mi casa y entramos por el patio, subimos a mi habitación y comencé a guardar algunas cosas en mi mochila. 

-¿Que mas te falta pequeña?- melisa estaba sentada en mi cama, que en comparación a la suya la mía era para un duende. -Solo me falta llevar ropa- dije mientras buscaba en mis cajones de ropa. 

-Que linda ropa interior- me gire y vi a melisa tomando una de mis bragas de corazones. 

-No no, ya llevo bragas las deje en la mochi..- melisa me ignoro y siguió revisando, no tenia la valentía para detenerla aunque no deseaba hacerlo.

-Laura, yo elegiré las que llevaras- dijo sonriendo melisa, solo me quedo aceptar. Melisa solo eligió una bien apretada y una de ositos, las guarde y dije 

-¿Feliz?- a lo que ella respondió 

-Claro, ya quiero ver como te quedan- No podía creerlo ¿A que se refería?¿Me estaba coqueteando? Guarde todas mis cosas y regresamos a su casa, todo el camino pensé en lo que había dicho, era un tomate andante.


Mascota de la casaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora