11 - Suplica

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Luego de salir del baño, me estaba esperando melisa para más sexo oral, regrese a mi posición y lamí todo lo que pude, esta vez melisa se concentro mas y si avanzo en los documentos que debía hacer, pasaron casi 15 minutos donde no pude dejar de lamer su rica vagina, en los últimos minutos ella comenzó a soltar los gemidos, creo que por fin había terminado sus quehaceres 

-Suficiente, lo hiciste muy bien, creo que me haré adicta a tu lengua sumisa- dijo mientras cerraba el computador

Me levante de debajo de la mesa, cada paso que daba sentía mi entrepierna más húmeda de lo que ya se encontraba, en eso siento una nalgada fuerte venir de la mano de jake

-Gracias señor- dije al mismo tiempo que daba un leve saltito por lo imprevisto del golpe

Jake venia de su habitación con algo en sus manos, por lo que vi era una pelota unida a un collar, con su dedo me indico que me acercara, trate de dar pasos lentos debido a que llevar tanga y estar mojada no era una buena unión. Me puso a pelota en la boca y cerro la parte de atrás en mi nuca, no podía hablar ni mover la boca

-Eso es una mordaza, pequeña- comento jake -Con eso no podrás hablar a menos que te la saquemos, estarás con eso un rato, si te portas bien te lo sacare-

Asentí con un leve y tímido desliz de mi cabeza, jake con sus manos grandes y suaves comenzó a acariciarme el cuello y bajar a mis hombros, tomo la parte de arriba del traje de sirvienta y la bajo, quede solo con mis sostenes, los cuales duraron bastante poco ya que los soltó de atrás y los quito dejándolos sobre el sofá. Estaba desnuda de torso y amordazada

-Preciosos pechos sumisa, quédate así para apreciarlos más- dijo jake mientras me tomaba de la mano y me guiaba a través de la sala, mis senos se movían y el no les quitaba los ojos de encima

-Déjame probar un poco amor- había aparecido melisa en el living, se acerco y apretó mis pechos suavemente, ya tenia duros los pezones por su culpa y siento que solo estábamos empezando

Melisa, apretó mi pezón izquierdo mientras mordía el derecho, me di cuenta que soy bastante sensible en esa zona porque esa leve presión me hizo dar un leve gemido a través de la mordaza que llevaba. Jake ya había comenzado a besar el cuello, yo estaba en el paraíso y en el infierno al mismo tiempo debido a esos dos ángeles, a esos demonios

Sentí como mi cuello quedaba libre, pero esas manos se dirigieron a mi trasero, subieron mi falda y alcanzaron mi tanga, Jake ya se había agachado y con un suave tiro la tanga se deslizo por mis piernas hasta salir, estaba sin ropa interior solamente con la falda del traje de sirvienta.
Melisa soltó mis tetas y subió a mi cuello, de nuevo era prisionera de sus labios y su inquieta lengua, en eso sentí una electricidad subir por mi espalda, era jake que estaba metiendo dos dedos dentro de mi vagina, sus dedos estaban muy adentro mio

-Cielos luna, estas empapada, mis dedos entraron sin problema- Decía jake mientras sacaba y volvía a introducir sus dedos en mi lentamente

Estaba soltando chillidos como loca, hace mucho que no me masturbaba alguien y que fuera jake me ponía mas excitada de lo que esperaba, el hecho de estar desnuda para ellos, para mis dueños me ponía mucha más caliente. Jake saco sus dedos y melisa dejo de besarme, me ordenaron acostarme en el sofá largo, como la sumisa obediente y caliente que soy no me demore en obedecer, cuando me acosté jake separo mis piernas con sus manos

-Bien abiertas zorrita- Otro insulto, yo solo quería mas y mas

Se sentó frente a mi vagina y con sus dedos acariciaba mi clítoris y labios, movía suave y rápido, eso provocaba que mi cadera se moviera de un lado a otro, melisa se quito la falda que llevaba y quedo desnuda de la parte de abajo, yo aun amordazada solo podía apreciar a mis amos teniéndome toda a su disposición

Mascota de la casaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora