4 - Castigo

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Luego de llegar al patio de jake y melisa entramos para que pueda ordenar mis cosas

-Bueno creo que ahí tienes todo. Descansa ya que en un rato mas limpiaremos dentro y todos deben ayudar- dijo jake mientras cerraba la puerta.

La habitación era parecida a la mía pero un poco mas grande, deje las cosas sobre la cama y vi que tenias miles de llamadas perdidas de mi ex, a las cuales obvio no iba a contestar.

Mi habitación permitirá observar su patio, en la ventana pude ver como esos dos correteaban por el patio como si fueran niños. Parece que melisa mojo a jake con la manguera y este se quería vengar, yo solo los miraba y sonreía, me gustaba mucho pasar con ellos, los tres. Un chorro de agua me despierta de mi trance, melisa me ataco con la manguera al igual que a jake.

-¡Laura ayúdame hay que vengarnos!-grito jake.

Sali para ayudar, entre risas y agua, todos quedamos empapados. Jake se quito su polera y la colgó, dando a relucir un cuerpo normal ni atlético ni gordo, lo quede mirando mientras me pasaba una toalla. Seguido de el melisa se saco su polera y quedo en sostenes, al verlos así me sonroje. 

-Sequemos bien a la pequeña o sino de seguro se enferma y ahí su mama nos mata jaja- dijo melisa.

-Mejor entren y cámbiense de ropa, también eres media enfermiza tu melisa- dijo jake al mismo tiempo que le daba una nalgada a melisa, lo que me sorprendió. 

-Si si, entiendo, ven laura tienes una carita de enfermiza como yo- afirme con la cabeza y comienzo a avanzar cuando de la nada siento una nalgada de parte de los dos, nunca me habían dado una antes, pero se sentía muy bien. Me di vuelta por reacción y solo me sonrieron.

En mi habitación estaba sacando la ropa para cambiarme cuando vi las braguitas que había escogido melisa, me coloque la de ositos, me coloque una falda y una polera negra, estaba terminando cuando melisa entra a mi habitación y me pone un tipo de cintillo para el pelo 

-Usa esto, te quedara bonito- dijo y yo me mire al espejo, para mi sorpresa era una de esos cintillos que usaban las sirvientas, me sonroje y pregunte por que debía usarlo 

-Ahora haremos aseo debes y eso te dejara acorde a la temática- no dijo nada mas y salió de la habitación.

No entendía como podía aceptar todo lo que me dijeran o hicieran, claro no era nada desagradable, pero aun así, es algo nuevo y yo me siento bien.

Salí de la habitación y jake me quedo mirando 

-Te lo dio melisa de seguro, a ver dime, ¿te gusta como se te ve?- 

-Si esta muy bonito, me gusta usarlo ¿no se ve bonito?- conteste 

-Claro que si pequeña- dijo jake mientras me acariciaba la cabeza. -Pero ahora comenzaras a hacer cosas, te toca la cocina, ¿entendido?- dijo seriamente jake 

-Si señor- conteste tímidamente, la verdad no se porque conteste de esa forma solo me resulto adecuado

-Esa es una buena forma de contestar- sonrió jake maliciosamente.

Paso un rato, yo tenia la cocina, jake el living y melisa el cuarto. Ellos se sentaron en el sofá para descansar, yo en eso ya había acabado mi parte, supongo que la cocina era la parte mas fácil

-¿Les llevo jugo?- pregunte desde la cocina al verlos tan cansados a lo que ellos aceptaron
En una charola lleve los dos vasos, esforzándome por mantener el equilibrio para que no provocar un desastre.

-Si que pareces una sirvienta así preciosa- Dijo jake al verme acercar con los vasos

-Si tienes toda la razón- continuo melisa

-Aquí tienen sus jugos señor y señorita- Comente con un ademan servicial para seguir el juego

-Ves amor tenemos a nuestra propia sirvienta- dijo melisa mientras tomaban los vasos que les traje, al escuchar eso mi cuerpo sintió un calor desde todos lados

-A ver, luna arrodíllate- ordeno jake, el cual me estaba llamando como el nombre que invento esa vez para cuando fui "mascota", eso me puso tan roja pero obedecí

-Oh mira cariño, nuestros vasos están sucios, creo que la sirvienta no limpio bien- dijo melisa obviamente mintiendo

-Si ya veo, eso esta muy mal, creo que merece un castigo- comento jake.

Solo miraba el suelo esperando alguna otra orden, pero escuchar la palabra castigo me hizo humedecer mi entrepierna 

-Sirvienta sube tu falda- ordeno melisa 

-Pero melisa yo..- trate de hablar 

-Obedece a tu señora- reclamo jake seriamente, lo que me hizo mojar aun mas y acatar la orden.

-Hermosas braguitas de ositos cariño- Dijo melisa a jake 

-¿Ya puedo bajar la falda?- pregunte a lo que recibí un no de ambos.

-Como no lavaste bien te castigaremos, ¿entendido sirvienta?- comento melisa yendo hacia mi espalda

-Si entiendo- Tartamudee nerviosa

-Vamos yo se que puedes contestar mejor- dijo jake dándome una fuerte nalgada

-¡Si señor!- Conteste al momento de sentir la nalgada de forma instintiva

-¿Entendido?- Pregunto esta vez melisa dándome otra nalgada igual de fuerte

-¡Si señora!-

Así siguieron dándome una tras otra, al comienzo sentía dolor pero luego este se mezclo con satisfacción mas y mas, mi vagina mojada solo por sentir golpes en mi culo. Mordía mis labios para no soltar algún ruido, en un momento se detuvieron y me bajaron la falda, yo ya tenia todo el trasero rojo por su culpa. 

Aun estando en la misma posición, se levantaron y se sentaron al frente mío.

-Laura ¿Cómo te sientes?- El tono de voz de melisa cambio abruptamente

-Disculpa si nos sobrepasamos, entendemos si estas enojada con nosotros, no quisimos hacerte sentir mal ni nada- continuo jake, los dos se veía muy preocupados y yo solo respire profunde y dije.

-La verdad nunca me había sentido así en mi vida, me asuste al comienzo pero se sintió tan rico- Me sonroje, mire hacia otro lado y seguí -¿Enojada yo? no, para nada. Fue genial, solo que me duele el trasero ahora- 

Ellos se miraron y se rieron, melisa me ayudo a levantarme, me abrazo y me acostó en el sofá mientras jake traía algún tipo de crema, la cual paso suavemente por mi trasero rojo, fue un alivio sentir sus manos masajeando. Luego de eso comimos y vimos unas películas hasta que fue la hora de dormir. 

Ya en mi cama, estaba tan agotada que solo quería dormir pero un ruido me despertó

-¡Si mas rápido, eso!- 

Venia de la habitación de jake y melisa, ellos estaban teniendo sexo, y uno bastante duro. Al escucharlos gemir a ambos no pude evitar tocarme, primero mi clítoris tocándolo rápido y lento al ritmo de sus gemidos. Bastaron unos cortos toques para que me moje completa y los gemidos comiencen a surgir. 

Luego pase a meter dedos, uno, dos, hasta tres logre introducir en mi interior moviéndose junto a mi rápida respiración, no podía evitar imaginar estar entre ellos dos siendo castigada otra vez, siendo tocada, besada, abierta y usada por ellos.





Mascota de la casaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora