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  Se despertó con una sonrisa enorme y lo primero que hizo al ponerse en pie fue dirigirse a la habitación contigua.

  Haruka permanecía dormido sobre su costado, Kento se sentó encima de sus piernas para darle un beso en la mejilla. Al ver como abría los ojos perezosamente dijo.

  — Buenos días, perezoso.

  — Había olvidado que salgo contigo — Por un instante el cuerpo de Kento se puso rígido pensando que actuó mal o aún peor que Haruka se arrepentía, éste al ver su cara de preocupación le cogió por la cintura tumbándole sobre él — Era broma, pequeño ¿cómo voy a olvidarlo?

  Entonces Kento quiso huir, pero los brazos del contrario se cerraron a su alrededor impidiendo que lo hiciera.

  — Para, eres un embaucador.

  Haruka estalló en una carcajada hasta que unos pasos resonaron en el pasillo, por un acto reflejo cubrió la boca de Kento con su mano. Los pasos fueron hacia la puerta del extremo del pasillo donde se encontraba el baño, si era su madrastra después iría a despertar a Kento.

  — Es mejor que salgas, te veo abajo.

  — Primer día de fingir que no hay nada entre nosotros — Iba a levantarse cuando Haruka sostuvo su muñeca acercándose a su oído.

  — Duerme esta noche conmigo.

  — ¿Estás loco? — Preguntó alarmado.

  — Podemos dormir en la tienda de campaña que mi padre hizo al empezar la primavera.

  Esa era una especie de tienda de campaña hecha con telas atadas entre el tejado y un árbol en el jardín, era amplia para ambos. Pero sería raro si dormían juntos.

  — Nunca hemos ido los dos a la vez — Señaló Kento.

  — Déjamelo a mí, si dices que sí yo me encargo.

   — Está bien, acepto tu propuesta — Entonces se bajó y volvió a su habitación.

  Cuando Haruka llegó al piso de abajo su padre ya estaba sentado a la mesa con una taza de café en la mano.

  — ¿Hay algún problema si está noche Kento y yo usamos la tienda del jardín?

  — Claro que no.

  — Esta noche no hay previsión de nubes y las constelaciones se verán bien. Es la única cosa en la que ambos coincidimos ¿puedes comentárselo a tu mujer?

  — No te preocupes por ella.

  En ese momento Kento bajaba las escaleras seguido de su madre. Su padrastro le sonrió.

  — Así que está noche vais a contar estrellas, es una afición que Haruka ha heredado de su madre.

  Kento miró a Haruka al otro lado de la cocina, éste le guiñó un ojo, cómplice.

  — Sí.

  — ¿Vais a pasar la noche fuera vosotros solos? — Dijo ella, alarmada.

  — Seguirán dentro de casa. Los chicos quieren ver el cielo, déjalos.

  Aunque no estaba muy convencida no dijo nada más, simplemente le dedicó una mirada fría a Haruka y se centró en lo que su marido le decía.

  Llegada la hora, Haruka preparó los prismáticos, una manta que haría las funciones del colchón, una sábana por si refrescaba y un par de cojines. Kento le sorprendió con un surtido de dulces y golosinas. Cuando su madre por fin dejó de asomarse cada cinco minutos para verificar que su hijo todavía estaba a salvo, Haruka se acercó a él sonriendo mientras le abrazaba por la cintura y le besaba lentamente. Durante todo el día no estuvieron sólos ni un segundo y ambos lo estaban deseando. Se sentaron encima de la manta disfrutando de los dulces.

   — Creo que mi madre aparecerá de madrugada — Bromeó tras morder un regaliz.

  — Odio las apariciones de madrugada, dile mejor que te mande un mensaje.

  — Me da miedo que nos pillen.

  — No te preocupes, no pasará nada.

   — No dormiré tranquilo, además tu intención de inventar esto no es dormir separados ¿verdad? — Su tono fue un poco juguetón adrede lo que hizo reír a Haruka.

  — Exacto, quiero abrazarte.

  Observaron las estrellas, pasearon por el jardín y cuando sintieron cansancio se acomodaron en el interior de la tienda. Kento se encontraba tumbado boca arriba, entre tanto Haruka permanecía sentado dándole la espalda.

  — Quiero decirte algo — Carraspeó, sin mirarle continuó — No me gusta la expresión de estar "saliendo" tampoco quiero estar en ese punto, me es raro salir con alguien a quien quiero, parece algo frío — En ese punto Kento se había sentado a su lado, pero Haruka no se movió — Estar con alguien de quien estás enamorado es más profundo, por eso me preguntaba si no te parece demasiado pronto para pedirte... Quiero pedirte que seas mi novio.

  — Haruka — Éste le dedicó una mirada cautelosa, Kento rodeó su cuello con un brazo al tiempo que posaba su frente en la del chico — Acepto ser tu novio.

  — Estaba tan asustado de que me rechazaras por anticipado — Acarició su mejilla sin separar sus frentes mientras suspiraba aliviado — Te quiero.

  — Te quiero.

  Tras unos segundos se tumbaron listos para conciliar el sueño, Kento puso su cabeza en el pecho ajeno abrazando el torso de Haruka recibiendo un abrazo por parte de su novio y un beso en la cabeza.

  — Espero que mañana al despertar podamos seguir siendo tan felices.

  Haruka apretó el abrazo buscando calmarle y transmitirle seguridad.

  — Por supuesto, pequeño. Nada hará que me aleje de ti.

AMOR ESCONDIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora