Capitulo 5: Iré A Buscarte.

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Narra _(Tn)

Después de media hora disfrutando de ver a Derek colgando de la escalera plegable del helicóptero, llegamos a la nueva guarida de el creador, esta era una guarida subterránea que estaba debajo de una vieja casa de empeño que manejaba una desorientada anciana que no tenía ni idea de que debajo de ella habían 5 pisos de una guarida secreta del peor villano de mi ciudad. Era la cuartada perfecta, este hombre era muy listo, desde el contenedor de basura de la parte trasera de aquella casa de empeño se encontraba un pasadizo que te llevaba al interior del escondite.

-Bien ya que estamos aquí... -Comenzó el creador- Derek quítate eso -le hizo una señal con sus dedos-.
-¿Que me quite que? -Comenzó a mirarse sin entender a lo que se refería- Jefe no entiendo a que se refi...
-Hablo de la chaqueta -Rodó los ojos-.
-¿La chaqueta? -Se abrasó a si mismo- Pero si usted me la regaló cuando me dio el cargo de su ayudante principal... su mano derecha.
-Bueno ahora te la des-regalo.
-Pero...
-No juegues con mi paciencia Derek -Sujetó su cien con sus dedos, entonces Derek procedió a quitarse la chaqueta y entregársela a el creador-.
-Bien -Dijo el creador una vez la tuvo entre sus manos, luego la sujetó frente a mi- Ahora es tuya -Una sonrisa se formó en mi rostro, en cambio Derek estaba rojo de furia- Te la has ganado.
-¡Gracias señor! -Dije con entusiasmo recibiendo la Chaqueta y poniéndomela, al fin había logrado ganarme su confianza-.
-No estoy entendiendo, ¡¿que significa esto?! -Apretó los puños- Yo soy su mano derecha ¡Yo debería llevar la chaqueta que hace juego con su atuendo no ella!
-Bueno ahora ELLA es mi mano derecha -Los nudillos en las manos de Derek comenzaron a tornarse blancos- Y tu fuiste delegado a simple ayudante -sonrió- y ponte una bata blanca, no puedes pasearte así en la guarida, tienen que aparentar ser muy listos y no hay nada que diga listos como las batas blancas -hizo un arcoíris imaginario con sus manos- Eso aunque no tengan ni un gramos de inteligencia -Suspiró- y con eso me refiero a ti Derek, aquí entre nos no eres muy listo -Rió al igual que yo-.
-¡Oye tu no te burles! -Me apuntó el castaño-.
-¡Ey más respeto con tu superior!
-Pero señor...
-Señor nada, a partir de ahora si quieres decirme algo tienes que dirigirte a Susan primero -Sonreí victoriosa ante ese comentario- y ahora has lo que te dije y apártate de mi vista.
-Y ahora de donde saco una bata -Dijo desanimado Derek bajando la cabeza-.
-Willy, el que limpia el aceite de las maquinas siempre trae una de repuesto -Le dije con una sonrisa dando leves golpes en su hombro con mi mano, lo que causo más enojo por parte de él-.
-¿Ves? hasta ya te solucionó tu problema ¡Esta chica vale oro! -Rió el jefe mientras rodeando mis hombros con su brazo me dirigía a otro lugar-.

Me dió la habitación de Derek, un aumento de sueldo y me mostró la maquina en la que estaba trabajando, y que por cierto ya estaba por acabar, dijo que le daría la libertad absoluta en esta ciudad y que podría hacer todo lo que quiera una vez la terminara.

Al día siguiente debía pedir los planos y mandar a instalar la ultima pieza, mañana sabría que es lo que esa maquina hace, una vez lo supiera debía idear un plan para destruirla y a todo el equipo y llevarlo a cabo, ese día acabaría todo y podría volver a casa a buscar a mi hermano, por eso pasé gran parte de la noche mejorando mi traje, poniéndole más implementos,  debía estar preparada para todo, también utilizando un par de artefactos dañados me fabriqué un anillo de medio dedo, le implemente unas mejoras, y lo conecté a mi traje, pensé que este sería útil si necesitaba acceder a mi traje de forma imprevista y sin que nadie se diese cuenta.

Al otro día, estuve inspeccionando todo el lugar, pasaba de vez en cuando donde estaba Derek y lo mandaba a hacer los trabajos más absurdos y desagradables sólo por diversión, no es que goce con el sufrimiento ajeno pero desde que trabajo aquí él siempre se había burlado de mi, siempre se esforzó por que fallara y al ver que no lo hacía comenzó a robarse el crédito, fue así como ascendió en este trabajo y no desperdiciaba ninguna oportunidad para refregarmelo en la cara, así que sí, estaba gozando está vez ser yo quien se lo refriegue en la cara.

Me enamoré de ti [Henry Hart y tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora