tiryt

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Los caballos galopaban a un trote firme pero rápido, en el carruaje Edjer y helena viajaban hacia tiryt, la ciudad de las montañas, su parada antes de subir por la pendiente del enano, así era llamaba la ruta que conectaba los caminos con las distintas cuevas de la montaña lort aran, montaña que alguna vez fue el sitio mas concurrido de cinder pues en sus cuevas se encontraban muchos materiales como el acero y el hierro, fundamentales en la creación de armas y armaduras de la nación.

- Escuche que una vez peleaste con valak y sobreviviste como fue eso, si se puede saber – pregunto la joven

- Eso fue hace mucho tiempo tuve una misión de recolección de información y nuestros caminos se cruzaron lo único que puedo decir de el es que es un demonio muy fuerte, aunque logre dejarle un recuerdo, ese demonio no es poca cosa, aparte a esta altura supongo que sabes que ahí una sola forma de matar a un vampiro de su clase no? – respondió Edjer

- Si cortándole la cabeza y prendiéndola fuego – respondió helena

- Es mas que solo prenderle fuego, eso es solo para los vampiros comunes para un demonio de su clase se necesita otro tipo de método, se realiza un ritual de purificación, es algo bonito, se cortan todas sus extremidades se le echan sales sagradas y luego se prenden fuego a cada una de ellas – dijo Edjer

- Y podremos hacer eso? – pregunto helena

- Eso lo sabrás tu, es tu venganza no la mía yo solo iré a darte una mano para que no te maten, luchare con el llegado el momento pero el ritual lo harás tu, no me gusta la sangre de vampiro - respondió el blanco sonriendo

- Déjame preguntarte algo a ti, cuando el ataco a tu familia por que no te mato? Los vampiros no dejan victimas en sus redadas

- No lo se cuando dos de esas bestias se acercaron a mi el las detuvo y me miro a los ojos, recuerdo esos ojos negros, sentía que se adentraba en mi alma luego dijo una palabra y lo ultimo que recuerdo es despertarme entre los cuerpos de mi familia – respondió la muchacha con lagrimas en sus ojos

- Perdona que siga preguntando se que no es fácil para ti hablar de esto, pero acaso recuerdas la palabra que dijo? – pregunto Edjer

- Halliel – respondió la joven

Edjer se quedo en silencio, cuando el carruaje se detuvo,

- Hemos llegados señor – dijo el arriero y recibió unas monedas que el blanco le dio

La ciudad a pesar de ser media tarde estaba desierta, solo el silencio y el viento recorrían el desolado pueblo, los únicos lugares que parecían tener algún tipo de vida era una posada de la que se veían unas luces que salían de las ventanas y un pequeño bar en el que sus puertas yacía la figura de un hombre sentado en el suelo adormecido por los calidos besos producidos por el vino.

- Turegístrate en la posada que yo iré al bar a buscar información, quédate ahíhasta que vuelva esta ciudad es un desierto, algo no anda bien aquí – dijo Edjer y partió rumbo al bar

Dentro ese bar solo había 3 personas el posadero y dos ebrios que estaban charlando entre si en una mesa apartados

- Buenas noches forastero, no solemos recibir muchas visitas en que lo puedo ayudar? Cerveza de raíz para esta fría tarde? – dijo el posadero

- Una cerveza esta bien, dígame algo señor, ya veo que no reciben visitas a menudo, a que se debe? Yo solía visitar este lugar y no era el desierto que vi cuando baje del carro – pregunto el blanco

- Usted lo ha dicho forastero, este lugar ha visto tiempos mejores, pero hace tiempo que una plaga azota estas tierras – respondió el hombre

- Una plaga? De que tipo? Pregunto Edjer

- De las que salen por las noches buscando sangre señor, esas plagas hace un tiempo asolan estos lados llevándose a nuestra gente a las cuevas, luego se calman por un tiempo, hasta que vuelven por mas, así hemos estado por meses – respondió el hombre

- Ya veo los vampiros están haciendo estragos aquí, pero que no abandonan este lugar – dijo el blanco

Del fondo se escucharon unas risas apuntando hacia Edjer

- Con todo respeto señor yo seré un ebrio que se ríe de cualquier cosa, pero usted si que cuenta buenos chistes?, irnos? A donde? Con que dinero? A que tierras?, para ustedes los aventureros es fácil decir eso, ustedes pasean por el mundo cazando y explorando, viendo grandes cosas , nosotros la gente común tenemos que trabajar nuestras tierras si queremos comer, tenemos que asegurar nuestras viviendas si queremos que nuestras familias tengan un techo, si esta maldita plaga cada vez deja menos vida en este lugar, pero algunos no tenemos opción señor, nuestras tierras son lo único que tenemos, si nos vamos terminaríamos como mendigos en cualquier pueblucho cercano, prefiero morir en mi casa con honor a morir en la calle como un indigente – exclamo uno de los hombres que estaban sentados bebiendo

- Nuestro mundo tampoco es lo que usted cree señor pero lo entiendo, posadero esta ronda la pago yo – dijo Edjer y se retiro del lugar

La figura o mas bien el ebrio durmiente que estaba fuera del lugar tomo la pierna de Edjer cuando salía y este lo miro

- Yo se lo que buscas guerrero tu y esa chica están aquí para cazar esos monstruos – dijo el hombre

- Si y eso ti que te importa, acaso sabes algo que pueda ayudarme – respondió Edjer

- Se algunas cosas señor guerrero no me juzgue por mi estado pero puedo ayudarlo a encontrar lo que buscan, no le saldrá mucho solo 10 monedas que le parece, le aseguro que nadie conoce ese lugar mejor que yo – dijo el hombre

- Si es así los espero mañana al amanecer y ahí hablaremos, pero no le pagare hasta verlo aquí en condiciones – respondió el blanco

- Eso hare mi señor mañana cuando cante el gallo estaré en la posada por cierto mi nombre es lucius –

- El mío es Edjer lo espero mañana señor lucius – y el blanco se retiro

- Hasta mañana será entonces – respondió el hombre y se inclino a seguir durmiendo

Edjer volvió a la posada, entro en la habitación donde estaba helena y le dijo

- Señorita helena prepare todo para mañana partiremos al amanecer, estamos en el lugar indicado y tenemos un guía - 

Cuentos De Alfa y Omega: El Castillo De DalvandorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora