Lilith

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tu....moriras...edjer...mi señor...
esas fueron las últimas palabras de lucius que en el momento que esbozaba es ultima frase fue decapitado por edjer en silencio sin decir una palabra, fue un golpe limpio y seco como si rebanara uno de esos deliciosos jamones que se encuentran en los mercados de la capital. Luego prendió fuego su cabeza y se dirigió al tunel por dónde había ingresado, el ya sabía su próximo destino.

dónde estoy? Edjer? – pregunto una todavía adormilada helena, miro a su alrededor y solo vio las paredes grises de lo que ella suponía era un viejo castillo, sucio lleno de telaraña y con olor a años de antigüedad ese olor que solo la piedra que ha visto muchos soles pasar produce.

querida hermana, me temo que tú héroe no está aquí, y espero que no aparezca, estás en mi castillo, nuestro castillo, estamos en Dalvandor – era valak quien decía estás palabras sentado a su lado

por qué me traes aquí? Y por qué me dices hermana? Yo no soy un monstruo como tú! – respondió la joven con violencia

eso es cierto mi querida pero pronto la verdad será revelada, se paciente cuando la luna llena se pose sobre la negra noche tendrás las respuestas que buscas, te lo prometo, no temas nada te pasará aquí estás bajo mi cuidado y ninguno de mis queridos hijos te hará daño – respondió el príncipe y recitando unas palabras hizo que la joven de cabellos blancos volviera a si estado de profundo sueño.

los preparativos están echos mi señor – le dijo un vasallo al príncipe oscuro mientras descendía las escaleras del viejo castillo
perfecto alguna novedad de las cuevas? – pregunto valak
me temo que lucius a Sido eliminado mi señor y no hemos encontrado rastros de edjer por el pueblo, igual seguimos en su búsqueda – respondió tímidamente el pequeño vasallo al ver la cara de fastidio de su señor
ese maldito, seguro ya está camino aquí, quiero que envíes a todos los demiunes a recorrer el bosque y que todos mis sirvientes estén atentos y listos para el combate faltan solo un día para la luna llena y ese maldito demonio blanco no va a arruinar mi revelación – ordenó el principe al vasallo que asintió con la cabeza y se retiró del lugar, valak se sentó en un viejo trono que estaba al final de un gran salón que supo tener tiempos mejores y sosteniendo una daga dorada se habló así mismo
pronto la verdad de mi sangre será revelada al mundo, no me lo vas a arrebatar edjer, he esperado muchos años este momento y no se me va a escapar –

En la costa al sur del castillo un pequeño bote desembarcaba en la orilla, era el blanco que había llegado a Alfa en medio la oscura noche, preparo sus armas y se adentro en la penumbra del bosque, el sabía la ubicación del castillo pues era un punto de referencia para los aventureros que viajaban estaba al extremo este del continente y cerca de el estaban las montañas más conocidas como el nido de dragones así que no era un camino desconocido para el guerrero que se abría paso entre la espesa vegetación de ese bosque oscuro y tenebroso, pronto se dió cuenta que iva por el buen camino cuando unos pocos demonio se abalanzaron sobre el, siempre esquivandolos y elimaninadolos con cada movimiento asi fue su camino, bestia que veía bestia que moría, rodaba, esquivaba de lado se movía como un animal pero siempre cortando con el filo de sus dos poderosas espadas dejando a su espalda un camino de cuerpos muertos quien ni siquiera volteaba a mirarlos, solo tenía una cosa en su mente, Valak. No pasó mucho tiempo haya que llego a la ciudad i mejor dicho a los restos de la ciudad que estaba alrededor del castillo que ahí empezó la verdadera acción, de lo que eran antiguas y destruidas casas empezaron a salir ya no demiunes comunes sino vampiros, alguno incluso armados, de todas las betustas casas que quedaban ahí por lo menos un vampiro salía de dentro, el blanco sabía que no seria fácil, solo delante de él contaba alrededor de diez vampiros sedientos de su sangre y despuéstos a luchar, pero edjer no había llegado hasta ahí para regresar desde donde vino, susurro un conjuro y su espada mágica otra Vez volvio a brillar con esa luz blanca que encandilaba a los vampiros
asquerosos bichos vengan a por mi –grito edjer y se lanzo contra las bestias que hicieron lo mismo.

Cuentos De Alfa y Omega: El Castillo De DalvandorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora