Eolyn

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— Edjer ven acércate!, come con nosotros blanco la cocinera nos a preparado un gran manjar para esta noche, acércate , acércate — le dijo un Tindamor un poco atontado por el efecto de la bebida haciéndole gestos para que el guerrero se sentara a su lado

— Te ves muy animado mi amigo — le respondió Edjer y continuo — hace un rato me has dicho que tenias algo para decirme —

— Oh si, casi lo había olvidado, vino Eolyn hace poco a visitarnos —

Edjer se sorprendió ante lo dicho por su amigo

— Vino de visita a la aldea, la note un poco rara como si estuviera asustada, quise preguntar mas pero me dijo que no habría problemas, estuvimos hablando de cosas de la aldea, ya sabes como prosperar y eso, pero me dejo un mensaje para ti guerrero blanco —

— Bueno dime ya, que te dijo, cual era el mensaje — le dijo un impaciente Edjer

— Sabes es un poco raro pero lo que me dijo fue que si buscas respuestas la busques en lago Nymeria, solo eso, así de simple —

— Solo que la busque en ese lago estas seguro que no te dijo nada mas mi ebrio amigo —

— Por eso te digo que fue raro solo me dijo eso y a la mañana siguiente ya no estaba, el lago que menciona no esta muy lejos de aquí de echo esta cerca, mañana te daré un mapa para que te orientes pero de seguro lo hallaras fácil sus aguas son las únicas cristalinas en todo este bosque de mierda — dijo ahora si completamente ebrio Tindamor entre bocado y sorbo

Edjer se quedo pensativo, que respuestas le daría Eolyn, mejor dicho a que preguntas le iba a responder el no tenia nada en su mente mas que averiguar sobre la llegada de la diosa y encontrar a helena, pero el blanco también había bebido y esos pensamientos de a poco se iban borrando de su mente.

El amanecer había llegado, Edjer se alisto para seguir su marcha, tenia en su mano el mapa hacia el lago y según Tindamor no había peligros en su ruta, el blanco se despidió de su amigo y partió rumbo a encontrarse con Eolyn.

Durante el viaje a medida que caminaba Edjer notaba que la vegetación de a poco iba cambiando pasando del lúgubre aspecto que tenia toda la flora de Alfa a unas flores mas coloridas, vegetación mas verde como una pradera de las del sur de la capital donde los campesinos cultivaban, era un cambio muy brusco como si fuera una línea imaginaria la que dividía el lúgubre aspecto de Alfa con el colorido de Omega, pero algo mas noto el guerrero, el anillo que ahora lo llevaba puesto empezó a brillar y sentía otra vez esas voces en su mente pidiendo ayuda pero esta vez no era un sueño, estaba despierto la voz de helena pidiendo ayuda nuevamente, Edjer se apoyo sobre una rama sujetándose su frente con la mano, cada vez era mas y mas fuerte esos lamentos de la muchacha, pero otra voz se escucho desde entre las hierbas

— Edjer, has llegado, no te resistas al poder del anillo, déjate llevar valiente guerrero —

Luego de esas palabras que no sabia de donde provenían Edjer cedió ante esas voces que lo aquejaban y callo desplomado en el suelo

— despierta Edjer, despierta demonio blanco, es hora de responder tus preguntas —

el blanco se levanto de golpe y vio frente suyo al inmenso lago cristalino de Nymeria, quedo fascinado por la belleza de esas aguas tan puras y cristalinas como el mas fino vidrio de cualquier castillo, un oasis en medio de toda esa oscuridad era, y en el medio de ese oasis, a la orilla, Eolyn refrescándose en esas hermosas aguas, un contraste hermoso entre la piel oscura de la elfa y el liquido que corría por sus ropas blancas haciendo que están se pegaran a su piel, Edjer esta maravillado por la belleza que tenia frente a sus ojos, solo observaba como la bella mujer mojaba sus partes en el lago, en ese oasis que estaba frente a el

— Eolyn ha pasado tiempo, me alegro de verte, pero que era eso que dijiste hace un rato, de que respuestas hablas­, para que me has llamado — Edjer era un hombre directo, a pesar del espectáculo que estaba frente a sus ojos, el iba al punto no le importaba el momento siempre fue así, su manera tosca de ser, sin tacto decían algunas personas, pero ese era Edjer un guerrero que no perdía el tiempo

— Se lo que buscas Edjer — dijo Eolyn

— Que sabes — pregunto Edjer

— Se lo que paso en el castillo, se que la diosa esta entre nosotros nuevamente y se lo que ese anillo esta haciéndote mi querido guerrero y te he llamado para ayudarte — respondió la mujer

— Bueno si sabes, habla dime como puedes ayudarme — dijo Edjer

— Primero te diré donde esta la diosa, esta en el castillo oscuro, Khaz Mirtan, mi antiguo hogar, pero debes saber que verla a ella no aquejara las voces que te atormentan, el anillo esta relacionado a eso, el alma de esa pobre chica esta en el, para liberarla tendrás que entregarle el anillo a Lilith y así podrás liberarte de ese tormento, no debe ser fácil estar en camino con esa voz lamentándose, culpándote, llevas la carga y la culpa de lo sucedido, pero no es tu culpa mi querido guerrero, el destino es el que guía y dicta el camino de nosotros, por eso estamos aquí, yo te llevare ante ella, de echo es su voluntad verte, me lo ha dicho por eso te he citado aquí , sabes este lago como te habrás dado cuenta no es como los demás, su forma tan pura se debe a su guardián, Leviathan el es quien mora las profundidades de este lago y su alma noble y su devoción hacia la diosa es la que lo mantiene así, yo te llevare ante ella pero antes deberás superar su prueba, debes derrotarlo y así se abrirán las puertas del castillo para ti — dijo Eolyn quien luego con un movimiento de sus manos sacudió el agua que empezó a revolverse como si una barracuda chapoteara en el agua

Del centro del lago una figura empezó a formarse lentamente, un caballero de una armadura azul como los mares del los cinco reinos se había materializado y se posaba inmóvil en el centro, poseía además de su brillante armadura una lanza con la que con un movimiento con la punta toco el agua haciendo que aquel bello lago se congelara y pasara de ser un hermoso oasis a una helada arena de combate, Edjer ya se había preparado había entendido el mensaje, si quería avanzar lo tendría que derrotar.

— ahí esta tu prueba Edjer, supérala y juntos veremos a la diosa donde finalmente podrás saber lo que buscas y podrás poner fin y traer paz a el alma de esa joven que tanto te aqueja — dijo Eolyn quien se hizo a un costado como una espectadora del combate que se avecinaba

Edjer saco sus espadas y comenzó lentamente a caminar sobre el hielo hacia el inmóvil caballero.

Cuentos De Alfa y Omega: El Castillo De DalvandorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora