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Sus pasos son firmes dentro de la morada muy diferente a como eran afuera. La inseguridad, el miedo y las constantes miradas formarán parte de su vida ahora, él lo odia, en primer lugar ¿Por qué fingir? Que más da, debe conformarse con lo que hay.
Lo comprende, a medias, pero lo hace, es la tercera representación, y quién estuvo antes de él fue mucho más estable que el número uno, pero sigue sin hallar el gusto por vivir en una farsa. Da igual, no queriendo perderse en el mundo de la duda deja las maletas a un lado nadamás entrar, mira la desordenada casa, documentos tirados por todas partes, hojas rayadas y sillones hundidos completamente sucios, puede estar seguro que la acumulación de desechos son suficientes para atraer una plaga de cucarachas.
Terrible, no puede evitar el escalofrío que lo recorre al imaginar eso, sacude la cabeza y mejor prueba la funcionalidad de la luz que para suerte suya es estable a diferencia de los sillones, dios, debe dejar de pensar en eso. Con determinación voltea a la cocina, pero el buró de entrada se interpone con esa ridícula colección de jarrones, anticuado, patético.
Más que irritado mira las persianas, bastante polvorientas que no hace falta soplar para ser atacado por las partículas, rodea el mueble de noche frente al cordón y manteniéndose lejos abre las persianas permitiendo el acceso de luz natural al moribundo lugar. No muestra interés en mirar a través de la ventana pues éste ha sido opacado por la enorme marca de diferente color sobre su pared que no hubiera notado de no ser porque siguió el recorrido de la luz filtrada, su curiosidad gana, antes de procesar sus acciones ya se encuentra avanzando para acercarse a la mancha muy poco le importa manchar su ropa del polvo acumulado sobre el sillón ahora frente a él. Con la punta de los dedos traza la mancha viendo como el color pasa de un aspecto mugriento a uno mas limpio, piensa un poco antes de asimilar que algo debió cubrir la pared por un largo periodo, quizá un espejo.
Él pondría un espejo ahí, sin embargo, las marcas en la parte más cercana al techo le dicen que fuera lo que hubiera ahí antes debía ser demasiado pesado, pues los clavos parecían no aguantar más y la pared se deshace ahí mismo. Piensa pero al no hallar respuestas se da la vuelta, no fue actuación cuando casi cae sobre el sillón al dar un brinco, su reacción ha sido tan natural como si hubiera visto una cucaracha, fue advertido de que algo así podría pasar.
Nunca lo tomo como un hecho. Viendolo ahora, se dió cuenta que no podía estar más equivocado, con el argento parado frente a su ventana justo al otro lado de la calle con la mirada tan profunda y misteriosa, le hace cerrar las persianas, por un momento, pudo sentir como lo mata con la mirada o aun peor, como desnuda su ser.
Solo hasta calmarse por completo del susto toma sus maletas y se adentra más a la casa, ya no hay deseos de ver nada más con detenimiento, con la incertidumbre que ahora aborda su cuerpo toma el baño más rápido de lo normal y se viste lo más rápido posible, no plancha ni acomoda cada arruga en el traje de etiqueta, piensa que igualmente no es algo en lo que su antepasado se hubiera fijado. Toma el maletín y mira por última vez el pequeño cuaderno que una empleada le ha dado, aunque intenté recordarlo no hay cabida en su vaga memoria para reconocer las palabras de la mujer.
Aunque ni siquiera lo intenta recordar, todo lo que hace es verificar que va a tiempo antes de salir del lugar en dirección al edificio más grande de la isla chilena.
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ෆ╹ .̮ ╹ෆ
Actualización:
Mucho es lo que ha cambiado en este episodio, poco es lo que se ha mantenido intacto.
En la primera versión nunca me centre tanto en mostrar la verdadera naturaleza de esta reencarnación, es algo de lo que me arrepiento, así que quise aprovechar esta edición para cambiar eso.
Solo espero que luzca mejor que la versión original.
Jamás imaginé que los viejos lectores llegarían aquí otra vez.
