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El rechinar de una puerta interrumpe el ruido, todos miran detrás de USA, el mismo mira a su espalda cuando nota todo esto, el rostro maltratado de Chile es lo único que ve, hay un parche mal sujeto a su cabeza y en sus manos una gran bolsa de basura

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El rechinar de una puerta interrumpe el ruido, todos miran detrás de USA, el mismo mira a su espalda cuando nota todo esto, el rostro maltratado de Chile es lo único que ve, hay un parche mal sujeto a su cabeza y en sus manos una gran bolsa de basura. Por su ropa sucia deduce que se encontraba limpiando la casa o juntando basura, lo que fuera primero.

Cómo sea, eso no le importa porque todo en lo que se puede centrar es en lo golpeado que está, su único ojo libre está morado, hay una abertura en su cabeza cerca del cuero cabelludo que requiere de puntadas y sus labios resecos se encuentran partidos sin contar todos los raspones y más moretones por su rostro, sus manos no están mejor, hay varios raspones y cortes sobre ellas, USA teme que se infecte porque la suciedad se mezcla con la sangre seca de las heridas.

Un grito ahogado le hace ver atrás, dónde todos están, Colombia duda un poco, pero al final corre hacia Chile y le obliga a soltar la bolsa de basura. El ruido se hace otra vez, todos pelean porque ese alguien del que hablaban antes resultó ser Chile, él no entiende la gravedad del asunto, solo sabe que Chile tiene miedo porque se encoge y Colombia se gira a ellos con molestia, no hay gritos, solo una mirada frívola antes de azotar la puerta al entrar a la morada.

Y entonces ya no hubo más, Paraguay y Brasil compartieron un par de miradas antes de tomar su camino en silencio, Ecuador le grito a Colombia que era un sinvergüenza traidor y que se olvidará de considerarlo hermano, pero nada de eso hizo que el colombiano saliera. Cuando todos se hubieron alejado solo quedó México y Estado Unidos.

¿Por qué no se iba?

—¿Tienes la costumbre de no responder las preguntas de los demás?— USA traga.

No, un momento. Él no ha tragado duro, voltea pero no hay nadie detrás de él —Esto me da jaqueca— cuando vuelve hacia el mexicano ya está frotando el puente de su nariz —Mira, te lo diré de esta forma, o te vas por voluntad propia o te arrastró hasta las oficinas de FBI o de cualquier organización de mierda para que estés tras las rejas como debería de ser— arrastra las palabras.

Su mirar oculta odio que no puede descifrar pero reconoce, la misma que recibe de los altos directivos. USA no sabe que no hay odio en los ojos del mexicano porque aquel que busca ocultar su miedo con el odio no es fácil de reconocer.

Porque las reencarnaciones son así, llegan a la vida de repente y frente a ellos encuentran muerto a quien estuvo antes, manejan sus vidas, su trabajo, sus relaciones y su imagen. Luego, sus amigos quieren ser los tuyos, sus parejas las tuyas y sus enemigos los tuyos.

Para una reencarnación no hay una nueva historia, la secuela de la vida continúa con un punto y aparte. Y cuando creías que todo había acabado, que podías dar la vuelta y tratar de ignorar todo llega lo peor, como un mal sueño, una pesadilla interrumpe sin cesar hasta ser aceptada.

Entonces el último recuerdo de la vida pasada llega a tí con todas las emociones incluidas. El tiempo en que aparece esto es irregular y aunque México lleva ya una década viviendo, las pesadillas apenas comienzan.

Porque Chile apenas se ha dejado ver por él y USA cambio tanto después de las vacaciones que ahora se parece más al monstruo de sus sueños. Pero nada de esto lo sabe USA así que se deja guiar por la primera impresión del mexicano y se aleja sin decir nada, es solo hasta que México lo pierde de vista que entra a su casa, ahí, es el miedo el que irrumpe su mente.

Como verlo todo en primera persona, a veces los sueños son como una parálisis de sueño, tan real, tan vivido. USA sabe lo que se siente porque hace poco lo ha experimentado, lamentablemente estás pesadillas en ocasiones pueden llevar a la muerte.

Por otro lado, Colombia ayuda a Chile a alcanzar el baño, soba su espalda cuando el más bajo vomita, últimamente lo hace mucho, al igual que las heridas en su cuerpo, aparece de repente, un día duerme y al siguiente despierta con hematomas sobre sus tobillos. Y cada vez que los americanos lo miran una horrible sensación de arcadas lo inundan.

Colombia le alcanza un poco de papel cuando ya no hay más por regresar y cuando intenta ponerse de pie le ayuda, cierra el inodoro y baja la palanca por él antes de sentarlo sobre la tapa y ofrecer su cepillo de dientes para que se limpie junto a un vaso y una jícara vacía.

Colombia es suave y paciente, aunque Chile tarda mucho en terminar una simple tarea Colombia no aparta la mirada, es hasta que termina que le ayuda a levantarse y lo lleva a la sala, los muebles ahí están destrozados de una u otra forma, pues cuando estuvo internado en el hospital la mayoría de sus muebles se humedecieron por la inundación en su casa. Pero nadie ayudo a barrer el agua y al final lo que no cayó por si mismo termino siendo absorbido, luego están los que intentaron destruir su morada, así es como lo que sobrevivió a la inundación termino destruido por los golpes, las ventanas y puertas rotas con las paredes rayadas.

Una protesta para ser condenado como debía por la muerte del primer México, ignorantes o tal vez insensibles por la noticia de que aún permanecía inconsciente.

—No hagas esto por mí— su voz se rompe, no es su intención, sin embargo, su garganta aún duele por vomitar.

Colombia solo lo apoya contra la pared, sus ojos mirando al otro fijamente. —Ya hice demasiadas cosas mal. Te herí en el proceso. Yo— silencio. Colombia aparta la mirada antes de volver a él aún sosteniendo su peso por él —Yo necesito hacer esto, no me detengas. Por favor—

Chile no sabe que Colombia reprime el deseo de romper en llanto frente a él.

Suficiente mal para la persona equivocada.

Es como si a eso sonara cada mirada compartida, ninguno entiende porque pues saben los errores que cada uno cometió y ninguno niega la verdad, pero sus corazones laten por caminos similares.

Uno fue influencia y el otro señalado.

Ambos son culpables de asumir la culpa de alguien más.

Ambos son culpables de asumir la culpa de alguien más

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ෆ╹ .̮ ╹ෆ

Actualización:

“Emma sabes” se refiere a Emma, la niñera de USA, quien va de compras con USA, pero no a cualquier lugar, si no a un súper, esto con el fin de llenar la despensa. En el lugar encuentran a Argentina quien les juega una broma y al final le roba un beso a USA.

Al final del capítulo USA pregunta a Emma sobre su antepasado.

U̸n̸ A̸m̸e̸r̸i̸c̸a̸ D̸i̸f̸e̸r̸e̸n̸t̸e̸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora