Capítulo 10: Esposa

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Kūdetā: Black Ops

Capítulo 10: Esposa

Seguir un rastro de alguien que escapó hace tres días no fue tan fácil como cualquiera hubiera pensado, ni siquiera teniendo a los perros de Kakashi con ellos para facilitar la tarea. Naruto también pidió ir, pero ya bastante malo era tener a dos ninjas de elite fuera de la aldea sin conocimiento del Hokage como para que el futuro sucesor también anduviera suelto.

La carrera hacia el norte fue rápida, poco menos que unas sombras que se movían entre las ramas de los arboles más frondosos cerca de la frontera con Otogakure, la zona era conocida por las múltiples cuevas que servían de escondite para los ninjas renegados de Konoha y Taki, por lo que dejar el uniforme de ANBU y el protector de la aldea fue lo más inteligente si no querían causar problemas políticos entre los países que poco querían para levantarse en armas en busca de extender territorios y otras cosas no tan éticas.

Pakkun no falló cuando los llevó hasta la entrada de una cueva que parecía abandona, el sharingan de Itachi reconoció el genjutsu en cuanto sus ojos entraron en contacto con las paredes de piedra terrosa, era de alto nivel, incluso a un jounnin le costaría traspasarlo, pero solo hicieron falta que las aspas del dojutsu trabajaran para mostrarles el pasaje real.

No les sorprendió el hecho de que ya los estuvieran esperando, el primer hombre tenía una sonrisa bobalicona en la cara, sabiendo que teniendo en su poder a la señora Uchiha poco podían hacer esos dos ninjas de Konoha.

Los ojos de Sakura buscaron los de Itachi, fue un intercambió corto, pero ella ya sabía que hacer, no era la primera misión en la que salían juntos y conocía el modo de trabajar de su pareja.

Desapareció, utilizando el factor sorpresa de los hombres que esperaban que se sentaran a negociar el intercambio, pero ANBU no negociaba. No cuando el mismo capitán se encargaba de la misión, no cuando esa misión era el rescate de la esposa de su hermano.

El chakra en sus pies la ayudó a moverse rápidamente entre la serie de túneles y galerías, sus uñas crecieron con extensiones de chakra afilado que cortaban en puntos clave de cualquiera que se atreviera a meterse en su camino, dejándolos inconscientes antes de siquiera entender que era lo que estaba pasando.

―¿Qué esta pasando? ―.

Yuuki ya estaba a la mitad de su tercer libro cuando escuchó un ruido sordo, se levantó de la cama en un movimiento fluido y fue hasta las rejas para ver qué pasaba.

―¿Qu-ue? ―trató de decir, llevándose las manos a la boca para silenciar el grito de horror que luchaba por salir al ver al hombre que la vigilaba tirado en el suelo y con el cuello cubierto de sangre.

―¿Yuuki-san? ―preguntó Sakura, avanzando con cuidado hacia la muchacha que parecía seguir en un trance. ―

―¿Haruno-san?

―Necesitamos salir de aquí. –

Caminó los tres pasos que la separaban de la celda, utilizando chakra en sus brazos para aumentar su fuera y poder doblar los barrotes de acero que la mantenían prisionera. Sakura no dudó cuando la tomó en un abrazo rápido y la echó sobre su hombro para poder escapar más rápido.

―¿Sasuke-san está aquí? ― preguntó, sintiendo como algo cálido se instalaba en su pecho.

―Nos espera en la aldea. ―le aseguró la Haruno, evadiendo la respuesta negativa. ―Cierra los ojos.

―Está bien.

Aceptó, sin quererse encontrar otra escena como la que acaba de tener que ver. Los pasos de la pelirosa eran suaves contra el piso a pesar del peso extra, la Uchiha ni siquiera podía escucharlos, el viento sobre su cara también era refrescante después de estar varios días bajo tierra y solo abrió los ojos cuando otra voz apareció en su entorno.

―Volvamos a casa. ―

Fue Itachi quien llevó a Yuuki en su espalda todo el camino, quedarse dormida no fue difícil, sintió los parparos pesados desde que quedó en libertad y no despertó hasta que el sol comenzaba a salir y el muro perimetral de la aldea ya era visible. Entrar por la puerta principal llamaría mucho la atención, por lo que cruzaron por una zona donde sabían que no había guardias a esa hora.

―¿Esta bien? ―fue lo primero que Sasuke preguntó cuando su hermano y ex compañera cruzaron el porche de la casa donde el menor vivía.

―La sedé desde que salimos para que pudiera descansar. ― explicó Sakura cuando la señora Uchiha fue entregada. ―puede que este un poco cansada por el viaje, pero deberá estar bien, puedes llevarla con un médico para que haga un examen completo.

―¿Ya regresaron? ―preguntó Naruto, saliendo de la casa mientras se tallaba los ojos, buscando borrar las claras muestras de la mala noche que pasó.

―Gracias. ―susurró Sasuke, sintiendo como toda la adrenalina que sintió durante los días pasados se iba de una, dejándole solo cansancio y el peor dolor muscular que había sentido en toda su vida.

―¿Para qué estamos sino para rescatar esposas de los amigos? ― bromeó la pelirosa, aunque después de todo lo pasado durante la noche y la escapa de la aldea, lo único que quería era una buena taza de café y piedad por parte de Tsunade para sobrevivir ese día.

―Iré a hablar con nuestro padre. ―

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―No tengo tiempo para esto ahora, Itachi. ―

La voz de Fogaku Uchiha no dejaba espacio para bromas, el hombre ni siquiera se molestó en ocultar la fatiga que sentía, ni siquiera golpear el escritorio con todas sus fuerzas, partiendo la madera de roble en el proceso sirvió para sacar la frustración que sentía.

―Yuuki-san esta de vuelta en casa con Sasuke, padre.

―¿Cómo...? ¿Tu...?

―Cómo y quien no es lo importe. ―señaló, manteniendo la posición firme frente al hombre, algo que no hacía desde hace un par de años, cuando su sola presencia estaba prohibida en todo el complejo. ―Sasuke sigue siendo mi hermano, y ahorra Yuuki es de la familia.

―¿Crees que no mandé escuadrones por todo el país del fuego para buscarla? ―gruñó molesto, lleno de frustración por la forma tan fácil en que un par de ninjas de bajo nivel pudieron burlarse del clan entero.

―No hay ningún escuadrón especializado en búsqueda dentro del clan.

―¿Fuiste tu solo?

―Haruno Sakura me ayudó.

―¿Ahora necesitas a una niñita para poder completar una misión solo?

―Una misión que ninguno de tus hombres pudo realizar. ―Itachi luchó porque no hubiera burla en su voz, no fue lo suficientemente convincente, pero sirvió. ―No solo es una excelente kunoichi, planeo hacerla mi esposa.

―¿Estás loco? ―gritó, volviendo a golpear lo que quedaba del mueble.

―No te estoy pidiendo permiso, padre.

Kūdetā: Black Ops [ItaSaku]Where stories live. Discover now