Kūdetā: Black Ops [ItaSaku]

Capítulo 4: Buenas noches

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Kūdetā: Black Ops

Capítulo 4: Buenas noches

―No necesitas esconderte. ―señaló Sakura, caminando por las calles vacías de la aldea rumbo a al departamento que había conseguido desde que ascendió a Chunnin, agradecía tanto ya no vivir en los terrenos del orfanato que incluso un catre viejo en un edificio a punto de caerse hubiera estado bien.

―hmnp...

―No te vayas por las ramas, Itachi. ―dijo, sin inmutarse cuando el hombre empezó a caminar a su lado, apareciendo desde las sombras. ―Ya pasamos esa etapa.

―Cierto, ya estamos en una etapa donde podemos ser cordiales entre nosotros porque nos llevamos bien, no solo por objetivos específicos.

Agregó, dibujando una sonrisa de nostalgia en su cara, llenando de recuerdos la mente de Sakura sobre cómo había iniciado aquello.

―Sasuke ya lo acepta mejor. ― susurró Sakura, con voz cansada mientras daba cada paso, deseando solamente llegar a su casa y poder dormir hasta que el sol se ocultara dos veces más. ―De alguna forma ayuda que Naruto este en una formación similar.

―¿Cómo fue tu misión? ―cambió de tema Itachi, sabiendo que podría esperar al día siguiente para volver a tener esa discusión con Sakura.

―¿No te informó Kakashi? ―preguntó, aunque realmente no era una pregunta, ella sabía que su antiguo sensei ya había entregado su reporte al líder de ANBU, pero al final se rindió, aceptando la platica ligera. ―conseguimos el pergamino, fue demasiado fácil. Deberías darme misiones más interesantes.

―Eso sería preferitismo.

―¿Y no soy tu preferida?

―Lo eres. ― Aceptó, volteando a verla de reojo solo para notar la sonrisa burlona e infantil que tenía en su cara. ―pero jamás se lo diré a nadie, menos frente a Anko o Tsunade.

―¿Porqué? ―se quejó, continuando con la misma actitud que nunca había tenido, al menos no realmente.

La primera vez que vio a Sakura ella era apenas un gennin, la pequeña y rosada compañera de su hermano. Por supuesto que la atención de Itachi siempre estaba en Sasuke, observándolo desde la distancia cuando podía. Kakashi se dio cuenta, pero nunca dijo nada, solo una vez sus miradas se cruzaron, Hakate lo vio con lastima.

Kakashi sabía como Itachi tenía prohibido regresar al complejo Uchiha, sin derecho siquiera de platicar con su hermano, e incluso como ninja anbu, nunca supo con certeza todo lo que pasó el día del golpe de estado de los Uchiha.

Hakate no conoció a Sasuke antes de todo aquello, pero el niño que tuvo en su equipo era un pequeño soldado, siempre con la espalda recta y un esfuerzo sobre humano por mantenerse en calma a pesar de la extravagancia de Naruto, Sakura siempre fue más silenciosa, pero el resultado fue el mismo: un hambre por mostrar su valía.

Naruto y su sueño de ser hokage como su padre, demostrarle a la aldea que no era solo un monstruo. Sasuke buscando ser digno heredero, llenar el lugar que Itachi dejó por una razón nadie se tomó la molestia de explicarle. Sakura, buscando un lugar en el mundo.

Siempre se cuidó de que su hermano no lo descubriera, pero quien lo hizo fue Haruno.

―Tu quieres saber de tu hermano. ―Le dijo un día, cuando el resto del equipo se había marchado. ―Y yo necesito alguien que me entrene. Yo te informaré sobre Sasuke si tú me entrenas.

Itachi se había quedado descansando en la rama de un árbol aun cuando Sasuke se fue, no tenía misiones con anbu ese día y el clima era bueno para estar afuera, nunca esperó que alguien descubriera el Genjutsu en el que estaba envuelto, menos la niña de familia civil del equipo.

―Tu ya entrenas con Kakashi. ― dijo, rindiéndose ante el hecho de haber sido descubierto, ya de nada servía mantener la ilusión.

―Kakashi-sensei no me entrena. Solo me da tareas bobas para hacer mientras entrena de verdad con Sasuke y Naruto. ―se quejó la niña, su voz aún era ligeramente infantil.

―Entonces entrena tu sola. ―esperó que con eso se rindiera.

―No me ha funcionado, sigo siendo más débil que Ino Yamanaka y otras kunoichis que son entrenadas por sus familias. Además, yo no tengo ninguna técnica especial o línea de sangre.

―Ese no es mi problema.

―Sasuke es tu problema. ―aseguró. ―Te interesa, por eso estas aquí. Y yo soy amiga de Sasuke, puedo decirte algunas cosas sobre el que seguro te podrían interesar.

―¿Traicionarías a Sasuke? ―el tono en la voz de Itachi cambió, el enojo fue claro.

―Tu jamás dañarías a Sasuke, además el te quiere y si tu estas aquí cada vez que entrenamos sin hacerle daño, yo creo que tú también lo quieres. ¿Entonces que dices, Uchiha Itachi?

―hmnp...

―Ni siquiera tienes que bajar de ahí, solo dime qué tengo que hacer para mejorar. Juro que jamás le diré a nadie.

―¿Estas bien, Itachi? ―preguntó Sakura. Habían llegado hasta su casa sin intercambiar una palabra, el Uchiha parecía perdido en sus pensamientos.

―Si. ―entró al departamento sin encender las luces, lo conocía de memoria y ambos estaban lo suficientemente cansados para hacer algo más que dirigirse a la cama. ―solo recordaba algo.

―No les des tantas vueltas a las cosas, solo vamos a dormir y mañana conquistas el mundo. ―pidió, sacándose la playera y los pantalones que se puso para ir a cenar y se metió en la cama, esperando al hombre que le hacía compañía algunas noches desde hace tiempo.

―Buenas noches, Sakura.

―Buenas noches, Itachi.

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Por fin un poco de la historia de Sakura e Itachi, aunque no fue 100% romance, ellos inician su relación en un trato de ganar-ganar, ya que en esta historia Sakura no es entrenada por Tsunade hasta mucho después, alguien tenía que entrenarrla y no me pude resistir.