Kūdetā: Black Ops [ItaSaku]

Capítulo 12: Uzumaki

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Kūdetā: Black Ops

Capítulo 12: Uzumaki

―Buena suerte en tu primer día. ―la felicitó Itachi, escondiendo distintas armas entre el uniforme, preparándose para la misión.

―Me acabas de convertir en la niñera del idiota de Naruto. ― se quejó Sakura terminando de ajustar su propia ropa. ―lo máximo que tendré que hacer es cambiar pañales y llevarle café.

―No deberías de estar tan enojada. ―sonrió Itachi, sabiendo que sus palabras no tendrían el efecto que quería, aun así, era divertido molestarla. ―debes estar orgullosa de ti misma, el hokage personalmente te solicitó como escolta principal.

―Seguro solo lo hizo para que deje de tomar puras misiones clasificadas como S. ―refunfuñó, enojada. ― ¡Si son las que tienen mejor paga!

―Cuidar del hokage también tiene buena recompensa. Además, ya no hay más zapatos en Konoha para comprar, ya los tienes todos en tu armario. Ahora soy yo quien debe hacer más misiones para conseguir una casa con el tamaño suficiente para que todas tus cosas entren en el closet.

La plática terminó ahí, se despidieron con un corto beso e Itachi salió rumbo a las puertas de la aldea en una misión. Sakura todavía tenía unos pocos minutos antes de que irse a la torre y ese tiempo solo le sirvió para pensar.

Sus mejillas seguían sonrojándose cada vez que recordaba la petición de Itachi para que se casaran, y eso la emocionaba de distintas maneras. Olvidó la ultima vez que había soñado con su boda, el kimono que utilizaría y las flores que pondría en la recepción, no parecía algo importante ni siquiera en ese momento.

Estaba segura que no quería algo enorme como lo de Naruto, aún sentía lastima por su amigo que fue obligado a seguir mil tradiciones, No puede ser una boda cualquiera, es el matrimonio entre el futuro Hokage y la heredera de los Hyuuga.

¿Itachi querría algo grande?

Ella nunca pensó mucho sobre eso, el Uchiha desde que nació supo que tendría una gran boda donde acudirían las personas más importantes del país, los kimonos serian de la tela más fina y el banquete tendría cinco entradas con un postre que haría que todos quisieran pedir para llevar, ahora no parecía que quisiera eso, pero no podía darlo por hecho.

―Hokage-sama. ―se presentó, su amigo ya estaba ahí y Nara Shikamaru también.

― ¡Sakura-chan! ¡No debes ser tan formal! ― lloriqueó el rubio, dando una imagen nada cerca a lo que debería ser el líder de una de las aldeas más poderosas del mundo ninja.

―Debes llamarme Luciérnaga, Naruto. De nada sirve que use la máscara si igual le dirás mi nombre a todos. ―lo regañó.

―Entonces quítate la máscara. ―solucionó con una sonrisa en el rostro.

―Este trabajo será mucho más problemático de lo que creí.

― ¿Tú también, Shikamaru? ― continuó con su dramatismo el Uzumaki.

―No entiendo como Hinata pudo estar enamorada de ti desde la academia ninja. ―Si la pelirosa no hubiera tenido puesta la careta, seguro se hubiera dado un golpe en la frente de pura frustración. ―Nara-san.

―Haruno-san.

―¿Eeeh? ¿Por qué a él no lo regañas por decirte por tu nombre?

―Si alguien más estuviera en esta habitación espiando, ya sabría la identidad de Haruno-san, no tendría mucha lógica que ahora usara su alias. ―Explicó Shikamaru, sentándose en una de las sillas frente al escritorio.

―Tu solo me quieres regañar a mí, Sakura-chan. Siempre he sabido que eres más mala de lo que todos creen. Por algo Itachi-san y tú se llevan también. ―continuó refunfuñando, ahora en un tono más bajo, aunque no fue problema para ninguno de los otros dos poder entender cada palabra.

―Me sorprende que hasta ahora te des cuenta, idiota.

―Al menos tendremos a alguien que ponga en su lugar a Naruto cuando se salga de la raya. ―se burló el Nara, tomando el primer pergamino que estaba a su alcancé para ver cuál seria la agenda del día.

― ¡No te pongas de su lado, Shikamaru! Después te va a influenciar con su maldad.

―Naruto, ya salgo con la kunoichi más problemática de todo el mundo ninja, no creo que Haruno-san sea peor que Temari.

―Hay que tener pantalones para salir con la hermana del Kazakage. ―se rio Sakura, recargándose sobre el marco de la ventana.

Su trabajo solo consistía en estar vigilando al rubio, seguirlo a donde fuera y ocuparse de que no le pasara nada. Algo muy tonto considerando que quizá era el ninja más fuerte de toda la aldea, aunque esa seguridad se extendía a Shikamaru, pero de nuevo ella recordaba haberlo visto pelear el los exámenes chunnin, su destreza e inteligencia eran de admirar y esperaba que también fuera una decisión de peso para evitar que su amigo se metiera en problemas.

Su relación con Nara y los otros equipos no fue mucha y se redujo aún más desde su entrada a ANBU, pero parecía alguien muy maduro para su edad.

― ¿Qué es lo primero en la agenda? ― preguntó Naruto, rendido ante los dos ninjas que lo acompañarían a partir de ese momento en su sueño.

―Los exámenes chunnin de Iwa se acercan, los Jounnin sensei deberían de entregar las hojas de sus equipos para la próxima semana. ―Shikamaru le entregó un pergamino y eso si llamó la atención de Sakura.

―¿Cuándo comenzaran? ―intervino la pelirosa, sabiendo que tendría que acompañar al hokage para las etapas finales.

―En cinco semanas. ―afirmó el concejero.

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―¿Entonces ya no eres parte de ANBU? ―cuestionó molesta Anko, movimiento la vajilla completa de la mesa al golpear la madera con almas manos.

―Si, solo que ahora la mayoría de mis misiones tendrán que ver con la seguridad de Naruto. ― suspiró, viendo a los lados de forma disimulada en busca de alguien que estuviera prestando atención a los gritos de su compañera.

―Eso suena muy aburrido. ―terminó Tsunade, tomándose de un solo trago un vaso completo de sake.

―Voy a extrañar romperte la cara en los campos de entrenamiento.

―No estoy vetada de ANBU, Anko. Y nunca pudiste si quiera hacerme un raspón en las rodillas.

―tks...

― ¿Y cómo van las cosas con el jefe?

―¿Ahora quieres hablar de Dan, Tsunade-sama? ―preguntó la menor, poniendo una burla intencionada en el sufijo.

―Excelente... ¿quieres que te diga que hicimos anoche?

―¡Ustedes son unas malditas puercas!