CAP 2: Aliados y misterio

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Al día siguiente, Senku, Chrome y Kohaku empezaron con la recolección del hierro desde muy temprano en el río cercano a la aldea y una pequeña niña llamada Suika, apareció en el río junto a ellos con el propósito de ayudar por lo que poco a poco el tiempo transcurrió hasta llegar medio día. En eso Senku se percata de la llegada de tres niños con un cesto cada uno.

—Tenías razón Hisui—dijo el niño más alto de los tres mirando a la niña de coletas—¡Kohaku! ¡Chrome! ¡Hemos traído el almuerzo para todos ustedes!

Los nombrados junto con Senku y Suika, se acercaron a los niños que recién llegaban.

—Muchas gracias—dijo Kohaku recibiendo las cestas para luego presentarlos—, niños él es Senku, es un científico que nos ayudará a hacer una medicina para Ruri; Senku ellos son: Hisui, Kane y Taji.

Hisui era una niña muy sonriente de cabellera rubia sujetada en dos colitas de ojos grices.

Kane, un niño que transmite amabilidad con sólo verle, es un poco más alto que Hisui pero más pequeño que Taji. Su cabellera rubia era corta con un flequillo de lado.

Taji era el más grande de los tres y al igual que ellos dos, tenía el cabello rubio y ojos grises, tenía el porte de ser el más responsable pero sin dejar de ser entusiasta.

—¿Que es lo que hacían?—preguntó Kane.

—Estamos recogiendo arena de hierro—respondió Suika mostrando la pequeña fracción que había conseguido, los niños quedaron asombrados viéndolo.

—Se ve divertido, ¡Yo también quiero hacerlo!—dijo saltando al río Hisui junto a Kane y Taji seguidos de Suika, al parecer ellos eran los únicos que el hambre no les habia alcanzado.

—¡Taji!—llamó Kohaku y el mencionado volteo—, no olvides darle las Gracias a Nyoko por prepararnos el almuerzo.

—¡Si!—gritó para luego continuar con lo suyo.

—¿Nyoko es la misma chica que preparó la comida de anoche?—preguntó Senku a Chrome el cuál asintió abriendo la primera cesta.

—Como sabe que vamos a estar muy atareados con esto de la medicina, decidió encargarce de la preparación de los alimentos—respondió Kohaku empezando a comer.

—Al menos ya no tendremos que preocuparnos por la comida—expresó Senku con una sonrisa antes de empezar a comer. Dándose cuenta que la comida de hoy estaba igual de deliciosa que el de anoche.

—Como siempre, Nyoko se lució con la comida—expresó Chrome con alegría sin dejar de comer.

—¡Kohaku!—gritó Hisui desde el río—¡Encontramos más de la arena de HI-E-RRO!—expresó Hisui deletreando con su mano la última palabra.

Senku se sorprendió de que aquella niña supiera del lenguaje de señas, algo que solo los de su civilización sabía y más fue su sorpresa al ver como Kohaku le respondía del mismo modo.

—...¿Quién les enseño el lenguaje de señas?—preguntó dejando de comer.

—¿Lenguaje de señas?—recalcó Kohaku confundida sin saber a lo que él se refería—¿te refieres a lo que hice con las manos?

—Asi es... ¿Cómo es que saben de ello?, Es más, ¿cómo es que saben de los Gorilas?

—A decir verdad, nunca he visto uno en la vida real—respondió con seguridad Kohaku.

—Bueno, Ruri nos ha contado un montón de historias, tiene una increíble habilidad de recordar muchas cosas como si nada—concluyó Chrome devorando su último pedazo de pescado asado.

—Entonces ¿fue ella quién les enseñó sobre el lenguaje de señas?

—No—negó con la cabeza Kohaku—, quien nos enseñó a lo que llamas lenguaje de señas, fue Nyoko.

—Asi que Ruri y Nyoko—solto Senku más para si que para ellos—kukuku, estás dos chicas han picado mi curiosidad, y para ello, tenemos que hacer la cura para salvar a tu hermana.

Esto es IrracionalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora