CAP 57: Reflexión

437 75 1
                                    


La fiesta continuaba en su auge y Nyoko había tomado distancia cerca de un tronco caído que usó como asiento para admirar con más detalle aquel regalo, sin duda, sus niños amaría tan bello retrato de su padre y Mirai tendría el gusto de tener una idea del aspecto de Ónix.

Pero pese a que tenía un medio de consuelo, no dejaba de pensar en las palabras de Ryusui con respecto a Senku, en todo este tiempo no había parado de cuestionarse de sus sentimientos, ¿qué tal si solo estaba confundida?, No quería lastimar a Senku si se tratara de eso, tenía una gran estima por él, y pensar que simplemente en esa posibilidad la entristecía.

Todo esto de los sentimientos le eran tan confusos, recordando las primeras veces que interactuaba con su esposa a las semanas que se confesaran sus sentimientos.

Sin embargo sus pensamientos fueron interrumpidos al sentir la mano de Kokuyou, que al verlo, supo al instante que estaba enterado de la situación.

—Ryusui me pidió que hablara contigo—explicó antes de tomar asiento a su lado—, Ryusui me contó el dilema que están pasando tú y Senku. Me tomó por sorpresa el motivo de su distanciamiento, sin embargo, también sé que estás en una situación difícil. Después de todo Ónix fue tu primer amor al llegar a la aldea.

Nyoko inconcientemente rozó suavemente con la yema de sus dedos el retrato de Ónix, pasando a expresar su confusión al no poder determinar si lo que sentía por Senku era pura amistad o no, además, de que también sentía culpa por traicionar de cierto modo, el amor que había profesado a su amado. Deslizándose por su mejilla una pequeña lágrima.

—Nyoko—susurró con dulzura Kokuyou limpiando esa pequeña lágrima—, dudó mucho que Ónix se enojara contigo, en lugar de eso, creo que te daría espacio para que reflexionaras.

Nyoko continuó observándolo con nuevas lágrimas apareciendo mientras él se limitaba a limpiarlas. Kokuyou tenía razón, Ónix no era el tipo de personas que actuaba egoístamente, siempre fue de as personas más empáticas que llegó a conocer, incluso apostaría a que le daría su apoyo ante cualquier desición que tomase.

—No tienes por qué apurarte—continuó hablando al captar nuevamente su atención—, analiza tu corazón a tu propio ritmo, y date la oportunidad de amar nuevamente si es necesario.

Dicho eso, le dió un tierno beso en la frente como despedida, dejando que reflexionara con la hermosa noche estrellada.

Ésta era la primera vez que su corazón sentía calma, sin duda las palabras de Kokuyou lograron calmar su culpa, por lo que al ver un rato más la luna y recordando el rostro de su amado con esa encantadora sonrisa, sabía que pasó dar con seguridad, recogiendo algunas flores de paso.








(***)







«¿Por qué tuvo que pasar esto?» pensó Senku en el laboratorio, luego de ver la reaccion del regalo que Chrome y Ruri le dieron a Nyoko, sintió una herida abrirse en su corazón; aunque sentía un poco de alegría al ver la sonrisa de Nyoko, tampoco podía fingir que eso lo lastimaba, abandonando la fiesta con el pretexto de que tenía algo pendiente por realizar.

Aún sentía extrañeza por tener aquellos sentimientos, nunca se le había pasado por la cabeza que llegaría el día que se enamorara, incluso apostaría que su padre estaría igual de sorprendido que él, pero con la diferencia de que estaría alegre por su hijo. 

En eso, escucha la puerta abrirse, girando a ver, quedando sorprendido de ver a Nyoko con unas camelias blancas.

Ninguno de los dos dijo nada hasta que Nyoko colocó las camelias en la mesa junto al dibujo doblado en dos, empezando a narrar con sus manos sus pensamientos, confesando que aunque no sabía exactamente lo que sentía por él y el hecho de que también no se sentía preparada para dar avanzar y soltar el recuerdo de Ónix, sabía perfectamente que no quería alejarse de Senku, entregándole las camelias blancas con la promesa de que le esperara un poco más, que en cuanto pudiera aclarar lo que sentía, se lo diría a él en primera instancia.

Y, sin que ninguno de los dos se lo esperara, Senku se acercó a Nyoko, abrazándola como si su vida dependiera de ello; de igual forma, Nyoko sintió lo mismo, aferrándose a Senku, sintiendo de alguna forma, la paz que tanto necesitaba.

Esto es IrracionalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora