CAP 23: Un mensaje del pasado

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Luego varios días desde la visita de Hisui, tanto Senku como Nyoko se dedicaron al 100 por cierto a sus respectivas tareas para realizar el teléfono; aunque debido a que el clima cada vez variaba de temperatura, Senku y Chrome pudieron percatarse que los ancianos y niños empezaban a tiritar del frío, por lo que ambos decidieron fabricar calentadores en pequeñas chozas para que así pudieran refugiarse y calentarse de las bajas temperaturas, aunque claro estaba que Senku no iba a admitir abiertamente que lo hizo pensando en ellos. 

Y tras largas y extenuantes jornadas de trabajo, al fin lograron terminar de construir el teléfono. Aunque claro, luego tuvieron que contruir otro como receptor.

—¿Segura que no quieres ir?—preguntó Kane viendo como Nyoko tenía en sus manos un par de cuchillas.

Nyoko sonrió y poniéndose a su altura le explicó que ya había pasado un largo tiempo que no iba a limpiar la tumba de Ónix (a parte de que aún no había pensado bien como iba a hacer para que Senku le perdone); además de que daría igual si no iba, después de todo, entendería a medias lo que presenciarían.

—Entonces iré contigo—dijó muy decidido a lo que Nyoko asintió y colocando ambas cuchillas en una cesta, le toma de la mano, saliendo rumbo a su destino.

Cuando llegaron, Kane pudo apreciar que la tumba de su padre estaba cubierta de nieve, por lo que se pusieron manos a las obra para limpiarlo. Aunque en un principio se sentía incómodo, ya que había pasado más de un año desde la última vez que estuvo ahí.

—Ojalá estuvieras aquí con nosotros papá—habló Kane una vez que acabaron de limpiar—, te sorprenderías de todas las cosas que han pasado—Kane suspiró y vió como Nyoko se arrodillaba y con sus dedos acarició la lapida de piedra.

Kane pudo apreciar en el rostro de Nyoko una melancólica sonrisa antes de dar un suspiro y girarse a verle con la típica sonrisa tranquilizadora.

—¡Kane!—saludó a la distancia Hisui al verlos mientras caminaba con el resto de los aldeanos.

—¿Que hacen todos aquí?—preguntó cuando Taji y Hisui se encontraba cerca de él y Nyoko, Quien les miraba con curiosidad.

—Gen y Senku dijeron algo sobre una tumba—respondió Taji para luego señalar como Senku agarraba una de las lápidas para luego pasársela a Kohaku, quien empezaba a picar la piedra con rapidez y precisión.

Nyoko, picada por la curiosidad, decide acercarse junto a sus niños y ver lo que hacían. 




(***)




Cuando regresaron a la aldea, todos estaban emocionados por escuchar lo que había en ese disco, y al saber que elaborar un tocadisco era más sencillo, todos empezaron a colaborar, a excepción de Nyoko, quien estaba siendo regañada por Magma por haberse ido sin avisar otra vez.

—Sabes que es peligroso que deambules sola por los exteriores de la aldea sin avisar antes a alguien—dijo Magma de brazos cruzados—, la próxima vez, quédate en la casa si quieres estar momentos a solas—Nyoko asintió mirándolo avergonzada, recibiendo una despeinada de su parte.

—¡Ya va empezar a reproducirse!—voceó Hisui para que todos se acercarán a escuchar.

Todos estaban espectantes ante lo que el disco revelaría, por lo que cuando la voz de Byakuya se hizo presente, todos aclamaron maravillados, quedando aún más al escuchar  la angelical voz que dió paso a sonar a continuación; la motivación de todos se elevó y eso fue algo que Gen Notó.

Pero de todos esos rostros, vió que el único que no mostró emoción alguna, fue el de Nyoko, que a su vez sonreía incómoda a las conversaciones que le hacían.

«¿Le habrá pasado algo?»pensó antes de ser interrumpido por las palabras de Suika.

—Es una pena que el ejército de Tsukasa no pueda escuchar esto—dijo conmovida.

—Es verdad—apoyó Hisui.

—¡Estarían tan sorprendidos por su belleza que sus corazones vibrarian!—continuó Kaseki—, ¿No haría eso que dejaran de atacarnos?

—Nah, para la gente de la era moderna, la voz de Lilian-san ya es demasiado conocida—respondió Gen a la pregunta—; además con esta calidad de sonido…

Sin terminar de decir la frase, a Gen se le ocurrió una excelente idea, una en la cuál podrían ganar sin matar a nadie.

Por lo que se lo reservó para compartirlo con Senku más tarde.

Cuando la noche se asomó y la luna llegó a su punto más alto, Gen subió al observatorio, encontrando únicamente a Senku que veía por el telescopio.

—Asi que otra vez Nyoko-san no nos acompañará—expresó con una sonrisa burlona—, es extraño no verla merodeando por aquí. 

—Debe de estar descansando—respondió volteando su rostro inconcientemente, acto que no fue desapercibido por Gen—, estas últimas semanas tuvimos mucho trabajo.

—Puede ser, pero siempre viene a despedirse de nosotros—hace una pausa meditando—, y ahora que lo pienso, ustedes dos no han intercambiado palabras en estás últimas semanas.

—Es verdad—expresó Chrome uniéndose a la conversación mientras se asomaba por la escalera—, Nyoko solo dejaría de hablar con alguien si se siente avergonzada.

Senku suspiró irritado, no le gustaba para nada a dónde se dirigía aquella conversación, por lo que si no decía algo, ambos descubrirían lo que pasó y Gen le fastidiaría por un largo tiempo con eso.

—No ha pasado nada, simplemente todos hemos estado ocupado construyendo el teléfono. Así que si no van a decir algo relevante, será mejor que se vayan.

«Asi que algo pasó entre ellos, esto es interesante»pensó Gen con satisfacción a lo que Chrome se disculpaba por haberle ofendido.

—Por cierto a que viniste Gen… ¿Tienes algo en mente?—preguntó Senku.

—Asi es, estoy seguro que accederás a hacerlo, ya que tengo una idea en la cuál podríamos derrocar a Tsukasa sin derramar sangre.

Gen sonrió y empezando a relatar su genial idea

Esto es IrracionalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora