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La noche hizo presencia y un la de un gato también, un sonido algo fuerte lo despertó.
Él pequeño gato se estiró y vio que su querido Hoseok estaba aún dormido así que no sería malo dejarlo dormir un poco más, noto qué él bolsillo de Hoseok él cual estaba brillando.
¿Desde cuando la ropa brilla?
Agudizó sus vistas y pudo ver que, no era la ropa, era una caja extraña.
Se quito del regazo de Hoseok e invocó su lado humano para rápidamente tomar la caja brillosa pero ¿que iba a hacer?.
Pero un recuerdo llego a su mente con una palabra en especial.
─Maldito gato, eres un egoísta, ¿solo pensabas en ti?─.
Una patada en su pequeño vientre de al menos unos 6 meses.
─¡Egoísta! Eso es lo que eres, ¿querías tomar él pan que había en la mesa? ¿solo para ti? ─
Fue tomado de su cola y soltó un maullido fuerte.
─¡ Egoísta ! ─
Él hombre comió suciamente él pan en frente del pequeño gato dejando caer migas.
─¿tienes hambre? ¡pues aguantate! ─
Lo soltó viendo como él pequeño gato caía débilmente al suelo e intencionalmente le pisó una patita y él gato grito; este en un intento de defenderse aruño él zapato de aquel hombre dañando su calzado pero, extrañamente, lo único que recordó desde ese momento es un impacto contra la pared.
Quitando ese recuerdo de su "infancia" decidió dejar la caja cerca de Hoseok e invocar su lado gatuno se subió en él espaldar del sillón con intención de despertar a Hoseok por qué tenia hambre pero la alucinante belleza del hombre lo distrajo.
Sus pequeños ojos cerrados junto sus largas pestañas, una nariz perfecta y respingada, unos labios delgados pero finos lo cuales al sonreír formaban un pequeño corazón, dientes sumamente perfectos, su mandíbula marcada, pómulos resaltados, su manzana de Adán que tanto le gustaba y unas clavículas que le encantaría morder.
Sin darse cuenta una pequeña gota de saliva salió de su gatuna boca y eso lo ayudo a volver del mundo llamado Hoseok.
Saco su lengua y comenzó a lamer los pómulos del hombre para ver como este comenzaba a despertar.
Mau~
Nada, él atractivo hombre no quería despertar y su pancita pedía a gritos ser alimentada.
Pero una idea que estaba seguro que seria muy efectiva llegó a su mente
Saco sus filosas garras y aruño él pómulo donde anteriormente había estado lamiendo.
