Había una vez, una bufanda.
La bufanda construida por manos expertas
Calentaba el cuello de un niño.
Siempre estuvo allí, en los días de frío
Aunque en verano era olvidada en el fondo del armario.
El niño crecía, y la bufanda pudo ver cómo cada día
El paso del tiempo no perdonaba,
Ni al niño ni a nadie.
Y al final tuvo el mismo destino que todos.
Pero no importaba. La bufanda era feliz
Con sólo proteger al niño
Por lo menos, del frío.