sueños húmedos

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Daniel siempre ha tenido problemas con las chicas, pues su aspecto no es el más atráctivo para ellas. Él suele pasar tiempo con los ineptos de su clase y le resta popularidad, forma parte de los excluidos, muy listo y lleno de curiosidad, la pubertad lo consume como la tierra a la mierda y eso le fastidia.
Entablar conversaciones con intenciones sexuales con una chica en medio de una fiesta con meteoritos creando cráteres y volcanes en erupción no suele ser muy acertivo, pues apenas empieza la plática lo evaden.

Él grupo de amigos con los que comparte ambiente son limitados y sus opiniones le tranquilizan pues es demasiado bueno para cualquier chica.

Daniel no es muy sentimental y pasa noches en desveló masturbandose con todo tipo de pornografía, fetiches raros y algunos de mal gusto popular, disfruta de los tabúes y leyendo en Internet, planea tener un sueño húmedo inducido que leyó en internet, este explicaba una forma para tener su anhelado sueño, pensar en tu presa e imaginar que mantienes una relación sexual con ella todo esto mientras duerme en su colchón, o al menos así lo leyó él.

Las noches pasaban mientras las velas se consumían pensado en sexo, empapando la cama y su ropa interior con fluidos corporales y el olor a sábanas sucias podía llegar a ser nauseabundo si te encerrabas en ella.

La mayoría de sus sueños terminan en lugares peculiares, caminatas por el parque, planicies estrelladas, pasillos alumbrados con acaparadores y productos en venta, la escuela era muy recurrente y su salón de clase tomaba el tema principal, su lugar favorito era el de Fatima, la muchacha más dotada en físico o atractivo sexual. Al llegar al pupitre, este huele sin discreción la silla en la que posaba su trasero Fátima, soñando como es que le haría el amor en media de la clase solo para dejar una gran mancha blanquecina en la mesa.

Una noche muy particular practicando este acto de sueño inducido Daniel llegó a un estado de consciencia asombroso, no sólo estaba en el cuarto de Fátima sino que ella estaba allí, su expresión lo excitaba. No lo podía creer y su primera reacción fue embestir a Fátima con la intención de destruir su vagina con su pene. "Un sueño echo realidad" el pequeño forcejeo y el despojo de las prendas queda en el suelo de la alcoba, los gemidos combinados con la euforia del momento lo hacen sudar, tocar su piel desnuda y tomarla bruscamente lo mantiene en un éxtasis inaudito para su adentro y cuando su pene está a punto de entrar en el extremo placer de su clímax!
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despierta en una celda.

Daniel fue arrestado y llevado a un hospital psiquiátrico pues nada había sido un sueño, aunque él juraba que sí lo era.

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