sordo

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El cálido rojizo de la tarde se opacaba con entusiasmo al mirar aquellos ojos color miel brillando con pasión hacia el orizonte, su pelo corto ondendono al viento con emoción, libre, sin atadura al son de la brisa. Las nubes envidiaban su rubor por estar pintadas del rosado de la tarde con ligeras pecas resaltando la ternura de sus labios pálidos, el sol decorando su piel con la ternura de una caricia, suave como la espuma.
Su vestido blanco bailando con el viento festejando como las olas se inclinan para darle un dulce beso a sus tobillos despidiendose de su suavidad al dejar limpio su rastro por dónde su pie pisa con dulsura la arena gris para no ser encontrada por nadie.

Aquellos ojos como dos soles mirando mi alma, llenandola de intriga por conoser el mundo de donde son.
Una sonrisa radiante que me hacen creer que puedo escuchar su suave risa, me hacen querer escuchar el sol y probar el color del atardecer junto a su presencia mientras me cautiva con su mirada cada segúndo que pasa.

Sentir su cálida mano junto a la mía me hacen creer que puedo escuchar la arena y ver su viento, su pelo acariciando mi cara mientras se hacerca me hacen creer que escucho mi corazón, sus respiración me hace creer que puedo escuchar los rallos del sol, sus ojos me hacen creer que puedo escuchar la tarde , su bronceada piel me hacer creer que escucho las olas del mar. una marea resuena y escucho su vos diciendo mi nombre. Mi deseo de se a cumplido.

Cuentos Para No LeerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora