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Marton solía ser tierno y dulce, vivia en un pequeño pueblo de nombre Villa kenu, en ella las personas salían a pasear por donde su alma se liverara, sus vidas eran tranquilas como un arrollo flullendo hacia la paz.

todo pintaba de maravilla pues la noche era cálida y agradable al tacto, las luces de la noche brillavan como carruseles encantadores.

Marton solía caminar serca del parque cuando fuegos artificiales empiezan a destellar en la oscura y tierna noche de verano, el pozo del parque era un lugar de buena fortuna y en este solían aventar monedas para pedir el deseo que su corazón dígtace.

Marton saca su última moneda del bolsillo y se dispone a arrojarla, la noche no podía ser más cautivadora, al pedir su deceo...

Una alarma empieza a chillar de la nada, todo el mundo se sorprende y entra en pánico, las calles empiezas a sentirse apretadas, sofocadas con el temor de lo inevitable, marton apenas pudo reaccionar y preocupado ante la situación pidió respuesta, su moneda con la que tomaba su último deseo fue posada en el borde de aquel poso, el parque se imprecno con un disturbio aterrador.

Las personas no paraban de correr, algo terriblemente malo estaba por ocurrir, marton quedó atónito por el enjambre de individuos que empeso a correr por el parque, preocupado pregunto;

- que ocurre?!

El egoísmo de las personas no le dio respuesta pero de algo si estaba seguro, no quedaba más que hacer.

Marton escucha una explosión con un estruendo tenebroso y natal al mismo tiempo que su cuerpo caía al poso, la moneda sólo cae a la par de su dueño cumpliendo su deceo...

Las noticias informan que la Villa kenu fue víctima de un ataque terrorista, la bomba que callo creo un cráter inmenso destrullendo todo lo que fue kenu, salvo el letrero de la ciudad y un pozo sentrado en lo que fue el parque...

Cuentos Para No LeerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora