¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El sonido relajante de las aguas termales la hacen sonreír. Akiira ondea su cabello ahora largo y brillante y comienza a caminar con cierto rubio corriendo detrás de ella.
- ¡Akiira-chan! - grita el rubio con una voz cansada y molesta. La joven de gira con una linda sonrisa dándole la palabra - ¿Vas cómoda haciendo nada?
Ella ríe en respuesta y da un pequeño salto mostrando lo feliz que se siente. - ¿De qué tanto te quejas? - el rubio la mira molestó y señala las grandes mochilas que carga. La muchacha rueda los ojos y suspira - ¡Dame eso!- Naruto se queja por el insulto y Akiira le arrebata su mochila amarilla con brusquedad para después murmurar un pequeño - Marica — Naruto abre su boca a más no poder y la mira con indignación — No puedo esperar a llegar a Konoha, ¿no es emocionante?
Dice cambiando de tema. El rubio infla su pecho y coloca ambas manos en la cintura con una enorme sonrisa en el rostro — Sakura-chan quedara con la boca abierta cuando me vea.
- Tanto tiempo lejos de casa y por fin se acerca el regreso - dice ella sin prestar mucha atención a lo que su amigo dice - Debo admitir que al leer tú carta me asusto un poco y te juro que estuve a nada de no asistir al punto de encuentro, pero solo imaginar que muy probablemente ya nada es lo que era antes. ¡ME CAUSA UNA EXCITACIÓN INMENSA!
las palabras de la niña se detienen de golpe al ver a su padre salir de entre los árboles acomodando su chaleco rojo. El hombre de cabello blanco limpia sus manos con un pedazo de tela limpiando el agua.
- Oh, padre - habla la joven una vez sale de su pausa - ¿Esta es la emoción que sentiste el día de tu regreso después de salir en busca de tu camino ninja?
Jiraiya frunce el entrecejo y levanta una ceja sin saber bien que decir - Supongo que es algo parecido - Akiira sonríe emocionada y jala el brazo de su brazo para pueda sentir su rápido palpitar. Jiraiya aleja su mano tomando la mochila de su hija para cargarla sobre su espalda. - Aunque no recuerdo haber actuado así.
- Gracias papi - dice la muchacha dejando un beso en su mejilla
- Akiira-chan - la muchacha detiene su andar para aferrarse al brazo de su mejor amigo - Creo que deberías cambiarte de ropa. - Akiira levanta una ceja sin entender - Ya sabes... usar algo más sensato. Esa falda es muy corta.
- Naruto tiene razón - apoya su padre con la vista al frete.
- No, me parece que tiene una altura correcta - dice ella sin importarle que el rubio se indigne con ella.
Dos años y medio cambian mucho a una persona, pero para el Uzumaki jamás se le cruzo por la mente que esos tres años cambiarían tanto a su mejor amiga. Y con razón, pues la niña de trece años (casi catorce) con aspecto de un mocoso flaco y descuidado, no se asemejaba a lo que es ahora Akiira Senju. Su cabello aún es blanco y ojos aún son azules, su piel claro que sigue teniendo un lindo tono blanco sin parecer que va a desparecer.
