Espero y les guste, pedidos abiertos
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Caminabas junto a Zenitsu, tu hermano mayor, por la finca mariposa porque querías pasar un tiempo de calidad de hermanos juntos. Como la pilar del oro no podías pasar tanto tiempo libre y menos cuando te enteraste qué sé encontraba ya en la finca mariposa aquel día del juicio.
Cuando acompañaste a tu hermano no pensaste que era para que Shinobu no le diera su medicina y lo pasará por alto. Al final tuvieron que amarrarlo a una cama con mucha velocidad y darle la bendita medicina a la fuerza.
Obviamente terminó enojandose y hasta ahí se acabo tu día de hermanos y decidiste dar una vuelta en lo que se le pasaba el berrinche a tu hermano. Suspiras te frustrada y seguiste tu camino hacia tu finca qué sé encontraba algo lejos de donde te hayabas.
-Es un idiota, todavía qué no puedo verlo durante mucho tiempo, se enoja porque permití qué le dieran su maldita medicina.-murmuraste con enfado.
A lo lejos pudiste ver a alguien muy especial para ti. El pilar de la niebla, o mejor dicho, tu enamorado secreto.
Corriste a su dirección y le llamaste antes de tirarte en sus brazos, él te recibió muy gustoso y te aceptó el abrazo.
-Toki-kun, me alegra poder verte. Pensé que aún seguías en la misión qué te asignaron.-le preguntaste.
Te separaste de él y lo viste directo a los ojos, eran del mismo tamaño así que no había problema. Mientras tanto él sólo te veía con demasiada calma y tratando de recordar porque regresó antes de tiempo.
-Oh, me encontré con el demonio en el camino antes del pueblo. Me ahorré mucho tiempo porque no era alguien que temer.-dijo mirando el cielo.
Sonreíste y lo tomaste de la mano para ir a tu finca y tomar el té como siempre, era un pequeño pasatiempo qué habían arreglado los dos. Iban viendo las nubes y tú le recordabas los tipos de nubes qué habían, al igual que, jugaban con sus formas y dejaban su imaginación volar al verlas.
Mientras tú te volteabas, él te veía con esa deslumbrante sonrisa tuya y más se enamoraba. En cambio, mientras él se volteaba, tú tomabas infinitas fotos mentales de sus facciones.
Cada uno se enamoró del otro, sólo que no decían sus sentimientos pensando que no serian correspondidos y la hermosa amistad qué habían forjado se desvanecería en un segundo.
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.Ya era muy de noche y tu hermano no regresaba a la finca, eso te preocupó mucho pero recordaste que se quedaría con Shinobu para tratar sus recientes heridas y no saldría de allí en un buen rato. Suspiraste y saliste a tu jardín qué estaba lleno de girasoles y varias flores amarillas.
No sabías porque eras tan amantes de lo amarillo. Sólo qué al verlo te relajaba y te hacía sentir feliz.
Te sentaste en el pasto con un libro nuevo de botánica, te gustaba mucho cuidar las flores y saber adsolutamente todo de ellas. Aunque terminabas solamente con las amarillas.
Reíste ante tus pensamientos y finalmente comenzaste a leer. Estabas tan inerte en tu lectura que no notaste como cierto azabache de puntas mentoladas te veía como una nueva maravilla tan exótica qué no quería que nadie la tocase para dañarla.
Los dos tan concentrados en el otro, ¿por qué no se daban cuenta de sus sentimientos?. Todo lo que hacías se fue interrumpido por él sentándose junto a ti.
-Toki-kun, me alegra que me hayas visitado. Ahora ya sé porque escuchaba un sonido relajante detras mío.
-Sólo no tenía nada que hacer, y te vi tan metida en tu libro que no quise interrumpir. Perdón...-dijo un poco triste.
-No, no, no. Siempre serás bienvenido en la finca del oro. La verdad es que necesito a alguien, una presencia en la casa. No puedo estar tranquila si no escucho ruido, y como mi hermano siempre es muy ruidoso me acostumbre a eso.-le sonreíste y viste tus hermosas girasoles bajo el brillo lunar.
Te analizó, queriendo nunca olvidar tu bello y pulcro rostro bajo el brillo de la luz lunar, no quería olvidar cuando era imposible no hacerlo. Simplemente, quería tatuarse en su mente todo de ti.
Sin darse cuenta tomó tu mano y te jaló hacia a él, los dos estaban tan cerca y sus respiraciones chocando lo demostraban.
-Toki-kun... Yo...
-Shhhh, por favor no hables. Sólo quiero recordar, aunque sea, este momentos juntos.
Finalmente juntaron sus labios en un tierno y cariñoso beso, la sensación era tan cálida qué no querías separarte. Pero lamentablemente el oxígeno no dura toda la eternidad.
Al terminar, se miraron y abrazaron. Contemplaron un rato más aquella noche, que aunque se sentía fría, con la compañía del otro parecía todo lo contrario. No se querían separar, pero lamentablemente no iban a dormir afuera y darse el lujo de coger un resfriado.
-Vamos, sabés que siempre habrá un lugar de sobra para ti aquí, Toki-kun.
Le sonreíste y se pararon, peor antes de entrar, se volvieron a dar otro casto beso en los labios.
Aún eran jóvenes, es cierto. Pero eso no impedía el hecho de que llegaran a amar como cualquier otro ser humano.
Déjame verte de esta forma, déjame grabarte en fuego sobre mi memoria.
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*¤°•ᵏⁱᵐᵉᵗˢᵘ ⁿᵒ ʸᵃⁱᵇᵃ ↬ᵒⁿᵉ-ˢʰᵒᵗˢ .•°¤*
FanfictionChica que se dedica a hacer one-shots u otras cosas, esperando que algun día actualicen su pedido en alguna historia.