La Magia de Haberme Encontrado

XV

Los días pasaban y el olvido y la felicidad comenzaban a ser perte de mi vida, al principio el adaptarme y decirle amor o te amo a Axel era más difícil de lo que pensaba; pero fue así como sembrar una semilla, regarla y cuidarla  diariamente, para que se enrraigue y crezca.

Fui capaz de enamorarme de su personalidad, amabilidad y aún más de toda la elocuencia que expresaba.

El único problema que existía es que nos separamos por un buen tiempo, para ser más precisa fueron cuatro años, aún lo recuerdo aquel día cuando nos despedimos, estaba cruzada de brazos mirando a mi hermana, no dejaba de estudiar para su examen de la universidad, su gran sueño pronto se podría cumplir. Fue ahí también cuando me percaté que su vida estaba muy cambiada, ya no hablaba groserías y siempre estaba bien arreglaba; pero tampoco me atreví a preguntar el motivo de su felicidad.

No esperaba a Axel aquel día, pero estaba tras la puerta intentando tocar el tiembre y cuando lo hizo inmediatamente abrí. Fue muy triste notar la preocupación en su rostro, sus manos temblaban y sus ojos se tornaban hinchados.

Pude sentir su silencio tocar fondo, para que luego anuncie la peor sorpresa de mi vida.

—Me tengo que ir del país.

Al principio pensé que era una broma pesada y reí a carcajadas para luego detenerme al ver la seriedad en su rostro y escuchar decir que no era una broma.

—Sabes me duele mucho separarme de ti, pero créeme que nunca dejaré de amarte, te lo prometo.

—Me abrazó como nunca antes lo había hecho y lloramos juntos por largo rato.

Esa tarde cocinamos juntos y nos reímos mucho de nosotros. Recordamos los inefables momentos, y también fue el último "te amo" que escuché teniéndolo frente a mí.

Desde ese momento mi vida a sido muy nostálgica y aún sigo viviendo una crisis emocional, he sentido que la soledad me atrapado, tengo pesadillas y no puedo conciliar el sueño. No he podido tocar el piano ni tampoco cantar.

En cuanto a mi aspecto físico diría que estoy irreconocible, he perdido peso y he notado que tengo acné en la cara.

Ya casi anochece, hoy estuve en la academia y ahora estoy de regreso a casa, se siente la humedad y el frío derrocharme, sahumo mis manos para calentarme y siguiente empiezo a escribir escribir un mensaje a Axel, aunque siempre trata de ignorarme y cambiar la conversación. 

Talvés debería soportar las ganas y no escribirle más, este fue mi enésimo y penúltimo mensaje:

Te extraño,
porque te amo;
y mi vida cuando no estás
se vuelve melancolía.
Me haces falta,
extraño tu sonrisa y
tu manera de mirarme.

Extraño cada cosa que hacíamos y nos envolvíamos,

Extraño tus abrazos, aquellos que me hacían tener calor como también sentía que estoy en los brazos correctos...

Me duele la distancia,
Pero el destino está
al revés y...
Cuando te llamo,
escucho una voz ronca siendo muy cortante, siento que no tenemos que hablar, que somos tan diferentes...

Ya no hay confianza,
me he dado cuenta.
¿Ya no me amas?
Cuando pregunto que sientes por mí
Solo dices que no debo hacerlo y... porqué desconfío de ti.

No quiero hacerte enojar
Solo quiero saber...
¿Qué es lo que hice mal?

Solo anhelo escuchar tu voz,
tan dulce y serena,
y que al susurrarme al oído,
pueda sentirme feliz...

De inmediato llegó la respuesta a todas estas palabras.