➠둘째

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El emperador se encontraba sentado en el tapizado suelo de la habitación conversando con la emperatriz, su esposa. Se había enterado por uno de sus hombres que Jimin había salido, su primera reacción fue enojarse, pero luego de pensarlo bien se dio cuenta que el casi nunca salía.

—Ese niño nunca me hace caso ¿Por qué no me pide permiso?— hablo sobándose la nuca.

—Porque si lo hace, le dirás que no, querido— respondió la emperatriz tomando de su taza un poco de té.

Tenían una conversación amena buscando cuando seria buena idea visitar el pueblo para realizar el festival de cada año hasta que su hijo menor Jungkook abrió las puertas de par en par sobresaltando a ambos adultos.

—Padre...— el corto llamado de su hijo menor fue suficiente para que el emperador se levantara enseguida preocupado, creando las posibles frases que soltaría su hijo para haber entrado así a la habitación. ¿Habia un ataque? ¿tal vez el asesinato de alguien? ¿o acaso...?

—Se llevaron a Jimin— soltó sin más Jungkook en voz baja.

Park Jo-seon lo acerco jalándolo por su hanfu mientras gritaba exasperado. 

—¿Quién se lo llevó? ¡¿Dónde está tu hermano?!

El menor hablo como pudo explicando desde la mañana en la que Jimin se marchó al lago y lo ultimo que había pasado, su madre detrás lloraba angustiada. Park mando enseguida a sus hombres.

Tal vez demasiado tarde.

. . .

Yoongi afilaba su espada sentado en una piedra, había estado así por un buen rato hasta que considero que el filo era lo suficientemente bueno.

—Hoseok, pásame eso de ahí— dijo señalando un trapo viejo. El mencionado asintió mientras le tiraba aquel pedazo de tela.

No paso mucho para que un joven de estatura considerablemente alta apareciera entre los árboles. Ambos chicos levantaron la vista para ver a su compañero, el chico nombrado Namjoon.

—¿Y...? ¿conseguiste algo?— inquirió Hoseok.

—No; joder casi me atrapan— hablo Namjoon ofuscado antes de sentarse en otra piedra al costado de Yoongi.

—¿No te vieron la cara verdad?— Esta vez la pregunta la soltó el mayor de los tres, Yoongi.

—No, por suerte.

Después de un rato conforme la luz natural del sol empezaba a escasear los tres individuos decidieron entrar dentro la cabaña. 

Aquellos tres jóvenes que dentro de algunos años rozarían la adultez eran huérfanos. Probablemente es esa la razón por la que han aprendido a convivir como compañeros y después de tanto tiempo juntos considerarse un tipo de familia disfuncional. 

Desde que aprendieron a robar fue de lo que único de que vivieron. Como solían excusarse, mientras el dinero llegaba que importaba que clase de cosa hacían para conseguirlo.

Mientras pudieran vivir sin andar de mendigos estaba bien. 

—Todos hablaban de una recompensa— comentó Namjoon mientras curaba los pequeños rasmillones que tenía por haber salido corriendo antes de que lo atraparan al intentar robarle a un mercader.

—¿Recompensa?¿De qué?— preguntó curioso Hoseok.

—Era sobre el príncipe "Aquel que logrará traerlo de vuelta tendría una recompensa directa por parte del emperador en monedas de oro"—

Daechwita  愛  ʏᴏᴏɴᴍɪɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora