La transformación de Orihime

124 10 3
                                    


—¿Qué?— pregunto débilmente esto no podía estar sucediendo.

—Ya escuchaste pet-sama— dijo sonriendo aún más—¡NO PUEDO ESPERAR MÁS!—y con esto agarró fuertemente el brazo izquierdo de Orihime, sacándole un pequeño grito—¡JA! Todavía no hago nada y ya estas quejándote—se burló mientras caminaba al centro de la habitación arrastrando a la chica—aquí está bien— y tras declarar esto—lanzó a Orihime al suelo fuertemente, dando un fuerte gemido de dolor, a lo que el quinto espada respondió con una carcajada.

No podía esto no podía ser, no podía creer esto; se supone que los abusos se habían acabado, su pesadilla debió haber terminado y ahora esto—Ulquiorra...— lo llamo inconscientemente, ya que era al único a quien podía pedir ayuda en este mundo.

—¡CALLATE!—Vocifero Nnoitra, poniendo su pie en la entrepierna de la chica, moviéndolo arriba y abajo—¡NO TE PERMITIRE QUE HAGAS LO DE LA VEZ ANTERIOR!¡ ESTA VEZ GEMIENDO MI NOMBRE!¡GEMIRAS COMO LA PUTA QUE ERES!—grito furioso—¡Y TU ULQUIORRA MAS VALE QUE PONGAS ATENCION!¡PARA QUE SEPAS COMO SE HACE!

El cuarto espada no le prestó atención alguna a las palabras de su "camarada" y vio como este se abalanzaba sobre el cuerpo de la humana, la que en un parpadeo ya estaba completamente desnuda al igual que el arrancar sobre ella.

—¡NO POR FAVOR! ¡DETENTE!—suplicaba mientras trataba de golpearlo, pero al final no servía de nada y ella era la única lastimada; volvió su mirada al ojiverde que había cerrado la puerta, quedando parado frente a ella—U-Ulquiorra—volvió a llamarlo estirando su mano hacia el—por favor—intento pedir ayuda—Ulqui—intento hablar, pero una terrorífica voz la interrumpió.

—Ahora sabrás lo que es bueno, puta—le susurro la voz a su oído.

—¡AAAAHHHHHHH!—grito la pelinaranja al sentir como el miembro del espada, la penetraba brutalmente. Aun así tenía su mano derecha extendida, con los ojos muy abiertos, los cuales pedían auxilio.

—Eres tan buena como te recordaba—y tras estas palabras comenzó a salir y a entrar rápidamente de ella.

Mientras tanto Ulquiorra observaba la situación sin mover ningún musculo ante las suplicas de la mujer, que a pesar de estar siendo abusada seguía con su mano extendida hacia él con lágrimas en los ojos; aunque eso no importaba, puesto que él no haría nada más que ver lo que sucedía y hacer algún comentario para que Nnoitra se controlara un poco, no podía permitir que la humana muriese después de todo lo que tuvieron que vivir anteriormente. Aun así sus manos dentro de los bolsillos estaban fuertemente empuñadas, sin que él diera cuenta de ello.


Y de esa manera siguieron hasta que Orihime cayó en la inconsciencia con su brazo todavía extendido hacia su carcelero.

................................................................

La tranquilidad volvió a aquella habitación, en donde la joven descansaba en un blanco sofá; sus ojos desprovistos de brillo miraban hacia la nada, habían pasado un par de horas desde que fue abusada por Nnoitra, había despertado hace poco, acostada en el suelo sola y desnuda; cosa que no cambio puesto que su ropa fue destrozada.

Un sonido llamo su atención, era la puerta que se habría lentamente para dar paso al cuarto espada seguido por otro arrancar de bajo rango, que traía la comida para la pelinaranja.

—Veo que estas despierta—dijo tranquilo—me sorprende que lo hayas hecho tan pronto, en visto de las circunstancias.

Orihime sabía perfectamente a lo que se refería, era cosa mirarla, tenía heridas y moretones por todo el cuerpo, por lo que parecía estar usando un traje de leopardo morado por las innumerables marcas que le habían dejado. El abuso de esta vez fue completamente brutal a los realizados por Ulquiorra, o por lo menos eso sentía.

Nuestra misiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora