Inexplicable

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En la oscuridad de su habitación, Orihime se encontraba descansando en su sillón blanco, se encontraba algo cansada, a pesar que ya había pasado un día de su encuentro con Ulquiorra, su cuerpo todavía sentía el peso de lo que habían hecho, le dolía un poco pero no como las veces anteriores, este era un dolor que le traía regocijo, le traía cierta tranquilidad, le hacía sentir viva. Quedo claro que Ulquiorra había cambiado, debido a como la trato mientras hacían el amor, o eso es lo que creía ella, y se aferraba con desesperación a esa idea, esta era su única esperanza.

Mientras ella seguía en su mundo de fantasía, no percibió el ruido de la puerta abriéndose, la pelinaranja estaba en su propio mundo idealizando su relación con el espada, lo que la sacaba de su desesperación habitual en ese sombrío mundo.

—Mujer.

—¡ULQUIORRA!—exclamó sorprendida— ¡que bueno que estas aquí!

Estas palabras sorprendieron al pelinegro, parecía que la mujer iba enloqueciendo con cada día que pasaba, pero eso no importaba mucho, de hecho era lo mas conveniente para ella, estando loca no se daría cuenta de lo que sucedía a su alrededor y no interferiría en los planes de Aizen— aquí esta tu comida.

—¡Muchas gracias! Tenía mucha hambre—dijo sonriendo, sentándose en el sofá.

Esto descoloco más al arrancar, definitivamente la humana se había vuelto loca—¿de verdad tienes hambre?—pregunto interesado, quizás la mujer fuera más interesante en este nuevo estado.

—¡Por supuesto!—respondió firme— te-tengo que recuperar un poco de mis fuerzas porque...— susurro esto último.

—¿Por qué?

—Que-quede agotada po-por lo de ayer— tartamudeo, aunque el tema del sexo ya no era ajeno a ella, todavía le costaba hablar de ello.

Ulquiorra la miro fijamente por unos segundos, no quería recordar lo que había pasado, ya que esa extraña sensación volvía a su cuerpo y lo que le empezaba a incomodar.

—Volveré en una hora más para ver que hayas terminado—pero antes de salir de la habitación, formulo otra pregunta—mujer ¿me tienes miedo?

La joven al escuchar esto sonrió—no.

La respuesta le había molestado al hollow, pero no importaba mucho realmente, no en este momento, puesto que su prisionera no estaba bien mentalmente, así que finalmente se fue.

En cuanto se marchó Orihime acerco la bandeja con su comida al sofá, todavía tenía un aspecto desagradable, pero estaba de buen humor, así que la comería de todos modos.

—Que extraño, sabe mejor que de costumbre—murmuro con la comida que seguía en su boca— ¿acaso habrá pedido que cocinen mejor?—tras decir esto sonrío aun más, le agradaba pensar que Ulquiorra se preocupase por ella, su relación debía haber cambiado, por lo ocurrido en la noche.

Sin darse cuenta su plato ya estaba vacío y su estomago lleno; al sentirse satisfecha su cuerpo fue dominado por el cansancio y comenzó a sentirse somnolienta.

Sera mejor que descanse Ulquiorra vendrá en un rato más—pensó y con esto se acostó durmiéndose al instante.

Mmmmhhhh Ulquiorra—gimió la pelinaranja ante las caricias del espada que se encontraba encima de ella, aquellas níveas manos devoradoras de alma recorrían su cuerpo voluptuoso, hasta llegar al joven rostro de la mujer, el cual se quedo mirando fijamente— ¿Ulquiorra?— era extraño el pelinegro la miraba tan intensamente que sentía que observaba su alma, pero aun así podía sentir un sentimiento proveniente de aquellos ojos esmeralda.

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