11. Dimensión Alternativa III

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15 de Mayo de 1950           8:00 P. M.

Lawrence Memorial Hospital

...

Oliver Danvers llevaba un termo enorme de café, su prometida Luna, por su parte, llevaba una cacerola con algo de comida. Se dirigían de nuevo al hospital, donde sus amigos y ellos habían hecho una especie de campamento en el estacionamiento para apoyar a Ren y Torunn. Se estaban quedando ahí, y lo harían el tiempo que fuese necesario.

Habían aparcado sus autos afuera, lejos de la entrada principal para no hacer estorbo, en una especie de círculo. Habían pasado toda la tarde ahí, desde que a Ren le habían dicho que le harían una transferencia de sangre a su marido, que estaría bien pero debía pasar al menos otro día en el hospital.

Estaban conmocionados, no les entraba en la cabeza que alguien que acababan de invitar a su reunión hiciera algo como eso, sobre todo a alguien como Tristan, que nunca tenía problemas con nadie.

Llegaron hasta donde los demás estaban, colocando la comida en el centro. El aire estaba lleno de tensión, no sabían en qué estado se encontraba su amigo, y si sobreviviría. Hoy en día, podían morir de muchas más cosas que la puñalada si entraban en un hospital con una herida abierta, quién sabe qué tantas enfermedades se podían contraer ahí dentro.

-¿Escucharon lo que dijo Will? Era completamente descabellado, lo sé- comenzó Frankie -pero era extrañamente adecuado. Me refiero, llamé a mis padres y me respondió una compañía de alfombras. Algo está en serio mal aquí.

-No, espera, ¿tú también?- Respondió Torunn, a la defensiva. -Ese loco apuñaló a mi hermano, ¿Ahora intentarás apuñalarme tú a mi?- dijo sarcásticamente al rubio. James la miró de inmediato, no era bien visto que una mujer le hablase de esa forma a un caballero, mucho menos de sus clases. Ambos eran de clase alta, igual que sus demás amigos, estaba arruinando su reputación.

-Cariño, por favor- dijo el pelirrojo -lo hablaremos en casa.

Torunn retrocedió, y asintió. Tenía los nervios a flor de piel por su hermano, así que sólo se recargó contra su auto de nuevo.

-Hablando de Will- continuó James, era policía y era el que había pedido llevar el caso en la estación, argumentando que era personal. Se lo habían dejado, así que Will ahora estaba en una celda bajo su custodia. -Dijo que únicamente hablaría con usted, señora Richards. Se negó a decirle nada a nadie de sus motivos, y dijo que sólo hablaría si era con usted.

-¿Por qué yo?- Preguntó Artemis. La rubia no recordaba haber tenido demasiado contacto con él antes como para que la quisiera en la sala. Miró preocupada a Frank, quien le devolvió una mirada muy similar a la suya.

-No tengo idea- respondió Rogers. -Pero lo dejó muy en claro, o es usted, o no es nadie. Ni siquiera responde a interrogatorios más... rudos.

-¿Cree que... Cree que si vamos ahora, hablará?- respondió la rubia.

-Bueno, hay una posibilidad de que sí. La estación está abierta veinticuatro horas, y entre antes resolvamos esto, antes podemos darles respuestas a mi esposa y a la señorita Thorson- el pelirrojo se incorporó, indicándole que lo siguiera.

La chica avanzó, de la mano de su esposo. Por supuesto, no la dejaría ir sola. Eso ni siquiera estaba a discusión, a donde fuese ella, iría también.

-No creas ni por un segundo que te acercarás demasiado a él, Artemis. No sabemos qué cosas pasan or su mente, la última vez intentó apuñalar a tu primo, no te dejaré acercarte demasiado.

La chica apretó ligeramente su mano antes de entrar con él al asiento trasero del auto policiaco de James.

-Cariño, no sabemos qué quiere de mi, pero nada que diga o haga me hará ver mi realidad diferente, ¿está bien?- dejó un beso en sus labios, y recargó la cabeza contra su hombro mientras el pelirrojo comenzaba a manejar -Tú eres mi realidad, nada puede cambiar eso.

Annilation (Young Avengers AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora