«Eres tan bella».
En toda su vida, Jason nunca se sintió más urgido de llevar a la cama a una mujer. De hecho, ese sentimiento lo había tenido una sola vez, y había sido con un tipo que lo venció por completo y destruyó todas sus barreras. Esta agitación en el estómago, las ganas de tenerla las había sentido únicamente con Paris Giozza, el hombre con el cual estaba casado desde hacía 6 años.
Sí, el ardor que lo envolvía en ese instante era comparable al que sentía por Paris y solo llevaba algunos minutos con ella.
Sus carcajadas, su perfume, su piel de color canela, suave y libre de hasta el más mínimo defecto. Estaba paralizado por esa bella mujer de aspecto dulce y aguerrido al mismo tiempo, que desbordaba inteligencia y sensualidad. Jason no miró la película, ni siquiera supo de qué trataba. Se perdió en su acompañante, en cada gesto, y en el cosquilleo que provocaba en todo su cuerpo. No era como en las fotos, la belleza del alma no puede ser inmortalizada en una imagen. Y esta mujer era de esas, un ser de otro mundo, uno que lo estaba volviendo loco apenas la conocía.
Salieron de allí dos horas después y Jason escuchaba los comentarios de Alexia acerca de la película y solo reía.
Paris había perdido, no había forma de que la mujer de la que él hablaba fuera mejor que Alexia.
—Vamos por un café—dijo Jason sin ganas de terminar la cita. Ahora que la tenía a su lado quería conocer todo de ella.
—Es tarde—replicó la chica—. Me he llevado trabajo a casa y...
—Por favor, ¿no querías saber más de mí?
—Eres un manipulador.
—¿Lo soy?, no digas eso, soy un ángel, solo me falta la pequeña aureola.—Alexia hizo una mueca y negó con una sonrisa pícara.
—Sí, claro, lo olvidaba, Lucifer también fue un ángel en una época.—Fue puro instinto. Jason se acercó y rodeó su cintura diminuta y la trajo cerca de sus labios. La mujer dejó de respirar en ese instante.
—Soy inofensivo, y solo será un café. Vamos, di que sí...
Alexia se humedeció los labios. Sus manos fueron a los fuertes y tonificados pectorales, sus ojos recorrieron los anchos hombros y la espalda en la que le encantaría dormir. Sí, este hombre podría competir contra su jefe en su mente.
Alexia asintió con escaso convencimiento, insegura de dónde la estaban llevando sus deseos. De igual modo decidió lanzarse. Ambos se dirigieron al segundo piso del lugar. Un sitio agradable y sofisticado, como el aura que emanaba Jason.
—Me encanta este sitio.
—¿Vienes seguido?—indagó la mujer mientras dejaba el bolso sobre la mesa de madera de roble.
—Todas las semanas con...
—¿Con?—Jason se rascó la barbilla y negó.
—Con algunos amigos, a veces...
Mierda, si Paris lo viera en ese instante. De hecho, era tan grande su fijación que sentía como si la mirada de desapruebo estuviera sobre él. Era por una buena causa, una vez que la chica los conociera a ambos y los aceptara todo fluiría. Necesita afianzar el vínculo con Alexia, nada más que eso.
—Cuéntame.
—Oh, no—afirmó Alexia mientras colocaba el azúcar al café—, tú primero.
—Hecho, ¿qué quieres saber?
—¿Cuántos años tienes?
—30.
—¿Tienes mi edad?
ESTÁS LEYENDO
Atracción Deseo y Caída - Gay y bisexual en español +18
RomantizmAlexia Queen tenía un sueño, conocer al hombre que la hiciera estremecer con cada beso, con cada caricia. Siendo una mujer de 30 años con escasa vida social las probabilidades de que eso pasara eran nulas. Todo cambia cuando comienza a trabajar en...