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✨ C A P Í T U L O II ✨
• • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •Me queda tan solo un día para irme.
Había querido esperar hasta el penúltimo día para despedirme de Rose y de Camila, mis mejores amigas. Habíamos decidido ir a nuestro restaurante favorito para mi despedida.
Giro a mi derecha y observo cómo una familia de 3 niños se avienta comida de un lado a otro y eso me hace recordar a mis sobrinos y me doy cuenta cuánto los extrañaré o quizá cuánto descansaré de ellos.
Sonrío y al mismo tiempo siento una lágrima bajar por mi mejilla, la limpio rápidamente y una voz chillona que reconozco perfectamente resuena en mis oídos.
—¡Amiga! Hola... ay, ¿ya estás llorando? —Rose dice y yo niego con la cabeza mientras una sonrisa se asoma sobre mis labios.
—Es que ya las extrañaba. —Miento al mismo tiempo que ellas se sientan en las sillas delante de mí.
—¡Déjala! ¿Qué no ves que esto es muy difícil para ella? —Camila dice al momento de darle un pequeño empujón a la chica con el cabello castaño claro.
—¿Qué? ¿Y para nosotras no? —Los labios de Rose forman un puchero.
Las conocí en mi segundo año de universidad al compartir las mismas clases. Comenzamos a hablarnos debido a nuestra obsesión por Friends. Dos años atrás habíamos tenido la oportunidad de asistir al estudio de Warner Bros. y poder estar en el set de la serie. Desde ese momento nos hicimos inseparables.
Rose es esa chica de la cual todos quieren ser amiga. Tiene una vibra bastante positiva con tan solo pasar por la puerta y hace que todas las miradas se giren hacia ella todo el tiempo. Así como en las películas en donde sale la canción de Rupert Holmes y una modelo va meneando su cabello y moviendo sus caderas al ritmo del aire con una sonrisa y unos ojos coquetos.
Por otro lado, Camila es todo lo contrario, una rubia bella y reservada pero todos sabíamos que su vanidad estaba escondida en algún lado debajo de esas gafas y de esas blusas holgadas que solía utilizar en la universidad.
—Chicas... las extrañaré demasiado. ¿Creen que debería irme? —Espero sus respuestas pero nada sale de sus labios—. No quiero dejar a mi familia. Tengo miedo.
—Quédate.
—¡Rose! —Camila le da un golpe inmediatamente a nuestra amiga.
—¡Oye! —dice mientras soba su hombro derecho—. Tú también quieres que se quede. Me lo dijiste de camino aquí. —Rose frunce el ceño y cruza sus brazos.
—Ignórala, tú te vas. —dice apuntándome con una mirada bastante aterradora que no pensé que vería en sus ojos jamás—. Solo serán, ¿qué? ¿seis meses? —Yo asiento lentamente—. ¿A qué le tienes miedo? No saldrás del país, solo te irás de la ciudad, a no lo sé, ¿500 kilómetros?
—646 kilómetros. —Rose vuelve a hablar con un poco de miedo después del golpe de Camila.
La rubia y yo nos observamos y luego giramos nuestra mirada hacia Rose y ambas reímos.
—¿Sacaste la cuenta? —pregunto con una sonrisa de oreja a oreja.
—No... —ambas la observamos detenidamente y finalmente contesta mostrando esos dientes brillantes—. Sí.
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A través de un beso © [En edición]
RomanceLiliana Lombardi soñaba con poder salir de su ciudad realizando un intercambio estudiantil por medio de su universidad. Después de la pérdida de dos personas muy importantes para ella, su vida cambió bastante. Cuando su escuela lanza una convocator...