A través de un beso © [En edición]

10| Una cita contigo

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✨ CAPÍTULO X ✨
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4:00pm

Mi primera cita oficial con Kyle Bennet.

—¿Lista para el mejor día de tu vida? —dice Kyle al ir aparcado su vehículo en el estacionamiento.

—Sí, listísima. —Desabrocho mi cinturón de seguridad, tomo mi bolso y cuando estoy a punto de abrir la puerta, su voz me interrumpe.

—¿Qué haces? —niega con la cabeza. Se baja del automóvil y en solo unos segundos está abriendo mi puerta.

—¡Vaya! Al menos tienes modales —bromeo al momento en que me bajo y arreglo mi ropa—. ¿Un parque de atracciones? —digo al observar el lugar tan concurrido.

—Sí... ¿está bien? Podemos ir a otro lugar si lo deseas. —Kyle rasca su nuca y noto un pequeño toque de nervios.

—¡¿Qué?! ¿Bromeas? Me encantan las atracciones —digo emocionada—. Ven, vamos.

Lo tomo del brazo y comenzamos a caminar hacia la entrada para poder comprar los boletos. Nos acercamos a la ventanilla, Kyle pide dos entradas y después de algunos minutos estamos en una corta fila esperando entrar.

Tras cruzar los torniquetes, un colorido cartel de bienvenida nos recibe, haciendo contraste con el despejado cielo azul. El aire se siente fresco, hasta puedo asegurar que huele a diversión. Diversión con palomitas de mantequilla.

A nuestros costados hay puestos repletos de varias familias, uno es de algodones de azúcar, y otro de souvenirs. Más adelante veo una fuente que esparce altos chorros de agua a sus extremos y debido al intenso sol meridiano, se proyecta un ligero arcoíris ante mis ojos.

Aprecio con asombro dicho espectáculo y como si faltaran más razones para convencerme de que este era uno de los lugares más increíbles que he visto, a la lejanía, el carrito de una montaña rusa cae libremente por una de las curvas mortales de su riel. Hasta acá se oyen los gritos de adrenalina de los pasajeros.

—Espera aquí —habla y sale corriendo a la pequeña caseta que se encuentra en medio del parque.

Los rayos del sol amarillento están sobre mí, así que giro a mí alrededor e intento buscar alguna sombra para esperar.

—¿Qué te gustaría hacer primero? —pregunta al regresar. Toma mi mano y por unos segundos mi corazón se detiene, pone una pulsera para subir a las atracciones y la deja ir.

—Quizá... —busco alguna atracción cerca y mis ojos encuentran un letrero que dice SpinCity—. Allá —digo emocionada.

—Vamos.

Comenzamos a caminar hacia la atracción, la cual es una alta torre con columpios voladores alrededor. Tardamos menos de tres minutos en subir, los columpios son individuales por lo que Kyle queda detrás de mí.

Lentamente comenzamos a girar y a elevarnos, siento el aire caliente chocar contra mi cara y escucho a Kyle lanzar algunos gritos graciosos.

Bajamos y elegimos la siguiente atracción. Haunted Labyrinth. Siempre me han encantado las películas de terror o suspenso, pero debo admitir que eso de caminar por un laberinto con cosas o personas asustándote no es lo mío.

Nos acercamos a la fila que promete 15 minutos de espera. Escucho a Kyle hablar de cuántas veces fue a Disneylandia con su familia de pequeño. De un instante a otro, mis ojos se encuentran con una niña y un niño de aproximadamente 10 años que también hacen fila para entrar. La niña abraza a un pequeño oso de peluche mientras que el niño quiere quitárselo.