3| Denisse Carter

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CAPÍTULO III
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Han pasado algunas horas después de mi llegada, ya había terminado de guardar todas mis pertenencias en la habitación y en seguida me dirijo a buscar mi bolso y la llave de mi nuevo hogar.

Llevo varias horas sin comer y mi estómago ruge cada vez más, el simple hecho de salir a la calle a buscar algo de comer me da muchos nervios, no sé con qué podría encontrarme por aquí.

Veo la hora en el reloj en mi muñeca y marca las 17:13 p.m. Salgo del departamento y de aquel edificio.

Comienzo a dar un paseo entre calles y personas, los habitantes de esta ciudad comienzan a sonreír a cualquiera que pasa delante de ellos. La vida nocturna de San Francisco es un gran escenario con luces, sonidos y mucho movimiento en algunas partes. No parece ser tan enorme, ni caótica. A mi parecer es perfecta.

Intento no alejarme mucho de la ciudad y finalmente encuentro un restaurante. Entro y la pequeña campanita encima de la puerta hace presencia, por lo que todas las personas se giran, me observan un segundo, sonríen y vuelven a lo suyo. 

—Hola, bienvenida. —Me acerco al mostrador y una chica me entrega el menú con una sonrisa.

—Hola, gracias. —Sonrío extrañada de la amabilidad de la ciudad. Tomo el menú y lo hojeo rápidamente. Son demasiadas cosas y con nombres muy extraños así que añado—: ¿qué me recomiendas?

—La especialidad de la casa, es Clam Chowder... —La chica espera unos segundos, observa mi cara de confusión y continúa—-: es una crema de mariscos, lo que más sobresale de ella es la almeja y es servida dentro de un plato en forma de pan... sourdough bread, ¿es para comer aquí o para llevar?

—De preferencia para llevar. —Sonrío tímidamente. Rápidamente vuelvo a hojear el menú que aún tengo en mis manos y encuentro una sección de pizzas—. Una pizza mediana, de pepperoni, una orden de papás fritas pequeña y un té verde. —Decido por lo más común del mundo.

Siempre me ha dado miedo probar nuevas cosas, incluso sigo sorprendida de estar en una ciudad nueva, pero es imposible que pruebe algo con un nombre tan exótico y nada apetitoso.

Una pizza acompañada de papas fritas siempre ha sido mi comida favorita. Así que opto por probarla en otra ciudad.

—Muy bien, 10.99, por favor. —Apunta mi pedido en una computadora, le entrego el billete y finalmente me da mi cambio. En quince minutos está lista.

Después de veinticinco minutos, la caja de pizza está en mis manos y yo en el departamento. Todo sigue igual, por lo que supongo que Denisse aún no ha llegado.

Me dirijo a la sala de estar y coloco la caja y el té sobre la mesita.  Enciendo la pequeña televisión y al mismo tiempo mando un mensaje a mi madre para avisarle que todo estaba bien y que ya estaba instalada.

Cambio cada uno de los canales que hay y encuentro una película para después cambiarla por mi serie favorita: Friends. Rio al escuchar los típicos chistes de Chandler Bing y al fin abro la caja de pizza y un olor delicioso invade rápidamente mis fosas nasales. Tomo una foto de la pizza y la mando al grupo familiar en WhatsApp.

Liliana:
¡Miren! Mi primera cena en San Francisco.
*Imagen*

Adelina Lombardi:
Siempre comiendo pizza. ¿No puedes probar otra cosa nueva?

A través de un beso © [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora