27. Desorganizame

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Skyler's POV

Danielle observa el mismo papel desde hace varios minutos y cada vez que siente que está por entender algo su pecho da un salto pero en todas las ocasiones se ha arrepentido instantáneamente.

— Dame un beso.

Me tiene acostada en su pecho, rodeada por uno de sus brazos mientras sostiene el papel con la mano, la chica a veces usa un perfume dulce pero en días como hoy logro percibir un olor particular que solo me hace recordar lugares limpios: glicerol y guantes de latex, me dijo una vez y puede llegar a resultarme autenticamente atractivo que se le quede impregnado el olor del laboratorio donde pasa un montón de tiempo.

Me acaricia la mejilla y el cabello ignorando por completo lo que le he pedido, pero un par de minutos depues deja la hoja, suspira y me mira con ternura.

— ¿Un beso Sky? — me toca suavecito la boca — desaparces por días y me pides un beso como si nada.

Sé que está bromeando y que aún en su cabeza rebota el ejercicio que estaba leyendo, o eso espero.

— Vienes a hacer la tarea a mi casa, me ignoras — hago un puchero.

— Es que estoy tan cerca de un resultado pero mi mente no puede más — dice soltado todo el aire en sus pulmones — y llevo días uniendo los cabos pero los resultados que obtengo son tan dispersos, si no encuentro algo pronto todos creerán que soy estúpida.

Le acaricio el cabello con tranquilidad, es media noche más o menos, ella llegó hace muy poco porque yo la llamé y sé que quizo hacerme preguntas pero se contuvo, decidió solo tirarse en mi cama con sus papeles.

— Debes relajarte un poco... — susurro con voz ronca.

Ella tiene un largo contacto visual conmigo, como buscando algo al igual que con los papeles, y de repente se me viene a la cabeza la idea de que a Danielle no le importo tanto como estoy creyendo.

Tiene infinidad de trabajo y cosas que hacer, yo no debo ser más que una escala en el progreso de esta persona altamente ordenada, ella es como el reflejo de la persona que yo jamás llegué a ser por culpa de la sensibilidad y el miedo. Pero igual que todas las ideas que he planteado puede ser simplemente una suposición.

— Sí, tienes razón, pero sólo hay algo que me relaja — suelta  — pero me gusta más cuando implica a dos personas.

— Espero que estemos coincidiendo...

Ella deja una por una sus cosas fuera de la cama, incluidos los lentes y zapatos, luego se quita la camisa y no se acerca para besarme la boca, en lugar de eso me deja entender que quiere que juegue un poco con su cuerpo, yo obedezco, reparto besos por sus senos hasta que se tensionan por completo y sólo recibo un verdadero beso hasta que puedo sentirla excitada y lista para todo lo demás que yo implícitamente estaba esperando.

Tienes que estar muchas veces con alguien para darte cuenta de sus gustos extraños, sus fetiches, lo que le hace revolotear el cuerpo y aún más para percibir como evolucionan todos ellos, la primera cosa que descubrí de Danielle es que tiene una debilidad en sus tetas, una que yo también tengo... ¿Sabes quién lo hacía realmente bien? Rose y no hago más que copiarla o pensarla, a veces tengo suerte y desaparece...

Las horas y los hechos pasan rápido...

— Te haces extrañar — dice Danielle.

Ya deben ser las tres de la mañana, me mira con el mentón apoyado en la parte baja de mi abdomen.

— ¿Vas a admitir que ayer viniste a desayunar aquí? — le acaricio el cabello, tiene rayitos de varios colores que se acercan al rubio.

— Entré para mantener vivo al pez nena — responde.

LIVING IN SIN © LesbianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora