38. Eres Mala... ¿Lo sabes?

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Skyler's POV

El camino hacia mi edificio fue inexistente, como si todas las calles hubiesen estado vacías y yo tardara tan sólo dos pasos por manzana.

Lo provoqué y lo sabía, lo sabía como una maldita manipuladora, desde que entré a ese ascensor, desde que le miré un poquito los ojos, sólo de pensar en ella diciendo cualquier mínima cosa me provoca un tambaleo fuerte, y cuando decía que la volvía loca o me mordía el abdomen, podría caer de cara al piso directamente.

Subo las escaleras de mi edificio hacia el apartamento, busco mis llaves, de nuevo salí usando la regla de tres, llaves, celular, dinero.

Me estoy mintiendo... Pienso.

Sí, el sexo siempre ha sido bueno y lo será. Fue ella, de pié frente a la ventana, con las mejillas rojas, como asustada y sin saber nada.

Me gustó que creyera por un momento, antes olvidarnos de todo, que yo en realidad no estaba involucrada en absoluto.

Me detengo en el pasillo y sostengo mi cuerpo con una mano apoyada a la pared, la otra la uso para taparme los ojos... Me sobran las ganas y también las palabras, mi estómago homiguea en una gran avalancha de verdad, esa mujer me fascina, no cómo siempre, sino del mismo modo que una gran cena a mi versión más hambrienta, y su cuerpo...

Doy largos suspiros para no empezar a llorar, Rose me destruyó completamente con tanta facilidad... Y lo peor es que estuvo todo el tiempo recordándome que tendrá que irse de nuevo. Me muerdo el labio, pero me encanta tanto quererla y habérselo dicho.

Me dio una muestra en diversas formas de todo lo que extraño y todo lo que en esta vida he deseado realmente, para luego decir simplemente que fueron instantes contados y las dos sabemos muy bien el desenlace.

Lejos de nuevo, porque no funcionamos, ese fue el trato siempre ¿Cómo se atreve a dañar mis planes de ignorarla? Y ni siquiera la odio, en lo absoluto, la quiero muchísimo. Quiero tanto a Rose Huffman que incluso adoro que haya venido a ponerlo todo de cabeza, porque ha necesitado tan poco para hacerme  desgraciadamente feliz y ahora vuelvo a mi casa como si acabara de descubrir que tengo un sexto sentido pero este mismo desaparecerá pronto.

¿Qué hago?¿Ahora que mierda hago?
Repentinamente me fuerzo a silenciar mi mente, sonrío un poco. No tengo ganas de pensar en nada, ni de soñar en nada, salvo en esos ojos... Lo hacía tan bien...

Abro mi puerta casi por inercia.

— Hola Dani...

— H-hola Skyler — dice Danielle con tono nervioso, como si hubiese saltado al oírme.

Cierro la puerta atrás mío y me acerco, ella no tiene los lentes puestos y lleva el cabello suelto, es raro.

Me asomo un poco a la única habitación sin ninguna intensión aparente y frunzo el ceño.

— Halsey... ¿Halsey?

— ¿Qué tal Sky? — saluda.

Ella está sobre la cama, con un ordenador en las piernas y un bowl de palomitas al lado, me quedo pensando por varios segundos y luego simplemente decido dejar que mi cerebro ignore el mundo entero.

— ¿Cómo estás? — miro a Danielle, ella se acomoda el cabello.

— Bien, sí, supongo ¿Cómo te fue?

Puedo responder a eso exactamente igual que ella.

— ¿Quieres ir conmigo por un café? — le pregunto, ella frunce las cejas y luego mira a Halsey.

LIVING IN SIN © LesbianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora