El Baile de Navidad se acerca y planeo invitar a Hayle Abbott, pero en realidad me asusta mucho el hecho de que me rechace. Tan solo de pensarlo me dan escalofrios, osea ella es linda y popular y yo... bueno soy yo.
Ahora que lo pienso, estar aquí, sentado, solo en los campos de Quidditch me hace reflexionar, me hace questionarme en todo sentido, en todo aspecto y en cada movimiento propio.
¿Por qué yo? Mi padre fue Gryffindor, mi madre fue Gryffindor, mi abuela fue Gryffindor, mi abuelo fue Gryffindor, Albus Dumbledore -ex director de este Colegio- fue Gryffindor. ¿Por que yo soy Slytherin? no lo comprendo.
Luego de que el enojo empezara a brotar de mis poros, apareció Hayle Abbott con sus amigas, por supuesto que pensé en ir e invitarla al Baile, pero sus amigas estarían ahí y sería vergonzoso para ella y más que todo para mí.
Repentinamente sus amigas se fueron y la dejaron ahí sentada en el césped, en realidad no podía sentir nada por los nervios, siempre que la tenía cerca sentía nervios en lugar de mariposas en el estómago.
Decidí acercarme a Hayle y muy lentamente lo logré hasta que me senté a su lado en el césped, ella no me miró a la cara, solo se quedó observando el paísaje, yo no podía creerlo, estaba junto a Hayle Abbott, tengo que romper el hielo.
-Ho...Hola, me preguntaba si tú... bueno si tú, tú sabes si quieres...-titubée.
-Lo lamento Al, pero te he visto cambiar de animo quizá 3 veces en un día y para ser el hijo de Harry Potter, no creo que tengas ni un pelo en comparación al valor que él tuvo para enfrentar a -ya tu sabes quien- lamento ser tan directa pero este rol te tocaba a tí, quizá si fueras más... ya sabes, mas..."masculino"-dijo ella destrozando mi alma.
-E...Entiendo, lamento las molestías-dije
Luego solo me alejé pensando, y con los puños cerrados con mucha fuerza, senti las mejillas ruborizadas y algunas lagrimas amenazaron su llegada, pero ¡NO! El hijo de Harry Potter no llora.
Corrí por el campo de Quidditch hasta mi habitación, recuerdo que solo llegué y me acosté en forma de "cuchara" y abracé la almohada con fuerza hasta dormirme, luego de ahí no recuerdo nada.
Al día siguiente no hablé con nadie.
Noté algo en mí que no era normal. Todos me miraban, algunos con deshagrado y otros con lastima. Examinaba a todos los chicos y chicas que pasaran en frente de mí, y eso me perturbaba, ya que no era normal, no sé por qué pero no me sentía bien, aunque fuera inconscientemente, me molestaba.
Ya caía la tarde y comencé a sentirme mal, las miradas de medio Hogwarts me hacian sentir mal necesitaba hablarlo con alguien.
Ya habían pasado dos días desde que comencé a notar el extraño comportamiento, y necesito hablarlo con alguien, pero ¿mis amigos me creerian loco? ¿Qué pensarían de mí? Lo mejor sería guardarlo como un secreto, talvez solo eran alucinaciones mias, claro que pensé en decírselo a alguien más solo por decirlo y así -de algún modo- liberar lo que tengo en mi cabeza desde hace 2 días, me perturba.
Eran alrededor de las 7:00 p.m ya era hora de estar en las habitaciones y dormir. Pero me sentía mal, me sentía presionado por decírlo, salí alterado de mi habitación, caminaba con una vela, por los pasillos de Hogwarts y de repente choqué con la enfermera Poppy Pomfrey, ella solo sonrió y me dijo:
-¿Que haces aquí pequeño? Sabes que ya es hora de dormir-dijo ella con su dulce voz
Mientras yo moria de los nervios ella solo se agachó para estar a mi altura
-Dime por que estas asi, sabes que puedes confíar en mí-repitió
-Es que creo que soy...que soy bueno tu sabes-le dije con voz leve.
-Sé lo que eres, y te entiendo, solo ve al baño, moja un poco tu rostro y vuelve a la sala de enfermería, ahí podremos hablar para que te sientas más cómodo, ¿te parece?
Solo logré asentir con la cabeza y seguir adelante, seguí su concejo y me lavé la cara y justo detrás mío apareció Scorpius Malfoy, hijo de Draco y Astoria Malfoy, mi compañero de clase junto con Rose, la hermana de Hugo Weasley, el es el tipico encargado de hacerles bromas horribles y molestar a los estudiantes desde el primer año, ni en las noches puedo desactivar mi mala suerte.
-Potter, ¿Acaso estás llorando?- dijo él, con su voz de engreído. Es identico a sus padres.
-No, claro que no, solo que no podía dormir entonces vine aquí a lavar mi cara y refrescarme un poco. Ire donde la enfermera.
-Pobre llorón, ¿te sientes enfermo? -en ese instante sacó su varita y me apuntó con firmeza- ¿Sería muy bajo de mi parte atacarte ahora? No lo sé, pero sería divertido enviarte a la enfermería por alguna razón consistente, me deshagradas mucho Potter.
-¿Enserio?, pues el sentimiento es mútuo Malfoy, aléjate de mí te lo advierto- le dije con la voz nerviosa
-¿Por qué titubeas? Te pone nervioso mi presencia, lo apuesto.
-Ya quisieras Scorpius, me voy de aquí- y salí de allí, de nuevo furioso.
Scorpius Malfoy se quedó ríendose lo más duro que pudo para hacerme sentir mal, y gracias a las barbas de Merlin no lo logró.
Corrí hasta la enfermería y ahí se encontraba Poppy, la enfermera, dispuesta a hablar conmigo.
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♣ Una historia asombrosa a través de la Magia ♣
FanfictionEsta es una historia más de la muy afamada obra de J.K Rowling, hablamos de Harry Potter, la novedad aquí es que ésta es una historia descriptiva, es nuestra versión de esta historia, y lo mejor será que ustedes, nuestros lectores, tendrán dos lados...