Capítulo 19

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Capítulo 19: Homecoming parte 3.

━━━━ LAS VANS Y EL SKATE SON INSEPARABLES.

Podía jurar que mi corazón en cualquier momento se saldría de mi pecho y temía fuertemente que Sam escuchara lo loco que estaba mi corazón por ella.

Nuestra manos estaban... ¡Entrelazadas!

Miraba ocasionalmente a la chica que en silencio observaba mi perfil mientras conducía no tan concentrado a un parque cerca de la escuela.

— ¿Porqué tan callada? — acaricié su mano con mi dedo pulgar.

— Estoy concentrada — miré de reojo a la chica sonriendo de lado.

— ¿Mirándome? — ella asintió un tanto ruborizada y desvió su mirada. Solté una risita pequeña deteniendo el auto al llegar donde tanto me gusta estar, un parque un poco chiquito con una pequeña rampa en medio de este — Llegamos.

Solté su mano lentamente, bajé a tropezones del carro para rodearlo, llegar frente a la puerta del copiloto y abrirla para Sam quien rió silenciosamente. Ella bajó con ayuda de mi mano y sin siquiera volver a mirarme metió la mitad del cuerpo en el auto y sacó mi patineta del asiento trasero.

— ¡Gracias por prestármela! — se subió a la patineta y se alejó con lentitud.

— No puedes, Sam — con el ceño fruncido me acerqué a ella.

— ¿Porqué no? — preguntó confundida.

— Porque andas en vestido, si te caes te dañarás las rodillas — preocupado me acerqué a ella quien avanzó más rápido alejándose con una sonrisa.

Se veía hermosa, aún burlándose de mi.

— No pasara nada, Ricky, no seas aguafiestas — sonreí negando con la cabeza y me quedé quieto con las manos en los bolsillos de mi pantalón, observando en todo momento a la castaña.

Sam se veía viva y brillante.

Mis ojos no querían dejar de verla, incluso empezaron a arder por lo fijo que la miraba analizándola completamente.

Dios, que intenso soy.

Pero estaba bien.

Porque admirar así a Sam era lo mejor que podría hacer en mi vida.

A mi ojos ella era perfecta, completamente hermosa.

Una pequeña mariposa que no veía sus alas, que por lo tanto no tenía noción de su belleza, ella era una persona maravillosa que no se veía realmente.

Suspiro.

¡Mierda!... Si que me gusta.

Sonreí nerviosamente viendo cómo sonreía mientras miraba sus pies.

— Te vas a caer, mejor ven.

Ella era bastante torpe. No quiero que se dañe.

Pero ella solo me miró con el ceño fruncido.

— Acabo de pensar algo realmente estupido, pero... No lo sé...

— No creo que sea tan descabellado viniendo de ti, así que... Dilo.

Sam pasó frente a mi con la patineta esparciendo su delicioso aroma a mi alrededor.

— Las vans y el skate son inseparables.

Reí silenciosamente.

Era tan única.

— Son una combinación perfecta ¿No lo crees? — pregunté caminando unos pasos al frente.

OVERCOME, Ricky BowenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora