Capítulo 35

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Capítulo 35: Culpa.

━━━━ NO TENGO NADA MÁS QUE DECIR.

Me senté con desdén en la mesa tirando mi cabeza y mis brazos sobre esta, la suave melodía de elevador se escuchaba por todo el vacío lugar y después de unos segundos de mi llegada unos suaves pasos se acercaron a mi. Levanto mi mirada para ver a Annie venir a paso lento con una libreta en mano y una tranquila sonrisa.

Sonrío débilmente.

— Buenos días, mi niña — pasó su mano por mi cabello con suavidad haciendo que cierre mis ojos sintiendo la paz atravesarme — Es miércoles ¿No deberías estar en la escuela?

— Me eh sentido descompuestas estos días, así que no voy — apoyé un codo en la mesa sosteniendo mi mejilla en la palma de mi mano  — ¿Cómo a ido la clientela?

— Lo normal, vienen como unas 10 personas en el día y el lunes renunció Hannah — negó con la cabeza para sentarse frente a mi estirando su arrugada mano sobre la mesa, la miro a sus profundos ojos azules para colocar mi mano libre sobre la suya — ¿Pasó algo con Ricky?

Asentí mordiendo mi labio — Volvió con su ex.

Annie bufó negando con la cabeza — No ve de lo que se pierde, la juventud de hoy en día es cada vez más irracional — solté una suave risa — ¿Cómo te sientes, cariño?

— Bien... — mentí bajando la mirada, sorbí mi nariz para volver a subirla, observando cómo la anciana me miraba con una ceja alzada — Bueno, no muy bien, todo es basura — bufo molesta para apoyar mi frente en la mesa — Gina no habla conmigo, Ricky no para de llamarme y no puedo dormir bien hace días.

— ¿Y lo bueno de esto? — la miré con el ceño fruncido — En toda oscuridad hay una tenue luz ¿Cual es la luz aquí?

¿Algo bueno en toda esta mierda? Nada.

— La luz es que podré venir aquí más seguido, comer de tus deliciosas tartas y si me aceptas, trabajaré para ti — sonreí levemente intentando de esquivar el tema.

— Sería increíble que trabajarás aquí ¿Y que quieres para desayunar? Será tu paga por hoy — solté una leve risita observando cómo se levantaba con lentitud — ¿Una tarta de limón o de chocolate?

— Limón y un vaso de jugo de naranja  — suspiro para tirarme en la mesa cerrando mis ojos.

— Agrio y pesado, entiendo... — susurró lo último la anciana para retirarse lentamente del lugar.

Agrio y pesado como todo en mi vida.

(...)

— Hola, buenos días ¿Que desea servirse? — pregunté llegando a un lado de la reciente persona encapuchada que había entrado al lugar, siendo mi segundo cliente en el día.

— Buenos días, eh, desearía un sándwich de dime porque no has ido a la escuela y una taza de verdad — miré impresionada al pelirrojo sacarse el gorro de la cabeza.

Mierda, Big Red.

— Si no vienes a comer nada, vete — dije molesta con mi amigo cruzándome de brazos.

— Soy un mensajero, no me culpes ¿si? — habló rápidamente sacándose la sudadera negra — Ricky está cómo loco sin saber donde estás, no le contestas los mensajes, menos las llamadas y cuando a ido a tu casa no lo dejas entrar, por eso me hizo seguirte — iba a hablar cuando él hablo antes que yo — Y si, lo sé todo, Ricky no para de hablar como loco.

— Te iba a decir que estás loco por seguirme y no quiero hablar de Ricky ¿si? Solo... Si quieres podemos hablar como amigos, pero no quiero que lo metas — me senté frente a él con mi ceño fruncido.

OVERCOME, Ricky BowenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora