Capítulo 10

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Capítulo 10: ¿Superar?

━━━━ AYUDÉMONOS A SUPERAR.

Mi mirada esta conectada directamente con la del rubio, quien me miraba analizándome con esos gruesos marcos negros y sus penetrantes ojos azules, que podría sacar toda la verdad de una sola mirada, sinceros, pero a la ves inexpresivos.

— ¿Que pasó ahora?

— ¿A-a... A que te refieres?

— No lo sé, dímelo tú.

— Assssh, yo tampoco lo sé, no sé lo que siento — desesperada me retorcí en el sofá.

— Hija, pero explica algo, para saber que te sucede. ¿Es acaso un chico?

— ¿Como...

— ¿Así que si es un chico? — me interrumpió.

— Es que... Mira... Yo... Mmmm, te explicaré la situación — me enderece en el asiento moviendo mis manos mientras hablaba — Este chico...

— ¿Ricky, no?

— Pero... ¿Cómo?

— Solo lo sé.

— Si, okey, Ricky. Como decía, él... Él me provoca sentimientos raros y nuevos. Mi corazón... Recibe muchas punzadas, dolor.

— ¿Y cómo te provoca ese dolor?

— Eeeeh... — desvíe mi mirada sintiendo mi corazón estrujándose — Siempre tiene algo involucrado con su ex novia y...

— Son celos — quedé en silencio. ¿Celos? — ¿Él... Te gusta?

¿Yo estaba celosa de Nini y Ricky?

Oh... Yo nunca había sentido celos.

Yo no... No sé cómo son.

— ¡No lo sé! — grité desesperada sin saber lo que sentía por el castaño de rulos perfectos.

¿Me gusta Ricky? Bueno... ¿Que es gustar?

Nunca había sentido un amor, bueno, ¿Romántico? Por nadie, yo no...

Nunca me eh dado la oportunidad supongo.

— Okey, háblame más.

— Igualmente no creo que funcionaria, creo que él ama aún a esta chica, no puede dejar de pensar en ella y quiere recuperarla. ¿Que papel haría yo allí? Solo... Estorbaría.

— ¿Sientes que te estás metiendo en medio de una relación que... Bueno... Ya termino?.

Suspire y me hundí en el sillón — Tal vez... No lo tengo contemplado.

— Hija... Deberías encontrar las respuestas de tus preguntas primero antes de pensar en nada más y hacerlo siguiendo tu corazón.

— Es que... No sé que quiere mi corazón — mordí mi labio y miré mis manos.

Esto no estaba bien.

No puedo enamorarme de nadie. Menos de él, él que es un rayo de luz que ilumina mis días, mi primer amigo en años.

No quiero hundirlo, no a él.

— Hay algo más, dímelo.

— No quiero hundirlo conmigo... Yo... Yo estoy jodida, papá — mis ojos se humedecieron.

Ya lo había soltado, ni había vuelta atrás.

Había dicho lo que me atormentaba cada día.

La inseguridad de arruinar las vidas de las demás como lo hago con todo lo que toco.

OVERCOME, Ricky BowenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora