OVERCOME, Ricky Bowen

Capítulo 39

Capítulo 39: Little butterfly.

━━━━ QUERIDA SAM, MI PEQUEÑA MARIPOSA.

Mi mirada perdida se encontrarán fijamente observando mi mano que temblaban con el lápiz en el aire.

Me sentía muy inquieta.

Miro de reojo a mi papá Andrés que estaba absorbido en sus asuntos mirando en su computadora, intenté disimular mi tic soltando el lápiz y entrelazando mis ambas manos para colocarlas sobre mi regazo.

Ni siquiera podía hacer simples sumas, los números no podían ser procesados y menos con los pensamientos de mi última charla con Ricky en la escuela.

Me sentía terrible.

Suspiro y muerdo mi labio para apoyar mi cabeza con desdén sobre el escritorio.

— Cariño, creo que ya deberías irte arreglando, el show empieza en un par de horas.

— Papá no soy una super modelo, me arreglo solo en veinte minutos — murmuro contra la mesa.

— ¿Pasa algo?

— ¿Ya debería saber todo, no? Papá te cuenta todo siempre.

— Si, pero quiero saberlo de ti.

Chasqueó mi lengua para sentarme bien sobre el asiento.

— ¿Tú crees que arruinaré la obra?

— ¿Qué?... Creo que no te estoy entendiendo.

— Estuve reflexionando por mucho tiempo y mi conclusión es que siempre arruino todo, así que lo mejor será no ir — me cruzo de brazos para hundirme.

— Tú no arruinas todo, cariño, alucinas — soltó una pequeña risita para dirigir su mirada a mi.

— Si lo hago, tengo pruebas y cero dudas.

— A ver, dime una prueba — se quitó los lentes para mirarme con una pequeña sonrisa.

— Mis padres.

— Nosotros estamos bien — habló con un tono suave.

— No ustedes, los biológicos — me mordí la lengua para desviar mi mirada a la librera a mi lado — Los arruiné... Por mi culpa están muertos.

— No vuelvas a decir eso nunca más — dijo firme mi papá, pero no hizo que lo mirara, más bien cerré mis ojos y apoyé mi cabeza en mi rodilla al subir mis piernas sobre el asiento, un hábito que estaba tomando últimamente.

— También arruine su oportunidad de tener un bebé, inocente y que no esté traumatizado como yo — a mitad de la frase mi voz se quebró, nunca lo había dicho en voz alta.

— Amor, mírame ¿si? — trago saliva y levanto la mirada mirando sus ojos brillantes — Te amo, tu papá te ama, te amamos. Eres lo mejor que nos ah sucedido en la vida. Y no importa todo lo pienses, eres la mejor decisión que hemos tomando. Eres mi hija sin importar que.

Las lágrimas saladas salieron rápidamente de mis ojos y observo cómo mi alto papá se levantaba de la silla corriendo hacia mi y agacharse frente a mi atrayéndome a su cuerpo.

— Lo arruiné... — repetí varias veces mientras me aferraba con fuerza al cuerpo de mi papá hundiendo mi cara en su cuello.

— Amor ¿Que pasa? ¿Porqué estás así? — preguntó con un tono intranquilo besando seguidas veces mi cabeza.

— No quiero alejarme de lo que amo, pero es lo mejor, papá.

— ¿Mejor para quien?

— Para él. Solo me importa que sea feliz, y esa felicidad no es junto a mi.