Había salido por la despensa, conseguí unos budines de limón y naranja que casi nunca estaban en el mercado. Eran riquísimos y se agotaban rápido. Estaba caminando por el parque, el día estaba nublado y la densa neblina que nos venía cubriendo desde hace meses no dejaba de colarse por Londres. El césped estaba húmedo, pase parte del camino pensando sobre el cumpleaños de mi prima, quería obsequiarle algo lindo y enviarle por correo. Tal vez, unos aretes circulares de plata o un colgante con un cuarzo, ya empezaba a ser algo de moda. Siendo Madelaine, le gustaba innovar su vestimenta y más con accesorios. La neblina iba subiendo de intensidad, por suerte sabía de memoria el camino del parque, siempre traía a Shago aquí, quedaba a tres calles de mi edificio. Sentí que pise algo blando, caca de perro, perfecto. Otro día más pisando porquerías, ya que Shago se orino en el recibidor cuando le compré unas golosinas, fue de emoción.
Mientras intentaba limpiarme el calzado, sentí una brisa helada y eso que era verano, casi otoño. La temperatura bajo como a cero, seguía más helado y eso me pareció extraño. Dejé mi zapatilla en paz, para poner atención a esto. Miré a mi alrededor, la neblina se convirtió en cuatro paredes grises y poco a poco, se volvieron oscuras. El miedo se apodero de mí. Creo que hoy iba a morir. En ese momento, sentí un susurro y como dicen; No mires. Y, dándome aires de super héroe lo hice.
Era una criatura negra, como un fantasma del infierno. Su boca, o algo así, se abrió de par a par y sentí como el momento de salir con mis amigos a divertirnos, el momento de recibir un cumplido por una niña en el trabajo y el momento que jugaba con Shago se perdían dentro de la boca de la criatura negra.
-¡Expecto patronum!- oí el grito de una mujer a mis espaldas, entre mi estado hipnótico y atender a ella, estaba en un bloqueo. Cuando vi una luz plateada, tenía forma de perro que ataco a la criatura negra extinguiéndola completamente- Annie...¡Por las barbas de Merlín!
Caí de espaldas, estaba vulnerable. Me sentía como drogada, solo que el estado de tristeza y falta de visión me complicaba moverme. Delante de mi visual, apareció una joven mujer, tal vez unos años más que yo. Ella me ayudó a sentarme, sentía que mi cabeza daba vueltas como un carrusel. La chica desconocida me ofreció una barra de chocolate, le miré extrañada.
-Te ayudará, en serio-dijo ella con una sonrisa. Sus ojos me veía con más tristeza de lo que experimentaba en estos momentos.
-Creo que tú lo necesitas más.
-Oh-dijo, pareció recordar algo y trate de pararme, pero mis piernas eran gelatinas- Lo siento mucho, las cosas no van muy bien.
-¿Qué paso?
-Te resbalaste.
-Ah...
Volví a levantarme con su ayuda, miré a mi alrededor recogiendo mis compras y la chica no se alejaba de mi lado. Tenía una vestimenta peculiar, me gustaba bastante. No me sentía muy bien de ánimos, después de conseguir los budines y alegrarme por ello, ahora me sentía sumamente deprimida. ¿Acaso me volví bipolar? La chica insistió en acompañarme a mi casa, por seguridad y no vi nada malo en ella, estaba siendo cordial.
-Soy Tonks.
-¿Ese es tu nombre?-dije confundida, estábamos llegando a mi edificio.
-Es mi apellido, me gusta más que mi nombre de pila.
-¿Y, cómo es?-le curiosee, abrí la puerta y me metí dentro.
-Nymphadora.
-Mejor te diré Tonks-dije, sentí un mareo dando unos tamboleos y ella me sujeto antes de caerme.
-¿En qué piso vives? ¿Tienen elevador?
-Cuarto...-dije, ella cerró la puerta luego de pasar al interior del hall- Y, hoy vinieron dos chicos para reparar el elevador. Creo que el consorcio y todos los vecinos nos hartamos de las escaleras.
Tonks y yo fuimos por las escaleras, de a poco. Tras llegar, luego de una eternidad, detenerme de momento y subir, llegamos a mi departamento. Encendí la luz del pasillo, cuando pegué un grito al cruzarme con un joven pelirrojo parado en mi puerta ¡¿Qué mierda pasaba?! La chica paso por mi lado, acercándose al muchacho de gran barba pelirroja, era bajo y fornido. Noté un tatuaje de una estrella de cinco puntas en su cuello. Tenía una oreja perforada con dos pendientes de plata. El cabello recogido en una media cola. Hablaban en murmullos, discutiendo sobre "Proteger" y "Dombledor".
-Oigan-les detuve, aunque no pusieron atención- ¡BASTA!
Ahora sí, se callaron y me miraron avergonzados.
-¿Quién eres?-le apunte al chico con mi dedo índice, aunque termine señalando el techo. Me miró confundido- ¡Tú, chico, responde!
-Ya nos conocemos, pero no lo recuerdas.
Observé a ambos con atención, entre mi estado triste y desinteresado no pude distinguirlos ni reconocerlos. No tenía ni idea. Tal vez, el chico era un nuevo vecino del piso. Ya que el departamento A estaba en renta desde que la familia Sawyer se mudo a Oxford. Abrí mi puerta, pasando al interior y ellos insistieron en quedarse hasta verme recuperada, eso no tenía sentido. Aun así, todo esto era demasiado raro. Sin más, deje que ambos entraran a mi departamento. Shago vino corriendo, saltando sobre el chico que lamió su mano con alegría, ¿por qué mi perro lo conocía para darle ese gesto de aprecio? ¿Qué pasaba? Tonks me ayudo a guardar lo que compré, cuando tiró un vaso de un estante pero, el chico fue más rápido y lo atrapo antes que tocará el piso ¡Vaya, eso sí era velocidad! Luego, que todo quedó en orden. Decidí irme a dormir, asique me despedí de ellos, aunque Tonks quería quedarse un rato más. No sé qué tramaban, pero así es como comenzaban los acosos. Asentí, el chico pelirrojo se fue, según él vivía en el edificio. Nunca lo vi, en realidad solo conocía a algunos vecinos y eran seis pisos.
-Ya iré a dormir, pero-dije a Tonks- ¿Cómo te irás?
-No te preocupes, buscaré a mi compañero.
-Bueno, sí-dije, me metí en mi cama luego de ponerme el pijama. Mire a Tonks que murmuró algo en un idioma muerto, y pronto me dormí- Sueño...Solo, es un sueño.
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Phoenix 2#Cantos y plumas
FanfictionSegunda temporada de Birds Cuando Annie Rozier intenta recuperar su normalidad, el entorno comienza a verse más peligroso y confuso. Desde incidentes en la ciudad, y poco después, sus pensamientos le dejan en un frenesí de recuerdos incompletos. Rec...