Capítulo 42

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Agradezco sus comentarios y aprovecho para mandar un saludo y buena vibra a una personita que está pasando por varias cosas a la vez...ánimo speedy.

Amárrense los cinturones porque llegó lo que muchas esperaban....Empieza la cuenta regresiva ... 4

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No estoy segura, pero sentía un vacío en mi pecho. Estaba nostálgica, hacía dos días que no salía de la habitación no tenía ganas de hacer nada. Estaba cansada de esperar, consideré la posibilidad de regresar a la capital, pero había cuatro pares de manos que me detendrían y me dirían que no era el momento. Así que, decidí aislarme de todos y buscar mi propia comodidad. Mirar a todos sonreír me obligaría a hacer lo mismo también y no sería correcto mentir, no sentía ganas de hacerlo por que Val no estaba aquí. No me malinterpreten, estaba muy feliz de tener a mi madre, mi hermana y mi sobrina, pero hasta ahora era difícil concentrarme con Valentina tan lejos. Me tenía preocupada.

- hija! ¿Puedo entrar?

Miré a mi madre a la puerta con cara de culpa. Asentí sentada en la cama. Ella se acercó, colocando un gran trozo de pastel de chocolate frente a mí. Ella me conocía muy bien.

- Te traje ...

- Mamá ... - Susurré con una sonrisa - No tienes que inventar nada para venir aquí y animarme ...

- Pero querida! - protestó de inmediato - Es solo un pedazo de pastel ...

- Con segundas intenciones! - completé.

Ella se encogió de hombros. Era muy bueno verla sonreír así de nuevo.

- Diría que tiene terceras intenciones, pero ... ¡Ah! ¡Come algo!

Tomé el tenedor y corté un pedazo grande. Probé el sabor único del chocolate, pero incluso con ese regalo, mis pensamientos se fueron de este lugar y se fueron directamente a Valentina.

- Juliana ... - me llamó mi madre con ese tono "de regaño" - Necesitas salir de esta habitación.

Solté el tenedor y suspiré ruidosamente. No quería entrar en esa discusión. Me tomó un largo minuto decidir si era una buena idea meterme en eso con doña Lupe, simplemente decidí decirle la verdad.

- ¡Solo quiero que regrese! - Confesé sentir las palabras, pronunciadas en voz alta, amortiguar algo dentro de mí.

Doña Lupe sonrió, sonrió con tanta dulzura que sus ojos brillaron y cuando su mano acomodó un mechón en mi oreja, quise llorar.

- Nunca pensé que te vería tan enamorada ...

Puse los ojos en blanco sintiéndome estúpida, pero al mismo tiempo, una sonrisa tímida crecía en mis labios. En ese momento me sentí abrazada, nunca había discutido mi sexualidad con ella, y de hecho, con nadie. Porque en realidad no era necesario. Valentina había llegado de una manera tan inusual, nuestra química había sido tan fuerte que nuestros cuerpos hablaban por sí mismos, era un lenguaje que no necesitaba género, solo se sentía e intercambiaba sin límites.

- No te importa ... que sea mujer? - pregunté sintiendo la inseguridad en mi voz.

- Ay querida, por supuesto que no! - sostuvo mis manos atrayéndome a su calor para calmarme - Me importa tu felicidad, más bien me importa verte feliz y si Valentina te trae esa felicidad, ¿quién soy yo para detenerla?

Sentí algunas lágrimas correr por mi rostro sin control. Realmente era una tonta sentimental y llorona. Me aventé a los brazos abiertos que doña Lupe me abrió. Necesitaba su abrazo, la comodidad que solo ella podía darme en ese momento. Me recosté en su regazo mientras ella comenzaba a acariciar mi cabello, como en los viejos tiempos, me dejó sola hasta que mi llanto se calmó.

Mi vida sin tí | Juliantina I Terminada I EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora