🌔 12: Profesor

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Durante la tarde anterior, Ciel intentó sacarle algo de información a Tn, pero no logró nada.


Ciel regresó al pueblo el día siguiente, pero fue sólo con Sebastian, pues Costin le prohibió la salida a Tn por una razón que no se molestó en explicar.

– Tal vez estaba muy nerviosa de salir.

– Me parece muy extraño de todos modos.

– ¡Conde! ¡Conde! –llamó.

El joven y su mayordomo se detuvieron y giraron, viendo al pueblerino acercarse a ellos corriendo.

– Señor Roger.

– Oh, ¿No anda con su ayudante ya?

– Ella...se sentía algo mal, así que se quedó a descansar.

– Ya veo.

– ¿Necesitaba algo?

– Sí. El Doctor Seward dijo que usted quería hablar con su profesor.

– Sí, así es.

– Me pidió que lo buscara, el Profesor ha llegado esta mañana.

– Entiendo. Se lo agradezco mucho, señor Roger.

– Un placer –hizo una pequeña reverencia, sonriendo.

El hombre se despidió y se fue. El joven y su mayordomo se dirigieron a ver al Doctor Seward.

[Clínica]

Ciel y Sebastian entraron a aquella clínica, siendo recibidos por la recepcionista.

– Oh, Conde Phantomhive. Bienvenido –sonrió.

– Buenas tarde. Vengo a ver al Doctor Seward.

– Claro. Pase, por favor. El Doctor lo está esperando.

– Gracias. Con permiso.

Ambos se dirigieron al despacho, y cuando el doctor les dio permiso, entraron.

– Conde Phantomhive, bienvenido –sonrió, levantándose.– Estábamos esperándolo.

El otro hombre se puso de pie, miró al joven y sonrió.

– Él es mi antiguo profesor, del cual le hablé.

– Así que usted es el joven Conde Phantomhive, ah –extendió su mano a él. El chico la estrechó.– Profesor Abraham van Swieten, mucho gusto.

– Conde Ciel Phantomhive, el gusto es mío, Profesor.

– Seward me ha hablado de su investigación.

– Sí, Su Majestad la Reina me envió.

– Comprendo.

Alguien llamó a la puerta y, cuando el doctor cedió el paso, la recepcionista se asomó.

– Doctor Seward, la señora Huston y su hijo están aquí.

– Gracias, Sarah. Los atenderé en seguida.

– Entendido. Con permiso.

La mujer se retiró, cerrando la puerta.

– Lo siento, tengo algo de trabajo –se disculpó.

– No te preocupes, Seward. El Conde y yo iremos a caminar mientras me cuenta todo, y te dejaremos trabajar.

– Si necesitan algo, pueden buscarme.

Nyctophilia 🌓 Ciel PhantomhiveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora