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Crowley estaba enojado, no, estaba triste, se sentía sin salida. Perdió a su ángel de nuevo, aunque se juró que nunca volvería a pasar cuando lo encontró de nuevo en aquel bar.

Conducía su Bentley sin rumbo fijo, incluso podía escuchar la voz desaprobatoria de Azirafel diciéndole que no debía manejar tan rápido, ni siquiera le importaba perder su cuerpo en un accidente, en lo que a él respectaba, ese accidente ya había ocurrido. 

-Maldición, ¿Porqué?...¿Porqué a mi?-El pelirrojo golpeaba repetidamente el volante, le importaba muy poco si atropellaba a alguien, no era su culpa que estuvieran a medio camino.

Después de lamentarse lo suficiente en la comodidad de su auto, se detuvo en un bar cerca de su edificio, necesitaba no pensar aunque fuera por una noche.

Entró y llamó de inmediato la atención de los meseros pues la orden que hizo era bastante singular, diez botellas de alcohol, daba poco de que fueran, mientras lograran el cometido de adormecer su mente. Seguramente pediría muchas más cuando se terminaran esas.

Su lugar era una mesa en la esquina mas oscura.

-No puedo creerlo, yo inventé las selfies y... ¿Así me lo pagan?, quitándome todo lo que llegó a importarme después de caer...son unos bastardos.-Destapó otra botella y ya ni siquiera se molestó en servirla en una copa. Después del primer trago volvió a pelearse con la silla de enfrente.-¿Como pudieron borrarle todo...?, ya no se que lado es peor ahora...

-Disculpe, señor Crowley, ¿Se siente bien?.-Un mesero se le acercó nervioso.

-Claro que no, no he estado bien desde hace seis mil años...-Seguía tomando directamente de la botella y se limpió algunas lágrimas que bajaban por sus mejillas.

-Pa...parece que necesita un consejo.-El demonio no estaba de humor para pelearse con un simple humano, así que hizo una señal con su mano invitándolo a sentarse.

-¿Qué puedes aconsejarme tú?...-La voz del pelirrojo estaba entrecortada, quizá el llanto, quizá la borrachera.

-En realidad no sé su problema pero, podría contármelo, así puedo ayudarlo.

-Mi...mi mejor amigo ya no esta, bueno, no me recuerda. En su bando le borraron la memoria y con ella todos los recuerdos de nosotros...-Crowley se quitó los anteojos y volvió a tomar de la botella.

-Suena a que no eran solo amigos, señor.-El chico suspiró y le sonrió.-Puede hacerlo recordar las cosas poco a poco, ya sabe, ¿Hay algo que le guste en especial?.

-Además de la humanidad en su conjunto, le encanta leer y comer pasteles y cualquier cosa dulce...las flores en la mañana y el café, es un ángel.

-Se escucha como uno...-Sonrío el muchacho.-Sabe, podría escribirle sobre sus vivencias, una por una, o...podría enviarle pasteles o cualquier cosa dulce, llevarlo a lugares que les gustará visitar, puede que eso lo ayude a recordar.

-¿Como estás tan seguro?...-Crowley lo miró curioso, el chico se levantó y sonrió.

-Azirafel tiene gustos simples pero significativos...-Le dio una palmada en el hombro y desapareció entre las mesas.

-Yo nunca...-Crowley se levantó rápidamente y comenzó a buscarlo, aunque no pudo encontrarlo, había sido un encuentro muy extraño pero revelador.

Salió hacia su departamento y se recostó en la cama,cayendo dormido tan pronto como tocó las sábanas , había veces en que tener un cuerpo humano resultaba útil. 

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-El...el demonio Crowley vino hoy...-Decía Azirafel caminando de un lado hacia otro, Gabriel le había preguntado por su día.

-¿Enserio?...Claramente lo sacaste a patadas, ¿Verdad?

-No...solo le dije que se fuera, al parecer lo tomó por sorpresa, mencionó algo sobre un castigo y sobre creer que no volvería a verme, pero a pesar de todo lo que me han dicho, no parecía querer dañarme...-El rubio se sentó en su escritorio frente a la ventana, estaba muy consternado, lo estuvo todo el día desde la visita de Crowley.

-Azirafel, recuerda lo que te dijimos, él no es de fiar, ¿Recuerdas lo de la manzana?...o, ¿La ocasión en que casi te hace estallar en una iglesia solo por unos libros?.

-Quizá solo...seguía ordenes...-Azirafel trataba de no mirar a Gabriel, cuando se molestaba era muy rudo.

-No, no Azirafel, él es simplemente malo, esta en su naturaleza, ten por seguro que volverá, y no precisamente con buenas intenciones.

-Entonces simplemente lo ignorare la próxima vez...-El ángel se levantó acomodando con determinación su chaleco café, Sandalfón se acercó a él con esa mirada que siempre hacia poner nervioso al rubio, pero no dijo nada.

Cuando ambos salieron de su librería, Azirafel decidió buscar su taza para poder servirse un poco de té pero no podía encontrarla, así que simplemente hizo aparecer otra.

Sin duda había compartido momentos con el demonio, pero siempre era tan malo con él, y casi siempre quería arruinarle los planes, Gabriel tenía razón en decirle que no confiará en él, pero los recuerdos que tenía del demonio, no se parecían en nada a lo que vio en su librería, Crowley incluso parecía feliz de verle.

Sin duda, habían sido claros en el cielo al prohibirle ver al demonio, pero tenía que investigar que era lo que Crowley sabía y él no.

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Hola
Espero les este gustando ♥️
Actualización todos los viernes y estoy contemplando actualizar los lunes también (nada seguro)
Pero bueno, gracias por leer 🐍

Recuerda el tiempo... -IneffableHusbands- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora